LA TORMENTA PERFECTA QUE LLEVA A CORREOS A LA RUINA
La mayor empresa pública de España atraviesa uno de los momentos más difíciles de su historia. Arrastra deudas y ha tenido que pedir créditos para pagar las nóminas de sus 52.400 empleados. Todos apuntan a la misma causa: la pésima gestión de su presidente, el amigo de Sánchez
Con más de tres siglos de existencia, Correos atraviesa uno de los momentos más complicados de su historia reciente. La mayor empresa pública de España, con más de 52.400 empleados que llegan hasta el último rincón del territorio español, está al borde de la quiebra, según advierten fuentes tan diferentes como el PP, los sindicatos CC.OO. y UGT y profesionales de Correos.
En pleno auge de la paquetería, esta empresa tuvo que pedir un crédito de 433 millones de euros para pagar, entre otras cosas, las nóminas de los trabajadores; cerró 2020 (el último año del que se conocen las cuentas) con 256 millones de pérdidas, prevé cerrar 2021 con otros 91 millones de pérdidas, en 2022 ha subido el precio de las tarifas por encima de la inflación, algunas entre un 10 y un 20%, y, según las citadas fuentes, ha perdido clientes tan importantes como el chino AliExpress, que le proporcionaba más de 5,5 millones de envíos de paquetes al año.
La situación preocupa a los trabajadores de la compañía, los sindicatos del sector postal y los partidos de la oposición, y todos apuntan a la misma causa: la pésima gestión del presidente de Correos, Juan Manuel Serrano. Un hombre al que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, colocó al frente de la empresa pública con un sueldo de 203.000 euros al año sin más mérito, dicen, que ser su amigo (fue su jefe de Gabinete en la Comisión Ejecutiva del PSOE).
«No lo criticamos porque sea amigo del presidente del Gobierno. De hecho, esta circunstancia no influiría si fuera un gran gestor», relata a ABC el diputado del PP Celso Delgado, quien ha preparado una ofensiva parlamentaria para intentar salvar a la empresa pública. El pasado abril el PP llegó a pedir la reprobación de Serrano en el Parlamento, y le respaldaron Vox, Ciudadanos y Foro Asturias, pero el PSOE y sus socios salieron en defensa del presidente de Correos. Ahora, Comisiones Obreras y UGT han convocado una huelga general de Correos para los próximos días 1, 2 y 3 de junio ante «el desmoronamiento económico, laboral y de servicio público» de la empresa. Los sindicatos también responsabilizan a Serrano por su «caótica gestión e incapacidad manifiesta».
Un advenedizo al frente
«Estamos extraordinariamente preocupados por la gestión de Serrano, que está llevando a Correos a una situación crítica», argumenta el diputado Delgado. «El sector postal, en el que operan compañías privadas muy potentes, es de muchísima complejidad, y poner a un advenedizo al frente no nos parece responsable».
Todas las fuentes consultadas reconocen que el sector postal es muy complejo de gestionar si no se tiene experiencia. Y destacan que, en los últimos años, se están afrontando grandes cambios: por un lado, cada vez se envía menos correo postal, que se ve sustituido por el correo electrónico, y por otro, aumenta la paquetería por la irrupción del comercio electrónico. Pero estas transformaciones las afrontan también las otras empresas del sector y los servicios postales del resto de Europa, y sin embargo sus resultados son
Juan Manuel Serrano Presidente de Correos
Sindicatos, como CC.OO. y UGT, y partidos de la oposición le acusan de la mala gestión de la empresa pública
Celso Delgado Diputado del PP
«No lo criticamos porque sea amigo del presidente del Gobierno. De hecho, esta circunstancia no influiría si fuera un gran gestor»
positivos. Según Delgado, «la francesa La Poste aumentó sus ingresos un 11% el año pasado, la alemana incrementó su facturación un 22,5%», y también son rentables la portuguesa, la belga y la noruega.
El diputado señala que en 2020, cuando se disparó el comercio electrónico por los confinamientos, Correos presentó un «resultado catastrófico»: 256 millones de pérdidas. Ese año el sector de la mensajería y la paquetería creció un 17,6%, según el informe de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, pero Correos cayó un 12,9%, añade.
Desde Correos, la situación se ve de una forma muy diferente. Consultada por ABC, la empresa respondió que en estos momentos está inmersa en «un importante proceso de transformación en el que la diversificación y la internacionalización son claves para convertirse en un operador logístico global». Correos reconoce que espera cerrar 2021 con unas pérdidas de alrededor de 91 millones de euros, y que esta cantidad era la prevista en su Plan Operativo Anual, aunque matiza que 24 de esos millones corresponden al pago de una sanción por decisiones del equipo anterior.
Además, añade que la compañía apuesta por «un diálogo social continuo y que desde 2018 se han mantenido 234 reuniones con los agentes sociales». También afirma que en estos momentos mantiene «un proceso de diálogo» al que están convocados todos los sindicatos. Una de las críticas que se hacen a la gestión de Serrano es que ha dado por muerta a la carta cuando aún le queda mucho recorrido. De hecho, «el correo postal representaba el 65% de los ingresos de Correos cuando Serrano llegó a la empresa y ha caído en picado más de un 40%. En ningún país de Europa se ha producido con tanta rapidez la sustitución de la carta tradicional por la electrónica», afirma el diputado popular, quien también le reprocha la subida desorbitada de las tarifas.
Sustitución de la carta
«El correo postal está descendiendo, pero no ha muerto, y Serrano le ha aplicado la eutanasia», añade José Manuel Sayagués, secretario del Sector Postal de UGT, quien recuerda que cuando Serrano llegó a Correos ya había planes para adaptarse a la caída paulatina de la carta y el aumento de la paquetería y también para incorporar valores añadidos a las oficinas de Correos.
Otra decisión del equipo directivo que suscitó las críticas fue el alquiler de un avión de carga para hacer la ruta China-Europa. Según el PP, tres meses después del anuncio, el avión no había realizado «un solo vuelo comercial de paquetería; sólo dos humanitarios». Sin embargo, la empresa asegura que este servicio «ya está plenamente operativo, con dos vuelos semanales que realizan la ruta regular Madrid-Hong Kong».
Tanto los sindicatos como el PP acusan también al actual equipo directivo de Correos de haber despedido a numerosos trabajadores cualificados, algo que la empresa niega rotundamente. No obstante, el diputado Delgado insiste en que «en los últimos meses se ha despedido a veinte directivos, muchos de ellos con indemnizaciones escandalosas». Y lo peor, añade, es que a estas personas «las ha fichado inmediatamente la competencia». En su lugar, añaden las fuentes, han contratado a «más inexpertos».
Otra iniciativa del equipo directivo de Correos que generó polémica fue el anuncio de la instalación de cajeros automáticos en la España vaciada para evitar la exclusión financiera de los vecinos. El alcalde de Lidón y presidente del PP de Teruel, Joaquín Juste, se interesó por instalar uno de estos cajeros en su pueblo, que tiene 57 habitantes censados. «Antes, un día a la semana venían dos entidades financieras a un local que les prestaba el Ayuntamiento, pero se dejó de ofrecer ese servicio. Ahora, si necesitas sacar dinero hay que recorrer 14 kilómetros –relata Juste a ABC–. Esa es la realidad de muchos pueblos y estábamos muy esperanzados cuando oímos que Correos iba a poner cajeros en los pueblos pequeños. Pero después me dijeron que para instalar el cajero el Ayuntamiento debía habilitar un local con luz e internet y pagar 850 euros al mes. Luego me devolverían 20 céntimos de euro por cada extracción. Ninguno de los pueblos de la provincia aceptamos aquel despropósito», cuenta el alcalde, que dice tener los requisitos por escrito. No obstante, Correos desmiente a Juste y asegura que la instalación de los cajeros «no supondrá ningún coste para los ayuntamientos de los municipios en los que sean instalados».
Una de las decisiones de Serrano que ha provocado más malestar entre los trabajadores ha sido la de seguir cobrando incentivos a pesar de que la compañía tiene pérdidas, «como si aquí no pasara nada». Lo cuentan profesionales de Correos agrupados en el colectivo ‘Clara Campoamor’ para evitar represalias. El pago de estos bonus va condicionado al cumplimiento de unos objetivos que el propio equipo directivo de Correos ha ido rebajando hasta el extremo de que no es necesario que la empresa obtenga beneficios para cobrarlos sino que basta con que las pérdidas antes de impuestos no superen una cantidad establecida por ellos mismos.
Bonus con pérdidas
Según el colectivo, los directivos pusieron el pasado junio el límite de las pérdidas en 42,1 millones, lo aumentaron en octubre a 89,8 y terminaron en 119,6, cuando consiguieron cerrar el año con unas pérdidas ligeramente inferiores. Esta cifra se logró gracias a la venta, en el último momento, de un inmueble: la sede de Correos de Valencia a la Generalitat por una cantidad que el PP cifra en 26 millones de euros. La operación se apuntó contablemente el último domingo de diciembre.
Con estos malabarismos la cúpula de Correos podrá cobrar sus bonus de 2021, salvo que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) lo desautorice, algo poco probable, ya que el año anterior no se opuso a pesar de que las pérdidas declaradas ascendían a 366 millones. Consultada por ABC, Correos eludió responder sobre los bonus del equipo directivo.
Un sector en plena transformación
EN 2020 SE DISPARÓ EL COMERCIO ELECTRÓNICO Y EL SECTOR DE LA MENSAJERÍA Y LA PAQUETERÍA CRECIÓ UN 17,6%, PERO CORREOS CAYÓ UN 12,9%