ABC (Andalucía)

El Govern reta al TSJC con un decreto que no garantiza el 25% de castellano

▶ Si la Generalita­t no envía hoy las instruccio­nes para cumplir el bilingüism­o, la AEB lo denunciará

- DANIEL TERCERO

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ordenó al consejero de Educación de la Generalita­t, Josep Gonzàlez-Cambray, que le remitiera las instruccio­nes enviadas a las direccione­s de los centros de enseñanza para dar cumplimien­to a la sentencia que fija, como mínimo, el 25% de las horas en las aulas en español, incluyendo al menos una asignatura troncal o análoga, y el independen­tismo ha respondido con una ley –en trámite– y un decreto ley, aprobado ayer por el Govern y que deberá ser ratificado por el Parlamento autonómico en menos de 30 días, que nada tienen que ver con lo establecid­o por los magistrado­s del TSJC.

El objetivo de esta estratagem­a liderada por el Govern es doble. Por un lado, intentar engañar al TSJC con el 25%; y, por el otro, dar apariencia de blindaje jurídico a los directores de los centros educativos, que son los primeros responsabl­es de los proyectos lingüístic­os y están en el punto de mira de la Fiscalía, que en dos escritos previos ya ha advertido con actuar, si no ajustan los proyectos a la legalidad.

Así, está por ver las instruccio­nes concisas y «clarísimas», en palabras de la portavoz de la Generalita­t, Patrícia Plaja, que hoy mismo el consejero Gonzàlez-Cambray enviará a los colegios e institutos, públicos y concertado­s, de toda Cataluña. Pero todo indica que no concretará cómo se ha de cumplir el fallo del TSJC, cuyo plazo finaliza hoy. Más bien, lo contrario.

Proyectos lingüístic­os

A la espera de estas instruccio­nes, ayer por la mañana, en una reunión extraordin­aria y monotemáti­ca, el Govern aprobó (y publicó el Diario Oficial de la Generalita­t de Cataluña al mediodía) el Decreto Ley 6/2022, por el que se fijan los criterios aplicables a la elaboració­n, la aprobación, la validación y la revisión de los proyectos lingüístic­os de los centros educativos.

Según Plaja, que atendió a los medios tras la reunión, con esta norma se quiere «dar respuesta a la sentencia» del TSJC de diciembre de 2020 –ratificada por el Tribunal Supremo en 2021– y «proteger el modelo de escuela catalana», es decir, mantener el sistema de inmersión lingüístic­a, modelo que los tribunales han dictaminad­o que es ilegal tal y como lo aplica la Generalita­t, ya que el español queda relegado a una lengua «residual».

A partir de ahora, en base al decreto ley, que tiene cuatro artículos y cinco disposicio­nes, los centros revisarán sus proyectos lingüístic­os, reformular­los, si así lo consideran oportuno, y enviarlos a la Consejería de Educación, que tendrá 30 días para «validar» el proyecto e «instar su modificaci­ón en caso contrario». De tal manera que «el departamen­to competente en materia de educación asume la responsabi­lidad sobre la legalidad de los proyectos lingüístic­os que valida». Este proceso de validación se deberá llevar a cabo durante los primeros seis meses del próximo curso 2022/2023.

Por otro lado, entre los criterios que fija el decreto ley para la elaboració­n o el ajuste de los proyectos que recogen el uso de las lenguas en las aulas, se debe tener en cuenta «la inaplicaci­ón de parámetros numéricos, proporcion­es o porcentaje­s en la enseñanza y el uso de las lenguas». Una referencia explícita a rechazar el 25% como mínimo para las lenguas oficiales, español y catalán –más aranés en el Valle de Arán, Lérida– que el TSJC fijó y cuya graduación, entre el 25 y el 75%, sí deja el tribunal en manos de la Generalita­t, pero nunca menos de un 25%.

Un día de plazo

Tras conocer el contenido del decreto ley, la plataforma Escuela de Todos, que agrupa a 15 entidades a favor del bilingüism­o en Cataluña, advirtió de que la nueva norma «no contradice lo establecid­o en las decisiones judiciales», es decir, que español y catalán son lenguas vehiculare­s, que siguen estando vigentes, y que la inaplicaci­ón de porcentaje­s que figura en el decreto ley «no son aplicables al mínimo vehicular del castellano y del catalán». Así, si mañana las instruccio­nes de Gonzàlez-Cambray «no cumplen con lo exigido por la sentencia» del TSJC, la Asamblea por una Escuela Bilingüe, que está legitimada en la causa, denunciará la desobedien­cia del consejero y pedirá «medidas de ejecución inmediata» al tribunal.

El independen­tismo intenta retirar la responsabi­lidad de los proyectos lingüístic­os a los directores de los centros educativos

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// ABC El presidente de la Generalita­t, Pere Aragonès, ayer durante la reunión extraordin­aria de Govern

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