La sustitución
Margarita Robles usó la palabra correcta durante su inmolación política
MARGARITA Robles ha despilfarrado su prestigio en una sola palabra. Sustitución. ¿Qué tiene la política para que personas con una trayectoria profesional consolidada pongan en almoneda su dignidad para mantenerse ahí? El paripé monclovita para justificar las exigencias de los antisistema por el espionaje del CNI sólo ha servido para humillar a una ministra solvente, como si en el Gobierno sobraran. Las presiones de Podemos y los independentistas obligaron a Bolaños a sacarse de la manga el as de Pegasus en el teléfono del presidente a pesar de que el hackeo es de hace un año. La táctica, burda hasta el estrago, se basa en cómo cargarse a la responsable del servicio de inteligencia que espió a los sediciosos sin que parezca que es para contentarlos. Pero que nadie olvide que estos días hemos tenido que soportar las caricias a Sánchez del golpista Junqueras, a Rufián haciéndose el demócrata herido y a Otegi gimiendo que apoya al Gobierno porque «la alternativa es peor», lo que implica que ellos son malos y que, por tanto, los otros son mejores para España.
Pero si toda esta grosería no bastase, ayer Sánchez justificó la destitución de Paz Esteban en el CNI aludiendo a «fallos de seguridad» y proclamando que «nosotros no tapamos delitos». Si no fuera un desalmado, se podría decir que es un cínico. Pero todas las palabras se le quedan cortas. Efectivamente, el PSOE no tapa delitos, los indulta. Sánchez ha sacado de la cárcel a los criminales que dieron un golpe a la Constitución y a la integridad de España y está acercando al País Vasco a los etarras que asesinaron a casi mil personas. Este presidente permite los homenajes a los terroristas y ningunea a las víctimas, nos unta pomada sobre los exabruptos de un prófugo y le ha dado a todos los enemigos el código de la caja fuerte en la que se guardan los secretos de Estado. Así que hasta aquí ha llegado el rosco de pasapalabra. Porque en realidad Margarita Robles utilizó el vocablo correcto durante su inmolación. Después de tantas aberraciones, los españoles estamos ansiosos por ir a las urnas a echar a Pedro Sánchez. Perdón, a forzar su sustitución.