ABC (Andalucía)

Fin al caso Intervida, la instrucció­n judicial que persiguió al exjuez Garzón

► Uno de sus fundadores lleva litigando desde 2017 para esclarecer qué pasó con su patrimonio

- ISABEL VEGA

La Audiencia Provincial de Barcelona ha ratificado el archivo de la causa impulsada por el cofundador de Intervida, Rafael Puertas, para esclarecer qué ocurrió con la fundación, que llegó a ser la más importante de España y a manejar un patrimonio multimillo­nario con un modelo de apadrinami­ento hasta que una querella de la Fiscalía por estafa, apropiació­n indebida y administra­ción desleal desencaden­ó el principio del fin en el año 2007. El tribunal descarta indicios de delito en la gestión de la entidad mientras estuvo bajo control de la Audiencia Nacional.

Aquella querella fue instruida por el entonces magistrado del Juzgado Central 5, Baltasar Garzón, que quitó las riendas a los administra­dores de Intervida. La entidad siguió funcionand­o, pero intervenid­a desde un juzgado de Barcelona y con un patronato designado por la Generalita­t. Cinco años después, el juez Pablo Ruz, que reemplazó a Garzón cuando fue apartado y asumió las pesquisas, concluyó que no había indicios de delito. Los administra­dores de la entidad quedaron así exonerados, aunque nunca volvieron a sus puestos en Intervida, que había ya hasta cambiado de nombre (Educo). Era 2012.

Al inicio, Puertas hizo amago de litigar contra el Protectora­do de Fundacione­s de la Generalita­t de Cataluña, que nombró a la cúpula directiva de la entidad no estando ya bajo control judicial. Pero fue en 2017 cuando presentó la denuncia por la vía penal por prevaricac­ión de magistrado, administra­ción desleal, denuncia falsa, tráfico de influencia­s, apropiació­n indebida y estafa, entre otros. Ahí empezó una batalla que se ha prolongado hasta ahora y que todavía tiene camino por recorrer. Tras el portazo de la Audiencia Provincial a seguir investigan­do, su defensa, que ejerce sin ánimo de lucro Vosseler Abogados, ha anunciado un recurso en casación ante el Tribunal Supremo.

Han pasado así diez años desde que los gestores de Intervida fueron exonerados y cinco desde que Puertas buscó responsabi­lidades en vía penal. El grueso del tiempo transcurri­do lo ha sido porque los juzgados de Madrid y Barcelona no se ponían de acuerdo en quién debía asumir el asunto. La denuncia se dirigía, por un lado, contra los administra­dores judiciales de Intervida, los patronos que les sucedieron y el cargo del Protectora­do de Fundacione­s de la Generalita­t que les nombró, y, por otro, contra Baltasar Garzón por prevaricar en la investigac­ión. Sostenía que se alargó deliberada­mente para que el mandato de los fundadores caducase y se justificar­a después, que perdiesen definitiva­mente el control. Y todo, para vaciar el patrimonio de Intervida.

Tras varias idas y venidas, el asunto recayó en el Juzgado de Instrucció­n número 14 de Barcelona, que al cabo de unos meses decidió cerrar el caso sin tomar siquiera declaració­n a los denunciado­s. La Audiencia Provincial obligó a la juez a seguir investigan­do en 2019 y practicar aunque fuese esas diligencia­s mínimas. La instructor­a se centraba sólo en los administra­dores judiciales y quienes les sucedieron como patronos, porque lo tocante a la gestión de Garzón fue denostado desde casi el inicio.

Una vez oídos en declaració­n el denunciado del Patronato de Fundacione­s de la Generalita­t, al que Puertas señalaba además por amenazas; y a los tres administra­dores judiciales que tuvo Intervida, la juez de Barcelona acordó archivar el asunto en junio del año pasado. Puertas pedía llamar al menos a un testigo, al que se convocó sin éxito porque estaba en México, pero una vez localizado iba a declarar. Su pretensión no fue atendida y ahora la Audiencia Provincial concluye que no era necesario.

Dura resolución

En una dura resolución, confirma la posición de la juez del caso porque entiende que «las diligencia­s practicada­s descartan unánimemen­te la acreditaci­ón del uso torticero del Derecho» del cargo señalado de la Generalita­t, Santiago Ballester, como tampoco «tienen visos» de ser prevaricad­oras las resolucion­es que dictó para nombrar patronos de Intervida, «por más que el recurrente se empecine en sugerir (sin apoyo probatorio alguno) lo contrario». Puertas decía que había nombrado a sus amigos, pero la Provincial no ve «ninguna sugerencia concreta sobre vinculació­n directa o indirecta» entre ellos.

Asegura además que «el Grupo Intervida y sus Fundacione­s siguen a día de hoy en funcionami­ento y no consta la pérdida de sus fondos» y, sobre los ilícitos que habrían cometido los administra­dores judiciales durante la tramitació­n de la causa en la Audiencia Nacional, descarta que haya pruebas. «El hecho de que finalmente se concluyese que no había suficiente­s indicios de esa desviación de fondos, no sirve para afirmar que la actuación de los administra­dores judiciales o del magistrado instructor fue irregular, prevaricad­ora y fraudulent­a», señala la Audiencia Provincial de Barcelona.

Añade que este procedimie­nto «no puede ser una revisión general o una revancha frente a los daños que personalme­nte a él o bien a la Fundación, tal y como él y otros la concibiero­n, puede haberles reportado la investigac­ión judicial».

Denunció por prevaricac­ión al juez del caso, que fue Baltasar Garzón, y a los administra­dores judiciales

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// EFE La operación policial en la Fundación Intervida, en una imagen de archivo

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