Ucrania, campo de experimentación
El proceso de adhesión de Finlandia a la OTAN, aunque en fase embrionaria, ya está teniendo consecuencias. Aparte del corte del flujo de gas ruso, supuestamente por negarse a pagar en rublos, también ha provocado la decisión del Ministerio de Defensa ruso, de proceder a la constitución y despliegue acelerado de una docena de nuevas bases militares a lo largo de los 1.300 kilómetros de frontera común. Ésta ha pasado de ser territorio neutralizado a ser percibida como hostil. Una nueva carga para Rusia que ve ampliado el territorio a vigilar y cubrir por sus fuerzas armadas.
Las operaciones se concentran en el Donbass y su centro de gravedad se sitúa en el baluarte formado por Lysychansk y Sievierodonetsk, localidades ‘mellizas’ a caballo del río Donetsk donde, desde hace diez días, las tropas ucranianas resisten las embestidas de las rusas apoyadas por un atiborrado fuego, especialmente de artillería, drones y cohetes. Por ello, las tropas rusas intentarían operar en la retaguardia próxima ucraniana mediante dos acciones ofensivas complementarias. Una, aprovechado su acumulación de fuerzas en Popasna, tras la caída de ésta y de Mariúpol, para avanzar en dirección norte tratando de cortar la línea logística que, desde Artemivsk y Kramatorsk, sostiene la capacidad de combate de las tropas ucranianas en la zona. Y, la otra, para intentar el paso del Donetsk, 15 kilómetros aguas debajo de Lysychannsk-Sievierodonetsk, en dirección a Toshkivka para amenazar el ‘baluarte’ por su flanco sur.
A pocos días de cumplirse tres meses desde la invasión, puede concluirse que se está produciendo una especie de carrera de armamentos. Esta guerra, que está desangrando a Ucrania, Rusia y, en general, a Europa está sirviendo de excusa para la fabricación y desarrollo, por ejemplo y entre otras muchas armas, de drones y misiles hipersónicos. También encuentra en el castigado territorio ucraniano el mejor campo de experimentación de nuevos armamentos y materiales. Lo que, junto a la proliferación de maniobras de las fuerzas de la OTAN y frecuentes vuelos de los bombarderos norteamericanos cerca de sus fronteras, incrementan la tensión y la inestabilidad en el oeste ruso.