Errejón, absuelto al no quedar probado que propinase una patada a un hombre
▶ Lo único que ha quedado acreditado tras el juicio es que le pidieron una foto en Lavapiés y él se negó
Las versiones en el juicio eran tan contradictorias que hasta el juez concluye en la sentencia que es «obvio» que alguien miente. La cuestión es que es imposible saber quién. Y las únicas pruebas objetivas que pudiera haber tampoco han aportado nada. Las cámaras de seguridad de las calles muestran follón, pero poco más. El informe forense dice lo que ya decía desde el primer día, que no hay lesión alguna en el denunciante.
Y él decía que el diputado de Más País Íñigo Errejón le había propinado una patada «como de kárate» en la barriga la noche del 2 de mayo de 2021, al filo del toque de queda. La razón, que quiso hacerse una foto con él y se negó. Que insistió sin éxito, incluso diciéndole que le pondría «a parir» en las redes, pero el diputado respondió impasible tirando de pierna. En plena calle, la noche que celebraba el fin de la campaña electoral y el inicio de la jornada de reflexión. Se venían en 48 horas las elecciones madrileñas.
Errejón llegó a juicio sin haber pisado antes el juzgado y el pasado 5 de mayo defendió con dos testigos presenciales que no había pegado una patada en su vida y que este señor intentó rodearle con el brazo para hacerse la dichosa foto y él, molesto, se apartó. Ni agresión ni nada.
«Una discusión»
Tras analizar los testimonios y la prueba practicada el juez decide que en ese uno contra otro, no hay manera de acreditar lo que pasó. Y quien debe probar los hechos es el denunciante, no el denunciado.
Errejón se jugaba una multa de 6.000 euros y una indemnización de 1.500, pero la Fiscalía, que interrogó con fruición en el juicio el pasado 5 de mayo, pidió que saliera absuelto. Tampoco lo veía claro. En la sentencia, lo único que se da por probado es que, efectivamente, aquella noche hubo «una discusión entre ellos», pero a partir de ahí, «la prueba practicada no ha evidenciado cómo se produjeron los hechos, si fueron como señala el denunciante, o si lo fueron como señala el denunciado».
Sí queda claro que él no sufrió daño físico alguno y, de hecho, «no fue a urgencias hasta tres días después». También que no tiene «ninguna trascendencia» que hubiese una persona en las inmediaciones que tras molestar a los acompañantes de Errejón, agarró por la espalda al denunciante y acabó, vecina testigo mediante, subido en el techo de un taxi lanzando latas de cerveza. Sembraba una duda, un testigo dice que acabó aquel hombre, con aspecto de estar ebrio, lanzando patadas al aire. El juez no lo ha tenido ni en consideración.
«Lo relevante es determinar si el denunciado propinó o no una patada al denunciante, tal y como este afirma, y aquel niega. Y lo cierto es que, tras la práctica de la prueba, ello no resulta acreditado», señala.
Es con estos mimbres con los que el juez concluye que al final hay alguien que no dice la verdad. Pero tampoco ha podido acreditar qué verdad es esa, porque el hecho es que no ha quedado acreditado lo que ocurrió en Lavapiés el 2 de mayo. No propondrá acciones ni contra el denunciante, que ayer avisaba a ABC de que recurrirá el fallo, ni contra el denunciado.
«Es obvio que alguien no dice la verdad, pero no quién», dice el juez, que descarta abrir causa por falso testimonio