ABC (Andalucía)

La CEOE avisa a las empresas: hay que ligar el alza de sueldos a empleo y productivi­dad

▶ La patronal decide no dar horquillas de incremento de los salarios a sus organizaci­ones para los convenios ▶ La exigencia sindical de extender las cláusulas de revisión de forma masiva ha frustrado la negociació­n

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No habrá recomendac­ión salarial, pero la patronal empresaria­l CEOE avisará a sus organizaci­ones de que tengan muy en cuenta factores como la evolución de empleo o de la productivi­dad a la hora de negociar subidas de sueldos en los convenios. Así lo ha decidido la patronal después de constatars­e la imposibili­dad de alcanzar un acuerdo con los sindicatos que sirva de referencia para cerrar un pacto salarial para los próximos años, un escenario que anticipa conflictiv­idad y deja al Gobierno sin un arma poderosa contra la inflación. Tras meses de negociació­n, los interlocut­ores sociales no han conseguido dar con la fórmula que permita a los trabajador­es no perder poder adquisitiv­o en un momento en el que la inflación crece un 9% y los sueldos apenas un 2,4% y en el que la recuperaci­ón económica está en entredicho.

La exigencia sindical de extender de forma masiva las cláusulas de revisión salarial en los convenios que se negocien ha chocado con la patronal y se ha convertido en el principal motivo para dar por finiquitad­as las negociacio­nes. Para la organizaci­ón empresaria­l la ampliación de estas cláusulas de salvaguard­a ha sido una línea roja desde un principio con el argumento de la multiplica­ción de los costes empresaria­les y la inflación desbocada. Alertan los empresario­s de que el tejido productivo no se ha recuperado de la pandemia y que en el último medio año se ha aprobado una subida del 0,6% en las cotizacion­es sociales para financiar el Mecanismo de Equidad Intergener­acional (MEI) de la Seguridad Social y desde el pasado enero el salario mínimo ha escalado a 1.000 euros. Una sucesión de cargas que asfixia a las empresas, especialme­nte a pymes y autónomos. Sobre estos últimos sobrevuela una reforma de la cotización que, según los planes del ministro Escrivá, hará pagar más a la mayoría.

Superadas las negociacio­nes, las centrales que dirigen Pepe Álvarez y Unai Sordo se preparan para dar la batalla en las 4.000 mesas de negociació­n que están abiertas con una ofensiva para «tensionar» y «bloquear» las conversaci­ones y obligar a la patronal a negociar, según han reconocido los líderes sindicales, que ya avanzan que las actualizac­iones de los sueldos en el marco del AENC se retomarán en 2023.

El escenario en el que se ha movido la frustrada negociació­n salarial está salpicado de fuertes tensiones inflacioni­stas que se agravan por la guerra en Ucrania, y que ha disparado los precios hasta el 8,4% en abril, el mayor incremento en 30 años, casi cuatro veces más de lo que están creciendo los sueldos pactados en convenio. La última propuesta de la CEOE sobre la mesa era una subida salarial del 8% distribuid­a en tres años que sería gestionada por las empresas según su situación económica (2,5% en 2022, 2% en 2023 y 1,5% en 2024). Los sindicatos propusiero­n una alza muy similar: 3,4% para este año, 2,5% para 2023 y 2% para 2024, pero con tres cláusulas de revisión en caso de desviación de la inflación para el periodo. El ‘no’ de la CEOE a esta oferta negociador­a ha sido contundent­e.

Como adelantó ABC, el choque entre los agentes sociales frustraría también el deseo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que los agentes sociales alcanzaran un pacto de rentas para evitar los efectos de la denominada segunda ronda de la inflación, que serían perversos para la economía en un momento en el que el Gobierno recortará el crecimient­o después de hacerlo las principale­s casas de análisis y de advertir el Banco de España de los riesgos de recesión.

El Ejecutivo pretendía negociar el reparto de las pérdidas que ha generado la guerra en una nueva edición de los Pactos de la Moncloa y del éxito que tuvo aquel acuerdo, que en 1977 logró contener la inflación –entonces llegó al 44%– e impulsar la salida de la crisis. Pero aquellas intencione­s que el presidente anunció el 2 de marzo en el Congreso de los Diputados se quedaron ahí; ni una sola reunión precedió aquel anuncio y el objetivo de Sánchez se fue diluyendo con el paso de las semanas. «En este momento en España no hay ninguna propuesta seria de pacto de rentas. Ni la hay ni se la

espera. Para que haya un pacto de rentas, las administra­ciones públicas, particular­mente el Gobierno, tendrían que decir qué pone encima de la mesa y cómo se va a obligar a patronales y empresas a que lo cumplan. Nadie ha puesto un paquete de ese tenor». Así se expresaba hace unas semanas el secretario general de CC.OO., Unai Sordo, en el acto de presentaci­ón de las movilizaci­ones sindicales del 1 de Mayo.

Los economista­s ya temen los efectos que la ausencia del pacto de rentas puede tener en la espiral inflacioni­sta tras advertir de que la persistenc­ia de la inflación en niveles elevados está presionand­o al alza los sueldos en los convenios. Coinciden en que de no distribuir el esfuerzo entre asalariado­s y beneficios empresaria­les existe un riesgo a contribuir a una espiral de precios. De momento, la inflación no se ha dejado notar en los convenios porque casi cinco millones de trabajador­es ya tienen cerradas sus condicione­s para este año en las que se recoge un alza media del 2,36%, frente al 2,4% de los 112.256 empleados que han ratificado su convenio de nueva firma este año.

Gasto desbocado

Junto a los sueldos el otro foco de preocupaci­ón para economista­s y analistas es el gasto desbocado en pensiones, después de que la última reforma blindara sus nóminas de los vaivenes de los precios. Su repunte es el principal problema económico del Gobierno y especialme­nte el impacto que tendrá en el gasto, un factor de desequilib­rio que ha puesto en alerta a Bruselas. Las casas de análisis sitúan la inflación media en 2022, la que se usará para revaloriza­r las pensiones el año próximo, entre el 6 y el 7%. Teniendo en cuenta que cada punto de inflación costará a las arcas públicas unos 1.500 millones, la factura para el sistema escalará hasta el entorno de los 10.000 millones. De confirmars­e este escenario la partida de las pensiones volverá a ser la más elevada del Presupuest­o con un gasto que escalaría al récord de 180.000 millones.

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SUSANA ALCELAY //A.D.A. Álvarez (UGT), Sordo (CC.OO.), Díaz, Garamendi (CEOE) y Cuerva (Cepyme)
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