«Putin no respeta el derecho de Ucrania y Bielorrusia a elegir su propio futuro»
►La líder opositora cree que la resistencia de los ucranianos inspira a su país para luchar contra Lukashenko
Svetlana Tijanovskaya (39 años), la líder de la oposición bielorrusa que encabezó las protestas contra el régimen de Lukashenko hace casi dos años, después de que su marido y candidato presidencial fuera detenido, conversó ayer con ABC sobre la lucha de su país por convertirse en una democracia que logre zafarse de las garras del Kremlin.
—Ha publicado en su cuenta de Twitter que admira el proceso de transición española. ¿Cómo le gustaría que se produjera en su país?
—Mi país es todavía una dictadura. En 2020, Lukashenko perdió las elecciones en Bielorrusia, la gente se levantó y durante varios meses hubo manifestaciones. Con el apoyo del Kremlin y a través de la represión, Lukashenko consiguió acabar con ese importante momento. Desde entonces, nuestra lucha no se ha detenido ni un solo día. Ahora actuamos sobre todo de manera clandestina, porque el precio a pagar es muy alto. Pero nuestra sociedad no se ha rendido. La gente está peleando fuera y dentro del país. Espero que la transición de la que estamos hablando se produzca en un futuro cercano y que estemos preparados para ella. Seguimos luchando y no vamos a parar hasta que todos nuestros presos políticos sean liberados y tengamos elecciones limpias en Bielorrusia.
—¿Cree que la lucha de los ucranianos contra la invasión de Ucrania ordenada por Putin también puede inspirar a los bielorrusos para rebelarse contra Lukashenko?
—Como he señalado, el pueblo bielorruso no se ha detenido ni un día, pero por supuesto que ahora, cuando vemos lo valientes que son los ucranianos y cómo defienden su tierra, nos sentimos inspirados. No solo a nosotros, sino el mundo entero. Ucrania y Bielorrusia son países vecinos que mantienen unas relaciones muy cercanas y entendemos que el destino de ambos está interconectado. Putin no respeta nuestras naciones ni nuestra independencia y el derecho a elegir nuestro propio futuro. Cree que somos parte de la esfera de influencia de Rusia. Tenemos que demostrar que la sociedad bielorrusa es algo diferente al régimen bielorruso. El régimen de Lukashenko colabora con Putin, pero el pueblo bielorruso está con los ucranianos. Y por eso, a pesar del enorme terror en nuestro país, hay marchas para apoyar a Ucrania. Miles de personas han sido detenidas desde entonces. Y eso demuestra que las protestas son inútiles por el momento, porque provocan más detenciones y que nuevas familias sigan sufriendo por el régimen. Así que nuestros activistas han empezado a trabajar de manera clandestina, y paran trenes para robar equipos rusos con destino a Ucrania o toman fotografías de los aviones y las tropas rusas y luego las envían al lado ucraniano para que estén preparados.
—¿Tiene relación con el presidente Zelenski? ¿Ha podido conversar con él durante estos últimos meses?
—Antes de la guerra, tuvimos buenas conversaciones a nivel de trabajo. Nunca me he reunido con él. La razón fue que el presidente era bastante cauteloso en sus relaciones con la sociedad bielorrusa, porque Lukashenko siempre decía que Bielorrusia nunca invadiría Ucrania. Creo que ahora los políticos ucranianos han abierto los ojos sobre la situación política real en Bielorrusia. Nos estamos organizando en Kiev para tener relación con los políticos y diplomáticos, porque necesitamos tener presencia allí para demostrar a los ucranianos que estamos con ellos y para luchar juntos por la independencia de nuestros países.
—¿Considera que Lukashenko puede agravar la represión utilizando el pretexto de la crisis ucraniana?
❝ Sin rendirse «Los bielorrusos no se han rendido y la gente está luchando dentro y fuera del país, de manera clandestina»
—La represión no se ha detenido en dos años y la cantidad de presos políticos aumenta día tras día. Lukashenko está deteniendo ahora a todos los que están en contra de la guerra, porque, si estás en contra de la guerra, es como si estuvieras en contra de él. Lukashenko sabe que la gente se opone a él. Sabe que si para la represión, habrá nuevas protestas, y por eso la utiliza como una forma de asustar a la gente. Pero la gente no se está rindiendo y eso también le asusta. Sacan fuerzas para seguir con la lucha.
—¿Se ha fortalecido Lukashenko después de la reforma constitucional aprobada en febrero?
—El cambio resultó totalmente imperceptible para nuestro país. Esa constitución no supone ningún avance positivo para la sociedad. Lo único que cambia es nuestra neutralidad, porque ahora podemos volver a almacenar armas nucleares. A Lukashenko le gusta mostrar a Rusia que puede poner las suyas en nuestro territorio.
—¿Por qué apoya Lukashenko a Putin en la invasión de Ucrania?
—Tenemos que comprender que estas dos personas siempre han mantenido una amistad, una falsa amistad, en la que siempre se han utilizado el uno al otro cuando lo han necesitado. Así que en 2020, cuando Lukashenko se dio cuenta de que la gente estaba en su contra, buscó el apoyo político y financiero de Putin. Ahora está pagando sus deudas y le está demostrando su lealtad, porque sabe que se ha convertido en un paria. Putin necesita a Lukashenko para demostrar que no está solo en esta guerra. Pero ahora que se ha demostrado que esa ‘blitzkrieg’ rusa ha fracasado, Lukashenko ha cambiado. Quiere demostrar que es importante y que puede resolver problemas. Se quiere presentar ante el mundo como un pacificador. Es un mentiroso y todo lo hace para mantenerse en el poder.
—Condenaron a su marido a 18 años de prisión el pasado diciembre. ¿Ha podido hablar con él recientemente? ¿Sabe cómo se encuentra?
—Mi marido fue detenido el 19 de mayo de hace dos años y, desde ese momento, no le he visto. Solo puedo comunicarme con él a través de un abogado. Mis hijos le pueden enviar cartas. Las mías no las entregan. Es doloroso ver cómo crecen unos niños sin sus padres. Mi hija de seis años siempre me pregunta cuándo veremos a papá. Entiendo que hay miles de niños que también están esperando por sus padres y madres. Estamos haciendo todo lo posible para liberar a nuestra gente.