¿Necesitamos tanto funcionariado?
Hoy en día en España, y desde hace mucho tiempo, la máxima para mucha gente es convertirse en funcionario. En muchos casos, da igual el puesto a cubrir, lo importante es ‘meter la cabeza’. Es un secreto a voces que nos sobran funcionarios en casi todas partes, y que su productividad es bajísima. Algunas de las consecuencias para nuestra economía podrían ser las siguientes. En muchos casos, gente joven y con buenas capacidades, que podría dedicarse a sectores punteros, o no tan punteros, de la economía del país, prefiere hacer su oposición, y de esa manera malgastar sus talentos.
El coste salarial del gremio funcionarial creo que es inasumible para un país tan endeudado como el nuestro. No puede ser que una gran parte de nuestros impuestos, o el incremento de deuda, se destinen a mantener a tanta gente. Al ser un gremio tan numeroso, creo que se han hecho con un poder de influencia a todos los niveles sumamente importante, con el que no hacen más que añadir nuevas prebendas a las que ya tienen (vacaciones, permisos, horarios reducidos...). Podríamos seguir citando puntos negativos, pero prefiero también indicar que entre el funcionariado hay excepciones a la regla. Hay funcionarios que son responsables y realizan su trabajo con entrega y eficacia. Viene esto a colación de la reciente noticia de que se van a ofertar en España unos 45.000 puestos de funciónario para este año, y los señores del Gobierno se quedan tan anchos; total, juegan con pólvora del rey, y además, el problema añadido se lo pasan al siguiente que gobierne. Creo que la sociedad en general debe exigir que se realice una auditoría periódica a todas las administraciones para medir la eficacia de cada puesto de trabajo. Yo creo que con ello, y haciendo trabajar la jornada laboral que se trabaja en el sector privado, posiblemente nos ahorraríamos más de un 50 por ciento del funcionariado actual. JACINTO LÁZARO MADRID