Bodas de oro para una ilusión que se extingue
Tivoli World, en Benalmádena, primer parque de atracciones abierto en Andalucía, camina hacia su extinción encarando su segundo verano cerrado justo al cumplir 50 años
Fue un sueño para los más pequeños. El primer parque de atracciones de Andalucía. Tívoli World fue un espacio único en Benalmádena. Abrió sus puertas el 20 de mayo de 1972 y en su teatro actuaron los más grandes, desde Miguel Ríos a Rocío Jurado, pasando por Alejandro Sanz o Boney M. Un lugar de peregrinación festiva para aquellos que pasaban sus vacaciones en la Costa del Sol. Espacio que 50 años después ve como los ecos que aquel pasado dejan de escucharse y como sus calles languidecen acuciadas por el abandono tras el cierre de la actividad. Con aquellos trabajadores, que hicieron posible la ilusión de tantos niños, varados en un juzgado esperando un futuro incierto.
Es la realidad actual del Tívoli, que afronta su segundo año más triste, sin actividad e inmerso en largos procesos judiciales para dar una salida digna a sus empleados. La plantilla se puso en manos de CC.OO. para pedir a Tremón que subrogue a los trabajadores. Lo han hecho en la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía .
Se está a la espera de una sentencia para ver qué futuro tiene el centenar de empleados (37 de ellos fijos). Empleados que no tienen ningún salario, porque están dados de alta en la anterior empresa y no tienen derecho ni a cobrar prestaciones. Los fijos discontinuos estuvieron con la prestación extraordinaria hasta el 31 de marzo y siguen trabajando. La plantilla está yendo a turnos para mantener el parque, para que no se pierda, aunque el abandono se abre paso de forma inevitable.
Con esa situación límite, el día del cumpleaños de este parque, los trabajadores se volvieron a concentrar en sus puertas. Recordaron que Tremón ya es el propietario con todas las de ley, despejadas las dudas y los pleitos con Rafael Gómez ‘Sandokán’, que lo explotó durante años pese a no ser el dueño y acumulando deudas. Por eso le piden que los asuma dentro su plantilla. Mientras se espera una solución con el candado colgado de las puertas, el Ayuntamiento de Benalmádena insiste en que es una actividad rentable y que se puede volver a poner en marcha.
En este sentido, el alcalde, Víctor Navas, aseguró a los trabajadores que hay inversores dispuestos a abrir y explotar el Tívoli. Dio así esperanza para estos empleados enfrascados en una lucha sin cuartel con la empresa propietaria. «Necesitamos el apoyo de todas las administraciones para sentarnos de una vez por todas, para instar a los actuales propietarios, Grupo Tremón, a que se decante por fin entre una de las dos opciones que tiene: abrir el parque o venderlo», recordó el alcalde, quien recordó que perder definitivamente este parque es quedarse sin un icono de la Costa del Sol.
Pero el problema viene de largo y estalló en el Juzgado de lo Mercantil 1 de Málaga, donde por una deuda de 7.000 euros se nombró un administrador concursal. La misión de Tremon era sacar de la gestión a ‘Sandokán’ y eso condenó al Tívoli. Durante años, pleitearon por la propiedad con sentencias y recursos, para luego ver cómo caía en manos de un administrador que reconocía una deuda real de 11 millones, que decía que era rentable abrir en sus informes, pero acató la decisión de cerrar.
Y ahora Tívoli es también un arma política. Susana Díaz lo llevó al Parlamento andaluz en su día para buscar consenso sobre su salvación. Eso fue después de que el Ayuntamiento decidió una protección contra la especulación con los terrenos. El último fue Juan Espadas la semana pasada, que no dejó pasar la ocasión para tratar de rascar algún voto en la desesperación de la plantilla. «Que no ocurra como Abengoa», comparó el candidato socialista, mientras ofrecía un discurso en el que hablaba de «revitalizar» y buscar «otras fórmulas que permitan mantener los puestos de trabajo».
Más leña a un fuego que arde al amparo de una declaración de insolvencia de la empresa propietaria que se arrastra desde 2008, tras solicitarla al Juzgado de lo Mercantil 2 de Madrid, que en 2012 tuvo un acuerdo con los acreedores para solventarla y una supuesta quita del 99% en marzo del 2021. Años en los que el Tívoli no estaba dentro de sus propiedades.