Tom Cruise aterriza en Cannes como estrella y salvador del cine
► El certamen dejó ayer de lado a los autores para homenajear al rey de la taquilla
«Si piensas, estás muerto», decía Tom Cruise en ‘Top Gun’, la cinta que firmó el fallecido Tony Scott en 1986. Ahora, con Joseph Kosinski a los mandos del aparato, Cruise vuelve a volar alto con la secuela del piloto Maverick, que ayer se convirtió en el gran acto del festival de Cannes.
Tom Cruise prometía espectáculo en el festival del cine de autor y no defraudó. Llegó a la Costa Azul pilotando su propio helicóptero, y aterrizó con un baño de multitudes. Aunque no le gustó que le preguntaran por qué le gusta tanto el riesgo, tanto fuera como dentro de los rodajes, donde también filma sus escenas más arriesgadas: «A Gene Kelly nadie le cuestionaba por qué bailaba. Si yo hago un musical. quiero cantar y bailar; si hago acción, también lo quiero hacer de la forma correcta», defendió el intérprete, que está a punto de cumplir 60 años pero parece más joven que cuando rodó ‘Misión imposible’. «Aquella fue la primera película que hice como productor y mucha gente me decía que era una mala idea. A mí me daba igual, porque yo deseaba hacerla. Conozco bien esta industria, sé cuales son mis límites y hasta dónde puede llegar. El control de mi físico es una de mis habilidades como actor. Sigo siendo el niño de cuatro años que se tiraba desde el tejado de la casa de su madre con una sábana porque deseaba volar», explicó ante varias docenas de micrófonos.
Porque Cruise se sentó ante la prensa para hablar de su carrera, de su amor por el cine y, sobre todo, del deseo de llevar al público de nuevo a las salas. Porque tiene en su mano la responsabilidad (autoimpuesta) de salvar la taquilla mundial. Aunque aquí, a diferencia de un guion, no hay villanos. «No es lo mismo ver una película en la televisión que la experiencia de la gran pantalla. Ir al cine es lo que más me importa. Allí estamos todos unidos aunque hablemos diferentes idiomas y vengamos de diferentes culturas», defendió.
Es evidente que Cruise ha calculado con meticulosidad el estreno de su secuela para que sea un gran éxito de taquilla, esforzándose por mantener la continuidad de una industria en horas bajas e impidiendo que se estrenara en pandemia en una plataforma. «Me enamoré del cine siendo un niño. Quería vivir las aventuras que veía en pantalla; saltando desde los árboles, corriendo por el campo, soñando... Tuve una infancia nómada y las películas me acompañaban. Eran mi fascinación», dijo en tono casi romántico antes de centrarse en el negocio. «‘Top Gun: Maverick’ está rodada para estrenarse en los cines. Crecí en el cine y mi sueño sigue siendo escribir historias para el cine», dijo vehemente en el tributo a su persona que le organizaron en el certamen.
De esta manera Cruise se presentó ayer en Cannes como la estrella más brillante en la constelación del cine de autor. «Siempre he tenido miedo de no saber hacer algo, por eso me obligo a aprender. Mi sueño es mantener viva mi curiosidad por contar historias». Y con ‘Maverick’ promete haberlo logrado de mano del director Kosinski y de un trío de guionistas (Ehren Kruger, Eric Warren Singer y el autor favorito de Cruise, Christopher McQuarrie) que han resucitado el mito de la rivalidad, de la tragedia y del triunfo de los héroes de carne y hueso.