El magnate después de Abramovich
▶ Multimillonario, dueño de varios clubes y ejecutivo polifacético
Hace poco más de dos meses, concretamente el 2 de marzo, el multimillonario ruso Roman Abramovich anunció que vendía el Chelsea Football Club, pero las sanciones que el Reino Unido le impuso, al igual que a decenas de oligarcas de ese país residentes en territorio británico, se interpuso en sus planes. No obstante, el gobierno del primer ministro Boris Johnson acabó por autorizar la operación argumentando su interés en que el equipo siguiera operando, siempre y cuando ni una sola libra llegara al bolsillo del Abramovich, cuyos activos están congelados, y, por consiguiente, al régimen de Vladimir Putin, del que el magnate siempre se ha desvinculado. El oligarca, que también tiene las nacionalidades israelí y portuguesa, ordenó entonces al banco Raine Group que realizara la búsqueda de un comprador y se cree que recibió hasta diez ofertas viables.
Finalmente, la compra ha sido acordada, evitando así que el equipo cayera en un limbo que lo condenara al ostracismo durante meses o incluso pusiera en peligro su futuro. Su nuevo dueño es el multimillonario estadounidense de 46 años Todd Boehly, accionista de los Lakers y dueño del equipo de béisbol Los Angeles Dodgers, siete veces ganador de la Serie Mundial de la MLB. El comunicado en el que el club anunció la semana pasada la transacción puntualiza que efectivamente Abramovich, de 55 años, no se beneficiará de la venta: «De la inversión total que se está realizando», de 4.250 millones de libras, «se destinarán 2.500 millones para comprar las acciones del club, y dichos ingresos se depositarán en una cuenta bancaria congelada en el Reino Unido con la intención de donar el 100% a causas benéficas».
4.500 millones de dólares
La partida del magnate ahora caído en desgracia le abre la puerta a Boehly para brillar como nuevo propietario una vez que la operación sea ratificada por las autoridades gubernamentales y por la Premier League a finales de este mes. Boehly, que desde el año pasado es el director ejecutivo interino de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, es además cofundador, presidente, director ejecutivo y miembro controlador de Eldridge Industries, una compañía de ‘holding’ con inversiones en sectores tan variados como el inmobiliario, el de seguros, la tecnología, el entretenimiento, los medios de comunicación y los deportes. Según Forbes, tiene un patrimonio neto informado de alrededor de 4.500 millones de dólares.
Boehly, que asistió a un colegio privado en Maryland, Estados Unidos, estaba interesado en el deporte desde muy joven, e incluso fue campeón de lucha libre en su adolescencia. Después, sus pasos lo llevaron hasta Londres, ya que cruzó el océano para estudiar en la London School of Economics, lo que a su vez le abrió las puertas de ‘La City’, el centro financiero de la capital británica. Su profundo conocimiento del sector financiero ha sido fundamental para llevar a cabo las grandes operaciones que gestiona. Trabajó en el Citibank, en una división del Credit Suisse Group y en la firma global de asesoría en servicios financieros Guggenheim Partners, de donde fue presidente, todo mientras su familia crecía tras su matrimonio con Katie Boehly, con quien tiene tres hijos: Nick, Zach y Clay. Junto a ella fundó el Boehly Center for Excellence in Finance, un centro de educación financiera avanzada para jóvenes.
Asimismo, es presidente de Security Benefit y de MRC, propietaria de Dick Clark Productions, y tiene inversiones en A24, Fulwell 73 y Penske Media, propietaria de Billboard, Rolling Stones, Variety y The Hollywood Reporter. Su ambición toca todos los palos, pero también es filántropo, y apoya causas y fundaciones para la investigación de la epilepsia y el cáncer, entre otras.
La decisión definitiva que cambiaría su vida y que lo ha colocado ahora como dueño del Chelsea fue la que tomó en 2015 al fundar Eldridge Industries, aunque dos años antes también llevó a cabo un movimiento decisivo en el sector de los deportes al crear SportsNet LA, una cadena que transmite sobre todo béisbol. Además, es dueño del equipo de baloncesto femenino Los Angeles Sparks. Para consumar la compra del Chelsea Boehly se asoció con el copropietario de los Dodgers, Mark Walters, con el empresario británico Jonathan Goldstein, que es a su vez y fanático del Tottenham, con el multimillonario suizo Hansjorg Wyss y con la firma de inversión estadounidense Clearlake Capital. La jugada le salió perfecta, tres años después de haber intentado sin éxito la compra del Chelsea por primera vez. Ya entonces, aseguró que «la pasión que tienen los fanáticos por la actividad, el deporte y los equipos» en la Premier League «no tienen paralelo».