Un hombre se suicida tras ser desahuciado por el Ayuntamiento de Barcelona
El consistorio justifica que fue desalojado porque no era el titular legal de la vivienda
Lunes, tres de la tarde. Barcelona. Un operario trabaja en la puerta de una vivienda de Sant Andreu. Bloquea el acceso a un piso de protección oficial. El inquilino ha sido desahuciado y se ha autorizado el cambio de cerradura. Nada hace sospechar que, en unos instantes, aparecerá el ocupante, se enfrentará al trabajador, alcanzará el balcón del cuarto piso y saltará al vacío para terminar con su vida.
Los hechos sucedieron en el número 23 de la calle Sèquia Madriguera, del barrio del Bon Pastor. Según avanzó ‘El Periódico’, Alberto, de 55 años, regresó al mediodía a la vivienda, propiedad del Ayuntamiento de Barcelona, y se encontró con el cerrajero, al que amenazó con un palo y se atrincheró en la vivienda acumulando objetos en la puerta. Después, salió al balcón, subió a una silla y pasó varios minutos amenazando con tirarse.
Los vecinos dieron la voz de alarma y avisaron a la Policía y los servicios de emergencia, que se presentaron en el lugar en unos minutos. Entretanto, una vecina pedía a Alberto desde la calle que bajara, que solo quería ayudarle. Cuando llegó la Guardia Urbana, amenazó con saltar si no se marchaban, gritaba que si accedían a la vivienda se tiraría. Después, según varios testigos, el hombre se dejó caer de espaldas antes de que los bomberos tuvieran tiempo de desplegar la lona para amortiguar el impacto.
La concejal de Vivienda, Lucía Martín, compareció ayer y explicó que Alberto no era el titular legal de la vivienda, que la anterior inquilina era su madre y que esta falleció en 2018. En ese momento, el consistorio comenzó a detectar impagos y empezaron las visitas para evaluar la situación y buscar soluciones como la regularización, ayudas para el pago de la vivienda o un realojamiento, entre otros.
Uso fraudulento
El Ayuntamiento de Barcelona realizó la petición de desahucio en febrero de 2020, tras recibir varias quejas por uso fraudulento de la vivienda. Alberto había realquilado una habitación a una pareja con la que mantenía riñas constantes que alteraban la convivencia vecinal. El pasado domingo, sin ir más lejos, la Guardia Urbana acudió a la vivienda cuando alguien denunció que se estaban peleando.
Con todo, se fijó la fecha de desahucio para el 12 de mayo, día en que, según Lucía Martín, los servicios municipales encontraron a Alberto «muy nervioso y exaltado». Se acordó la entrega de llaves al cabo de 15 días, y se le ofrecieron «recursos de servicios sociales y de seguimiento», que el hombre rechazó. La concejal insistió en que esta petición de desahucio es «excepcional», que se dio tras una negativa reiterada de este varón a aportar información a los servicios municipales y que «en ningún caso el impago fue un factor de importancia».