Maverick y el declive americano
El paso del tiempo ha sido mucho más benigno con Tom Cruise que con Estados Unidos
En términos geopolíticos, 36 años son toda una eternidad. Cuando la película ‘Top Gun’ se estrenó en 1986, Estados Unidos celebraba su gran momento de unidad de propósito, supremacía moral y hegemonía militar que en cuestión de cinco años precipitaron el final de la Unión Soviética. Eran tiempos en los que además de la necesidad de velocidad no había muchas dudas sobre quiénes eran los buenos ganadores y los malos perdedores.
La película original, uno de los mayores éxitos de taquilla en la historia de Hollywood, llegó a ser utilizada por la Navy para atraer nuevos reclutas a las puertas de los cines. Hasta en Asia no pasó desapercibido el largometraje que empezaba con el portaaviones USS Enterprise ‘apatrullando’ el océano Índico y terminaba con el capitán Pete ‘Maverick’ Mitchell luchando sin cuartel contra MiG-28 de un enemigo desconocido pero pintados como cazas de Corea del Norte.
El paso del tiempo ha sido mucho más benigno con Tom Cruise que con Estados Unidos. El actor ha pasado de los 24 a los 59 años con una envidiable vitalidad. Lo mismo no se puede decir del gigante americano. ‘Top Gun: Maverick’, la segunda parte recién estrenada de esta saga de aviones propulsados por testosterona está repleta de dudas sobre la superioridad militar de Estados Unidos. Los buenos ya no están en la vanguardia de la tecnología y tienen que medirse con ‘potencias revisionistas’ empeñadas en cuestionar la supremacía americana.
En la vida real, los Estados Unidos del asalto al Capitolio se enfrentan a crisis como el desabastecimiento de leche infantil o los tiroteos perpetrados en un par de semanas en Búfalo (Nueva York) y Uvalde (Texas). Incluso los aviones militares del ‘juicio final’ –pensados para que el Gobierno federal pueda seguir funcionando en caso de un conflicto nuclear– ya no pueden más. Son cuatro Boeings 747200, un modelo jubilado hace tiempo por las aerolíneas comerciales, que por falta de presupuesto tendrán que seguir volando por lo menos hasta el 2027, mucho más allá de su cincuenta cumpleaños.