Tomás Rufo pone el cascabel a la feria
► El toledano abre la Puerta Grande en su confirmación de alternativa y El Juli realiza una faena magistral en la corrida de Garcigrande
¿ Quién le pone el cascabel al gato de esta Feria? Tomás Rufo, que confirma la alternativa con un bonito colorado, Cascabel, logra una faena llena de armonía: primera oreja. La del último, más generosa, con un toro peor, le abre la Puerta Grande. Sin trofeos, por la espada, El Juli se muestra como un técnico consumado, en una faena magistral. Talavante ofrece momentos estéticos pero sigue sin redondear el triunfo .Los toros de Garcigrande dan juego variado: buenos, primero, cuarto y quinto.
Viene el Juli esta vez con la tranquilidad de saber que le van a recibir bien. El segundo toro roza los seiscientos kilos y el cuarto los sobrepasa pero no superan en trapío a sus hermanos. El segundo flaquea desde el comienzo pero el presidente lo mantiene y se equivoca porque las caídas continúan. La veteranía de El Juli le lleva a cortar la imposible faena. La pena es que mata mal, sin estrecharse. Debía haber salido el pañuelo verde.
El cuarto sale muy suelto, manseando claramente. Julián, que conoce bien la ganadería, lo sujeta con el capote. La faena es una demostración de técnica y dominio: metido muy en corto, provoca las embestidas, logra alargarlas, deja la muleta en la cara para que el toro no se vaya... Una verdadera lección. Se ha metido al público en el bolsillo. Falla con la espada, suenan dos avisos, el presidente le niega la oreja (¿por qué?) pero le hacen dar una triunfal vuelta al ruedo. Lleva una gran Feria.
Sí cortó un trofeo Talavante la tarde de su reaparición pero se quedó a medias de lo que de él se espera. Tiene tres tardes más para resarcirse. El tercero sale manseando, incierto. No se confían los banderilleros. Talavante acierta en los doblones iniciales pero luego la faena es desigual, sin dominar al toro y con enganchones. Mata con suavidad, como suele, pero caído.
El quinto luce dos perchas considerables: para colgar un ropero, decían antes. Después de una salida incierta, embiste con nobleza. Talavante ha de reaccionar: brinda al público y encadena, en dos tandas, once muletazos de rodillas. Aprovecha la suavidad con que embiste la res para trazar muletazos estéticos: una faena con buenos momentos pero más desigual que la de El Juli. Y lo emborrona con la espada.
A muchos les ha sorprendido que Tomás Rufo haya abierto la Puerta del Príncipe. Los que le habíamos visto en Madrid y em Valladolid ya apostábamos por él, igual que han hecho los Lozano, sus apoderados: en el primer año de alternativa, aceptar que toree en las grandes Ferias supone tener mucha confianza en sus cualidades. Y las ha demostrado: temple innato, clasicismo, toreo puro... La afición de Las Ventas le estaba esperando.
El primero sale flaqueando y se para; después de varas, se viene arriba, es noble, le falta un poco de viveza y recorrido. Rufo torea primorosamente: clásico, tranquilo, provoca la arrancada, conduce la embestida , manda mucho. Un cambio de manos y los pases de pecho levantan un clamor. Al final, recurre a los naturales con los pies juntos (la escuela sevillana de Manolo Vázquez). La faena, muy buena, sólo ha tenido un lunar: debió matar antes. El toro no cuadra, suena un aviso. Aún así, se tira de verdad y cobra la estocada: justa oreja. Y deja abierta la ilusión para el último.
Gran par de Sánchez
El sexto embiste irregular. Se luce Fernando Sánchez en un gran par. ¿Será capaz de imponerse a él Rufo? Se dobla con la pierna flexionada, le da espacio, aplica la receta del temple pero el toro protesta; aguanta parones, muestra su clase en lentos muletazos. Logra una gran estocada y la oreja –generosa– le abre la Puerta Grande. La gente ya sabe cómo torea Rufo y queda con ganas de volverlo a ver.
En el cervantino ‘Rinconete y Cortadillo’, la Gananciosa le canta a Monipodio, «con voz sutil y quebradiza», esta seguidilla, para elogiar a un guapo rubio o pelirrojo (‘rufo’), como un flamenco: «Por un sevillano, / rufo a lo valón / tengo socarrado / todo el corazón».
Con la emoción de esta tarde, un vecino me pasa esta nueva versión taurina: «A un toledano / que torea con son / le aclama Las Ventas / con mucha pasión. / Los Lozano han puesto / en él su ilusión: / el triunfo de Rufo / les dió la razón. / Este Tomás Rufo / causó sensación, / nos ha socarrado / todo el corazón».