Quédenselo, de verdad, quedénselo
J. Miguel Arenas, ‘Valtònyc’ Rapero y prófugo de la Justicia
Recibida (ya casi sin dolor) la penúltima puñalada de la Justicia belga, y con Sánchez al frente del ciclostil de los indultos, es mejor que el ‘rapsoda’ se quede allí por siempre
Una vez que, gracias a sus jueces, Bélgica se consolide como la auténtica ‘tierra prometida’ de cualquier delincuente europeo que huya de la Justicia de su país, no cabe otra que buscar el lado positivo de que un (en teoría) socio y aliado se comporte de manera tan desleal, protegiendo al tal Arenas, alias ‘Valtónyc’, y evitando su entrega a España para que cumpla la condena (tres años y medio de cárcel) confirmada en 2018 por el Tribunal Supremo. Puestas así las cosas, demostrada la predisposición de Bélgica a hacerse de vientre en las leyes de España y su administración de Justicia y en la mínima solidaridad y respeto que mecere un país (otra vez en teoría) amigo, solo cabe celebrar esta decisión. Visto con perspectiva y teniendo en cuenta los antecedentes, es mucho más práctico que el mencionado Arenas se quede allí, con su pan se lo coma, si tenemos en cuenta que con Sánchez al frente de la maquinaria de los indultos, el rapero estaría veinte minutos en una cárcel española. Naturalmente, concedida la extradición y mientras esperara la medida de gracia, disfrutaría de libertad casi plena, permiso va permiso viene, y de toda la benevolencia del tercer grado. Verle enseñorearse, carcajeante y triunfal finalmente en su desobediencia, sería casi más duro que la sucesión de puñaladas traperas de la Justicia belga. Quédenselo, de verdad, quedénselo ustedes para siempre, disfruten de su inagotable talento como rimador de tercera en la producción de odio y otras bilis sociales. Contribuirán así a engrandecer la leyenda de Bélgica como fértil edén de malhechores que huyen de la Justicia.