Sangenjo se viste de gala
El calificativo de emérito ni es bonito ni elegante
¡ Qué viene el Rey! Qué viene el Rey! Es lo que se oye por todas partes.
Sangenjo se viste de gala para recibir a Don Juan Carlos. Desde allí salió un día y allí regresa para dejar constancia de su impronta y su cercanía.
Pero, ¿no es el Rey de España?, me pregunta un amigo mío inglés. Sí, sigue ostentando ese título, rango, dignidad o como se le quiera llamar. Le han añadido el calificativo de emérito, que ni es bonito, ni es elegante ni es nada, pero es el equivalente a Rey padre en todas las monarquías europeas. Cosas de modernos, término contestando a mi interlocutor que empieza a no entender nada.
Pero, ¿por qué se fue de España?, siguió interpelándome mi amigo. Le respondo que tal vez le aconsejaron equivocadamente, o quizás intencionadamente, porque desconfío que hay gente que su deseo es abolir la Monarquía y cuantos menos obstáculos mucho mejor. O tal vez por no molestar, aunque yo eso no termino de creérmelo.
¿Pero no fue un gran Rey? Sí, sí. La llegada de él al trono fue un revulsivo, un paso a la normalidad democrática, a la modernidad, a la paz social, al bienestar y al prestigio internacional como nación.
Entonces, ¿qué ha pasado para que termine así? Pues que cometió ciertos errores personales, más administrativos que políticos. A Don Juan Carlos se le ha acusado de algunas irregularidades que ha subsanado y de otras que no se han podido probar y de algunas que habían prescrito.
Sin duda acciones que han decepcionado a algunos y que otros aprovechan para vomitar el más absoluto desprestigio, quitarse de en medio a un peso pesado y, de esta manera, seguir socavando el estado de derecho y obtener sus anhelos de destruir España, convertirla en varios pequeños países, mientras protegen a una familia que vive tranquilamente en sus dominios gracias a la herencia de un abuelo que la tenía depositada en un paraíso fiscal.
Mi amigo opina que donde está la dignidad de los españoles, permitiendo que el Rey emérito o Rey padre viva refugiado en otro país, que no se le permita vivir en su casa, en la que siempre ha vivido, donde siempre lo ha hecho, rodeado de su familia y sus amigos. Y que si hay alguien al que le moleste o incomode su presencia, por qué no se le ofrece una residencia de la misma categoría para que pueda pasar con tranquilidad lo que le reste de vida.
¿Se imagina alguien que al señor le ocurriese algo en su casa de Abu Dabi? Puede haber mayor crueldad y castigo para alguien? Es como alimentar, después de siglos, la leyenda negra de España. Qué pasase algo así sería imperdonable porque recordaríamos a los tiempos de la Inquisición. Y esto nos llevaría a pensar que a quien hierro mata, a hierro muere.
Es como para opinar que al que un día pidió perdón, ahora el perdón no se le concede. ¿Es tan miserable el pueblo español?
La generosidad va unida a la conciencia de cada uno y solo los miserable adolecen de ambas.
La llegada de Don Juan Carlos al trono fue un paso a la normalidad democrática
Cometió ciertos errores personales, más administrativos que políticos