Goirigolzarri apunta a Cano y FG por contratar a Villarejo a sus espaldas
▶ Asegura que solo supo meses después que se había fichado a una «agencia de inteligencia» frente a Sacyr ▶ Incide en la «deslealtad» de su subordinado, que no le informó
El ex consejero delegado del BBVA y actual presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, declaró ayer como testigo en la Audiencia Nacional que la contratación de la empresa Cenyt del comisario José Manuel Villarejo en 2004 para frenar el avance de Sacyr sobre el accionariado del banco se fraguó a sus espaldas y solo se enteró cuando su entonces subordinado, Ángel Cano, le reconoció meses después que se había recurrido a una «agencia de inteligencia». Asumió entonces que la decisión «la había tomado el presidente», Francisco González, el único con autoridad para puentearle.
Goirigolzarri acudía a declarar como testigo en la pieza separada número 9 de la macrocausa sobre Villarejo en relación al conocimiento que pudo tener cuando se recurrió a Cenyt para investigar al entonces presidente de Sacyr, Luis del Rivero, y las personas que integraban lo que el comisario denominaba «grupo hostil» para hacerse con mayor control del consejo de administración del banco, el denominado ‘Proyecto Trampa’, que se desplegó entre 2004 y febrero de 2005.
Según informaron fuentes presentes en la declaración, Goirigolzarri explicó que tuvo conocimiento por primera vez de aquel acercamiento de Sacyr en noviembre de 2004, por lo que no entiende que en la documentación intervenida a Villarejo consten maniobras preparatorias de meses previos. Luis del Rivero le llamó, le contó que intentarían llegar a un 6 o un 8% del accionariado y él dio cuenta a Francisco González sobre la marcha. Ante el juez, comentó que la operación a nivel financiero no preocupaba tanto como a nivel mediático –dijo que por la prensa se sabía que parte del Gobierno era favorable– porque había más ruido que capacidad económica real para tomar el control del banco.
En todo caso, señaló, si durante aquellos meses de turbulencias se contrató a Cenyt él no lo supo, y dató exactamente el momento en que se enteró: una reunión con Ángel Cano, en la época responsable del área de Recursos Humanos y con ascendencia sobre la dirección de Seguridad que ostentaba Julio Corrochano, que tuvo lugar en mayo de 2005. Cano le dijo a Goirigolzarri que en la época de Sacyr se había contratado a «una empresa de inteligencia» para hacer un «análisis
de la operación», y todo, «legal». Goirigolzarri incidió en este punto en que se enfadó muchísimo con Cano porque consideró que aquello había sido «una deslealtad», porque como subordinado directo, debía haberle informado en su momento. Explica así que no se hablase de nada más sobre el contrato en aquella reunión, donde la conversación acabó girando en torno a la falta de confianza y lo desleal de haber acometido aquella contratación a sus «espaldas».
No supo así qué fue de aquel trabajo de inteligencia, no conoció sus resultados, Cano no le proporcionó detalles ni matices y tampoco recuerda ya si le dijo abiertamente que era una orden de Francisco González, pero Goirigolzarri lo dio por hecho. Aseguró que «asumió» que la decisión de contratar a una agencia procedía del presidente como número uno de la entidad financiera. Lo demás, la ejecución del contrato y los detalles, ya no imagina quién llevaría la batuta. Pero el inicio, «lógicamente», conforme dijo, tendría que venir del número uno, el único en el banco que podía puentear al número dos.
«Trampa II»
A la pregunta sobre el modo de proceder en estos casos, añadió que lo normal es que él canalizase los reportes de presidencia a sus subordinados y que cuando el presidente daba un mandato directo a alguien que dependía de él, como era el caso de Cano, esa persona «inmediatamente» fuese a
darle cuenta. Pero con la contratación de Cenyt no habría sido así.
La Fiscalía Anticorrupción había instado la declaración de Goirigolzarri también por otro asunto. En la documentación intervenida a Villarejo obraba un apunte que refería que pudo tener conocimiento de una segunda fase de aquella operación, «Trampa II», ya cuando el banco estaba en negociaciones con la entidad italiana BNL. Goirigolzarri mostró su «sorpresa» por el hecho de que se hubiese recurrido a servicios de inteligencia en aquella negociación, porque él estuvo al frente, manejaba muchos datos y ninguno apuntaba a tal cosa, según explicó. Ni Cano ni Corrochano le informaron nunca de aquello, de acuerdo a su declaración.