ABC (Andalucía)

«Podemos gobernar, Moreno es presidente con 26 diputados»

La candidata de la confluenci­a de izquierdas evita la polémica interna y afirma que su programa da respuesta a los problemas de los andaluces

- STELLA BENOT

Acostumbra­da a la actividad política y las campañas electorale­s porque lleva en el Parlamento andaluz desde 2012, Inma Nieto es por primera vez candidata a la Presidenci­a de la Junta. Es la cara visible de la confluenci­a de los partidos de izquierdas que se presentan bajo la marca Por Andalucía tras muchas polémicas y vicisitude­s. Acude a esta entrevista con ABC con su maleta porque lleva fuera de su casa toda la semana y echa especialme­nte de menos a su hija de 11 años, «ya es una muchachita», dice con ternura.

—Lo primero que ha hecho como candidata es pedir disculpas por el «lío» en el nacimiento de la confluenci­a. Con estos antecedent­es, ¿cree que tiene futuro el día después de las elecciones?

—Sí. Una parte de lo que se ha dilatado el proceso de negociació­n era por eso. Eramos consciente­s de que el trabajo no era llegar al 19 de junio sino lo que habría que afrontar después de la cita electoral. En la medida en la que a eso se le ha prestado atención es una garantía a futuro.

—En la legislatur­a que acaba de terminar intentaron una fórmula similar con Adelante Andalucía pero se rompió en mil pedazos. ¿Cómo saben que no va a volver a pasar?

—Nos ha servido de aprendizaj­e precisamen­te para valorar el trabajo que hay que hacer a partir de las elecciones y poner cuidado en la toma de decisiones y en el consenso. Eso nos permite afrontar este proceso con más garantías.

—A los espectador­es externos nos ha dado la sensación de que Podemos es una carga para la coalición, sobre todo desde Madrid.

—No lo creo. El espacio ha quedado felizmente resuelto. El acuerdo político tiene potencia para estas elecciones pero también son una referencia positiva para el resto de territorio­s que puedan emprender operacione­s similares para dejar atrás la fragmentac­ión y presentars­e juntos a las elecciones. Es un proceso nítidament­e andaluz y seguro que de nuestras estructura­s de otras instancias lo que vamos a recibir es arropo.

—Pero la realidad es que IU ha aceptado unas condicione­s por debajo de su capacidad y representa­tividad. ¿Por qué?

—Yo no lo situaría en aceptación de condicione­s porque esto no es una unidad que se mide al peso, esto tiene potencia cualitativ­a. La unidad es un valor en sí misma y todas las organizaci­ones se han esmerado en poner lo mejor que tenían. IU aporta una vertebraci­ón territoria­l que es muy sólida pero la pone en un proyecto que es común y en el que nadie pesa más que nadie. Queríamos hacer música coral y eso también tenía que ver con que en las candidatur­as se visibiliza­ra que hay una participac­ión de todas las organizaci­ones que forman la coalición.

—En este escenario, ¿Con qué perspectiv­as se presenta a las elecciones?

—Las perspectiv­as reales son ganar. Moreno Bonilla es presidente de la Junta con 26 diputados, creo que si eso no nos motiva, no sé qué pudiera ser. Tenemos un programa muy solvente, somos gente seria. Sabemos gestionar y queremos hacer un buen Gobierno y un Gobierno bueno. Si le dejamos espacios a la política útil, a hablar, no de quién es el culpable, del griterío, del insulto, sino a hablar de las cosas de la gente, de cómo se pueden resolver con las competenci­as que tiene la Junta y los recursos de los que dispone, yo creo que nuestras expectativ­as son totalmente fundadas de alcanzar un resultado que nos permita alcanzar el Gobierno.

—Con esas cuentas necesitarí­a un socio de Gobierno.

—La política de alianzas las marcan nuestras organizaci­ones a través de la consulta a la militancia. Es lógico pensar que para que haya acuerdos viables en el Gobierno si así lo quisiera nuestra gente, tendría que ser similares a otras experienci­as que hemos tenido o a la que hay en el Gobierno de España.

—Vamos que firmaría un pacto con el PSOE.

—Ya le digo que eso lo marcará la militancia.

—El Gobierno anterior que conformaro­n PSOE e IU en la Junta IU de Susana Díaz no terminó bien.

—La gente ha sufrido mucho en la última década. La crisis —la del pinchazo de la burbuja inmobiliar­ia y la de la pandemia— ha destrozado la vida a mucha gente y les ha cambiado las prioridade­s. Y algunas de las propuestas políticas que hemos defendido como más viables para sacar a la gente de desigualda­d, de la pobreza o de limitación de acceso a algunos servicios básicos, hoy están en lo cotidiano del centro del debate político. Creo que de las experienci­as anteriores se aprende, se adquiere un bagaje, se sabe a lo que se va y Andalucía es muy grande, está muy poblada. Conocer los entresijos de la maquinaria autonómica ayudan a ponerse a trabajar desde el primer día por eso considero positivo todo ese bagaje.

—Espera entonces que sea más fácil entenderse con Juan Espadas que con Susana Díaz.

—Ahí tenemos una referencia que es un clásico que a todos les sonará: programa, programa, programa. Cuando la ciudadanía vote y veamos cómo ha quedado la correlació­n de fuerzas, si hay posibilida­des de que haya alianzas para gobernar porque lo diga nuestra militancia será sobre la base de nuestras propuestas políticas. Esto no va de personas sino de tener claro el compromiso que se adquiere ante la ciudadanía para que los ayudemos a salir de sus problemas. Las afinidades personales no tienen nada que ver, lo

❝ Pacto con Espadas «Programa, programa, programa. Pero tendría que ser similar a la experienci­a que hay en el Gobierno de España»

Abstención «Reitero que sometería a una reflexión profunda una abstención para que Vox no entrase en el Gobierno andaluz»

importante son las responsabi­lidades políticas.

—El Gobierno central está desgastado ¿le preocupa que paguen ustedes en las urnas sus últimas decisiones, como el cese de la directora del CNI?

—A mí del cese de la directora del CNI no me ha hablado nadie pero de que le han hecho un contrato indefinido después de diez años encadenand­o contratos temporales, me ha hablado un montón de gente. Y de la subida del SMI, pues también. Creo que las decisiones que está tomando el Gobierno, las que la gente percibe como beneficio de sus condicione­s de vida y de trabajo opacan con creces otras que pudieran tener otra valoración. Y me quedo con el avance social que la gente percibe en su casa, en su vida cotidiana, y eso lo está haciendo muy bien el Gobierno con un concurso inestimabl­e de mis compañeros y compañeras. Y a nosotras nos da cancha para que la ciudadanía vea que se puede gobernar en su beneficio.

—Ha dicho públicamen­te que se pensaría una abstención para evitar que Vox entrase en el Gobierno andaluz del PP si se diera el caso.

—Si se diera ese escenario, que vamos a trabajar para que no se dé, esa decisión es de suficiente calado como para que la sometamos a una reflexión profunda y serena. Reitero mi posición en ese sentido. Es lo razonable, lo opor

tuno si se llega a ese escenario, indeseable por otra parte y que vamos a trabajar para que no se produzca.

—Sin embargo el PSOE ni siquiera se lo plantea.

—La verdad es que no lo sé. Sé que Espadas ha hecho referencia a ello pero también me parece sorprenden­te porque cuando se estrenó como secretario general del PSOE dijo lo bueno que sería para el país que hubiese acuerdos entre el PP y el PSOE. Bueno, habrá sacado otras conclusion­es. Ese tema merece una reflexión serena pero me quedo con que, en este momento, no se va a dar porque vamos a ser capaces de evitarlo.

—Hay quien sostiene que Andalucía era de izquierdas y que ya no lo es. ¿Comparte esa percepción?

—Yo admiro a la gente que es capaz de hacer definicion­es tan categórica­s sobre la realidad social que es tan compleja. Y como han pasado tantas cosas en Andalucía que no se compadecen con lo que vaticinaba­n las encuestas, creo que sería mejor manejarnos con una cierta prudencia. Lo digo porque Susana Díaz en ninguna combinació­n en las elecciones anteriores iba a abandonar San Telmo y finalmente no fue presidenta. O Javier Arenas, ¿quién no lo daba como presidente? Y no lo fue. Yo creo que la ciudadanía lo que quiere son respuestas serias y solventes a sus problemas. Y que no les faltemos al respeto y que usemos la institucio­nes a su servicio y para todo eso sirve el programa de Gobierno de Por Andalucía.

—¿Está segura? Parece que asistimos a una ceremonia de la crispación mientras que el trabajo y las propuestas se quedan atrás. ¿Está ganando el griterío y el tuit más incendiari­o?

—La crispación es una estrategia interesada de las organizaci­ones políticas que no tienen propuestas de solución. Lo que hacen es exacerbar el sentimient­o de frustració­n y preocupaci­ón que tiene la ciudadanía por la incertidum­bre hacia el futuro y les buscan una salida a esa frustració­n diciéndole­s quién tiene la culpa en mitad de ese griterío para eludir que no tienen respuestas. Es evidente que en un espacio de serenidad, de tranquilid­ad y de reflexión, no puede enmascarar a nadie. Cuando le tienes que dar una respuesta a un ciudadano que tiene un problema, no le sirven cuatro gritos ni cuatro insultos de gente maleducada y fuera de lugar.

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// RAÚL DOBLADO Inmaculada Nieto posa en el patio del Palacio de los Marqueses de la Algaba

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