Laso, tras la última posesión: «Teníamos que haber hecho falta»

► El Efes ganaba por uno a falta de 18 segundos, y el Madrid defendió hasta el pitido final

Justo en el momento en el que el confeti despegó y el Efes levantó el trofeo de la Euroliga en el Stark Arena de Belgrado, el Real Madrid se retiró a la oscuridad de los vestuarios. Tras un gran esfuerzo, fueron los detalles los que decidieron una final muy igualada, de esas en las que uno se olvida de parpadear porque hasta el más sutil de los gestos puede decantar la victoria para uno de los bandos. Laso, algo cabizbajo, porque ganar esta Euroliga hubiese sido una gesta de época, asumió que en los segundos finales, con el Efes uno arriba, con la posesión y a falta de 18 segundos para la bocina, deberían de haber actuado diferente: «Con un punto abajo era un momento difícil para nosotros para decidir. Es verdad que ahora lo fácil cuando pierdes es decir que teníamos que haber hecho falta. Creo que teníamos suficiente tiempo con algo más de tres segundos entre el final de su posesión y el final del partido. Podíamos defender y tener la última posesión. No pudimos coger el rebote y no pudimos atacar. Si me preguntas ahora si teníamos que haber hecho falta en la última jugada, sí teníamos que haberla hecho, pero no sé que habría pasado», explicaba el vitoriano en rueda de prensa. Los jugadores no hicieron declaraciones.

En el otro bando, todo era celebración. Singleton atravesó la zona mixta con la red de una de las canastas a modo de collar y Micic, copa en mano, se dio un baño de masas en el vestuario turco, mientras retumbaba el «MVP» que le cantaban sus compañeros. Larkin, también eufórico a pie de pista, fue más allá y seguró que «este Efes es de los mejores equipos de siempre». Ergin Ataman, entrenador de los de Estambul, ensalzó en rueda de prensa la determinación de los suyos cuando la tensión y la igualdad son las notas dominantes de un encuentro: «Sabemos manejar los últimos minutos. Tengo grandes jugadores que pueden resolver las situaciones». Aemás, con su habitual confianza en sí mismo, aseguró que el grupo que dirije bien podría competir en la NBA: «Sabéis lo que pienso. Yo siempre he pensado que somos un equipo de nivel NBA. Este año no estuvimos tan bien, pero sí los dos anteriores temporadas». No tuvo mucho más tiempo para desmenuzar el partido el técnico, pues sus pupilos aparecieron en la sala como una estamipda de búfalos y comenzaron a rociar a su maestro con champán, así como a los periodistas.

Micic, que amarró su segundo MVP consecutivo de la Final Four, completó un hecho de lo más inusual y que revaloriza el buen estado del baloncesto serbio. Nikola Jokic fue elegido como MVP de la fase regular de la NBA hace solo unas semanas, también por segundo año consecutivo, y Milos Teodosic fue declarado como mejor jugador tanto de la temporada como de la final de la Eurocup, la segunda competición europea de clubes más importante, de la que se proclamó campeón con el Virtus Bolonia italiano.

Serbia completa el trío de MVP: Jokic en la NBA, Teodosic en la Eurocup y Micic en la Final Four