Solas, borrachas y holgazanas
Lilith Verstrynge Secretaria de Organización de Podemos
La secretaria de Organización de Podemos alerta contra la cultura del esfuerzo y aboga por la vagancia
No fue Lilith Verstrynge llamada por Dios para que recorriera el camino de la oratoria, arte de la palabra en el que, tras hacer de tripas corazón, ha sabido arrostrar sus manifiestas carencias con recursos escénicos y elementos visuales de gran carga comunicativa y enorme fuerza simbólica. Si Demóstenes superó la tartamudez, Lilith ha logrado hacerse entender a través de la imagen y la figuración plástica. El otro día se puso a reflexionar sobre la cultura del esfuerzo y la meritocracia –valores fascistas– y terminó consagrando el derecho a vaguear de vez en cuando, quejándose de las consecuencias de un estrés que provoca dolor de encías y pérdida de cabello y alertando contra la fatiga estructural y la pandemia de ansiedad que genera el sacrificio. «Lo que más nos gusta y lo que mejor se nos da es disfrutar, bailar y pasárnoslo bien», dijo Lilith en pleno trance discursivo, sin la elocuencia de quien resumió esa misma idea en la célebre premisa de progreso ‘Solas y borrachas’. Lilith es consciente de sus limitaciones retóricas, pero se las apaña bien para salir airosa de sus berenjenales y pláticas. Nada mejor para hablar de la vagancia, el estrés, los méritos, el esfuerzo o la fatiga estructural que hacerse rodear de Ione Belarra e Irene Montero, alta representación ministerial del axioma que dice que ‘una imagen –en este caso doble, desenfocada por la embriaguez de quien vuelve sola o en compañía de otras, borrachas– vale más que mil palabras’.