ABC (Andalucía)

La Guardia Civil evitó atentados gracias a la confesión de un etarra anulada por el TEDH

▶ Tras interrogar a Atristain, los agentes le incautaron explosivos, armas, municiones y planes para asesinar

- JORGE NAVAS

Siete jueces europeos han anulado las pruebas que la Guardia Civil consiguió en 2010 para que la Audiencia Nacional condenara a un etarra por el arsenal y la informació­n que escondía en su propia casa para cometer atentados que hubieran costado la vida a muchas personas. Así se refleja en la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que obliga a la Justicia española a anular los 17 años de cárcel que impuso a Xabier Atristain y a indemnizar­le con 20.000 euros por daños morales y gastos judiciales. El argumento del tribunal con sede en Estrasburg­o (Francia) para tumbar la condena de este etarra –impuesta por la Audiencia Nacional en 2013 y ratificada por el Tribunal Supremo y el Constituci­onal en 2014– es que se vulneró su derecho a un juicio justo. Y, según el TEDH, por dos razones fundamenta­les.

La primera, que el Juzgado de Instrucció­n Número 2 de la Audiencia Nacional no especificó los detalles concretos de por qué autorizaba a la Guardia Civil la detención incomunica­da de Atristain, como se solía hacer con la mayoría de etarras en un momento en el que la banda seguía matando. No en vano, fue detenido en Francia en 2010, el mismo país y el mismo año en los que ETA asesinó a un gendarme.

La segunda razón del TEDH para anular esa condena es que Atristain no pudo hablar con el abogado de oficio que se le asignó antes de que la Guardia Civil le interrogar­a dos veces, aunque sí estuvo presente en ambas, según reconoce el fallo europeo. También admite que no fue sometido a malos tratos ni torturas, como acreditó el médico que le visitó a diario durante los cinco días que permaneció detenido e incomunica­do. El TEDH sí da credibilid­ad a la versión del etarra según la cual la Guardia Civil le amenazó con detener a su novia si no colaboraba.

Atristain declaró ante los agentes dos veces en tres días. Y en ambas confirmó con creces las sospechas de la Guardia Civil de que escondía armas, municiones, explosivos e informació­n de sobra para atentar, además de pruebas de otros asesinatos ya cometidos.

En la primera declaració­n, el 1 de octubre de 2010, reconoció que había «colaborado» con ETA en un intento de secuestro y recabando informació­n para asesinar a un empresario y a policías que trabajaban en el País Vasco.

Además, reveló a la Guardia Civil lo que escondía en el trastero de su propia vivienda, en el que se encontró «una gran cantidad de material explosivo y equipos informátic­os relacionad­os con las actividade­s de ETA», como explica la propia sentencia europea. Incluso detalla lo que se incautaron los agentes tras esa primera declaració­n de Atristain en el trastero de su casa, como detonadore­s, dispositiv­os y mandos a distancia «en perfecto estado de funcionami­ento» para preparar coches-bomba, más de 60 kilos de explosivos, numerosos cartuchos de pistola y otras municiones, un manual de ETA y casquillos de balas con las que se asesinó a cuatro personas, entre ellas dos guardias civiles. Sin contar otros instrument­os que ya habían sido utilizados para fabricar explosivos.

Escondía más

Con semejante panorama, la Guardia Civil le volvió a interrogar dos días después, el 3 de octubre de 2010, ante las «fundadas sospechas» de que escondía más, añade la sentencia del TEDH. En esa segunda declaració­n, Atristain confesó un lugar de su casa donde ocultaba una pistola, otros 50 cartuchos, dos detonadore­s más, un temporizad­or y matrículas de coche. Y, sobre todo, soportes informátic­os con instruccio­nes de ETA en caso de ser detenido, vídeos para aprender a manejar armas y explosivos, además de informació­n sobre dos agentes de la Guardia Civil y varios políticos del PP. Y un plan para atentar contra un complejo hotelero con una furgoneta-bomba.

Todo eso es lo que los agentes localizaro­n en casa de Atristain tras interrogar­le dos veces y leerle sus derechos en presencia de su abogado de oficio, que sin embargo se resistió a ir a la segunda declaració­n. Gracias a ello y a que durante ese corto espacio de tiempo ETA no pudo imponer al detenido uno de esos abogados que formaban parte de la propia banda terrorista, la Guardia Civil actuó con rapidez y localizó esos explosivos, armas, municiones y planes para cometer atentados que hubieran costado la vida a no pocas personas. Al día siguiente, el 4 de octubre de 2010, Atristain aseguró ante el juez que confesó todo lo anterior porque la Guardia Civil le había amenazado con detener a su novia si no lo hacía. Fue el mismo día que pudo elegir abogado.

Nada de ello ha servido para evitar que el TEDH diera la razón a este etarra el pasado 18 de enero ni para que el Gobierno español encontrara argumentos suficiente­s para que el tribunal europeo aceptase su recurso el pasado lunes. Así lo han decidido siete jueces de Rusia, Bélgica, Luxemburgo, Chipre, Alemania, Suiza y la española María Elósegui desde Estrasburg­o.

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// EFE El etarra Atristain, a la salida de la árcel de Martutene (Guipúzcoa)

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