La abadía del Sacromonte, a punto de arder dos décadas después
El incendio de Granada salva lo que queda del histórico edificio, calcinado hace 22 años
La tragedia estuvo a pocas horas de producirse una segunda vez. La Abadía del Sacromonte ardió hasta dejarla en ruinas hace ahora 22 años. Este domingo, en plenas obras después de décadas, el escenario podría haber sido el mismo. El origen: una barbacoa en el camino de la Ermita, en San Miguel Alto. Alrededor de las cinco de la tarde, una pareja de campistas encendía un fuego en mitad del monte. A 33 grados. Con el viento creciente. El resultado: 100 hectáreas completamente calcinadas. Ambos fueron detenidos a las pocas horas del suceso y se exponen a un delito de imprudencia grave y a severas sanciones económicas.
Con todo, la desgracia medioambiental podría haber sido mayor y los datos son el resultado de un trabajo impecable por parte de los más de 150 profesionales que tuvieron que trasladarse hasta la zona para controlar el incendio. Ocho horas tardaron en ello, pero el trabajo para extinguirlo del todo se siguió prolongando durante todo el lunes.
La indignación era evidente en la mañana de ayer entre los vecinos. Uno de ellos, incluso llegó a acercarse al alcalde, Paco Cuenca, para reprocharle la dejadez institucional con la zona, a las afueras de la capital y llena de cuevas, edificaciones ilegales y gente afincada en campamentos. «Llevo aquí 18 años y cada fin de semana pasa lo mismo» le reprochaba uno de ellos a lo lejos en la visita del primer edil al lugar del incendio, que aún bien entrada la tarde olía a humo.
Cuenca celebró la «pronta respuesta de Infoca y Bomberos». Ahora queda una ladera negra, y ya se atisba una reforestación que debería ayudar a paliar sucesos de este tipo; varios expertos en la materia señalan a los pinares que allí estaban plantados como combustible principal para el fuego.
El suceso, de llegar a mayores, podría haber sido el fin de la Abadía. Su estado sigue deplorable desde el 21 de septiembre del año 2000. Entonces el fuego no comenzó con ninguna barbacoa, sino en el propio edificio, en la techumbre, que empezó a arder por una posible negligencia que nunca llegó a certificarse.
La nave central quedó derribada y el arduo trabajo nuevamente de Bomberos salvó únicamente la biblioteca, donde se encontraban auténticas reliquias documentales datadas de hace siglos, y parte de la estructura. Ahora, Plan Alhambra mediante, debe convertirse en una nueva referencia turística para la ciudad.