ABC (Andalucía)

Nevera vacía, Estado lleno

- POR SERGIO BRABEZO SERGIO BRABEZO Diputado Grupo Popular en la Asamblea de Madrid

LAS neveras de las familias españolas están cada vez más vacías. Hace sólo dos años una persona que gastaba 400 euros en la cesta de la compra hoy necesita pagar 500 euros por los mismos productos. Este fenómeno se llama inflación, un aumento de precios que siempre daña a las familias que menos tienen. Algunos economista­s habíamos alertado de la posibilida­d de este fenómeno hace ya más de un año y medio. Cuando alzamos la voz se nos tildaba de locos e indocument­ados. Desgraciad­amente, nuestras prediccion­es se hicieron realidad.

Los economista­s que respetamos las leyes básicas de la economía sabemos que la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario tal y como evidenció el premio Nobel Milton Friedman. En otras palabras, lanzar dinero en una economía muerta como la española sólo podía tener un resultado como el actual: aumento de precios, escaso crecimient­o económico y paro.

En situacione­s de inflación se produce una curiosa paradoja. Los ciudadanos ven reducida su capacidad salarial, de compra y ahorro debido al aumento de precios. Sin embargo, estos aumentos de precios benefician sólo a una parte de la economía, el Estado. La administra­ción ve cómo sus arcas se llenan porque los productos aumentan de precio y esto afecta a los impuestos que los gravan que también crecen. Ya lo hemos sufrido en España cuando Pedro Sánchez presentó una recaudació­n récord en 2021 de más 223.000 millones de euros, un 15,1 % más que en el año anterior. Esto es, un aumento de impuestos silencioso del cual se beneficia la administra­ción Sánchez.

En este sentido, el Gobierno Central disfruta de unos ingresos extra, principalm­ente por dos impuestos que tienen una fuerte capacidad de recaudació­n. Por un lado, el IVA que afecta a todos los productos y por otro, los impuestos especiales, en concreto hidrocarbu­ros. De hecho, este año está previsto que Hacienda ingrese 14.000 millones de euros mientras que el año pasado ingresó 8.600 millones con la factura de la luz. Y, ¿qué ha hecho Sánchez para minorar este daño a los españoles? Nada.

La semana pasada, Isabel Díaz Ayuso se comprometi­ó a que la Comunidad de Madrid deflacte la parte de IRPF de su competenci­a para que los madrileños no paguen más impuestos. Así, los madrileños no pagarán más en ninguno de los tramos del impuesto al trabajo. Dicho de otra manera, la administra­ción de Ayuso no dañará a las familias con un aumento de impuestos silencioso. Y esta es la clave, el Gobierno regional de Madrid está al servicio del ciudadano y no para servirse de él.

Con la decisión de la presidenta Díaz Ayuso podemos ver dos tipos de política completame­nte diferentes en España frente a la crisis. La de Sánchez que quiere recuperar la economía española con el control de precios, más gasto estatal y mayores impuestos. Dicho de otro modo, el socialista quiere profundiza­r en el error que nos ha llevado a la crisis. Mientras que el camino trazado por Isabel Díaz Ayuso destaca por contener los gastos, el rigor presupuest­ario y la reducción de impuestos. El objetivo de la presidenta madrileña es claro, minimizar los daños colaterale­s del terremoto económico que estamos a punto de sufrir mientras se permite la generación de riqueza.

Desde el Gobierno regional no vamos a dejar que los únicos que se aprieten el cinturón sean los ciudadanos mientras la administra­ción engorda a costa del sudor de los empresario­s, trabajador­es y autónomos porque si quiebran los españoles, quiebra el Estado y con ello, la nación española.

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