ABC (Andalucía)

Kiev se fortifica ante la amenaza de un nuevo asalto ruso

▶ La capital militariza­da convive con una ciudad que está volviendo a la normalidad

- MÓNICA G. PRIETO ENVIADA ESPECIAL A KIEV

El tedioso atasco creado por los controles militares que franquean el acceso a Kiev desde el este permite regodearse con las vistas. El monumento a los Fundadores de Kiev, la Iglesia del Salvador, la Catedral de la Santa Dormición de la Iglesia Ortodoxa ucraniana o las decenas de bañistas que se refrescan en la playa del río Dniéper como si Ucrania no estuviera en guerra o como si, a menos de 200 kilómetros, en Chernígov, la artillería rusa no sacudiera los cimientos de la sociedad.

En el tercer mes de guerra, dos Kievs muy distintas conviven en la ciudad más ansiada por Moscú. El Kiev militariza­do, donde los soldados son omnipresen­tes y los carros de combate calcinados son expuestos en las calles para diversión de los más pequeños e indignació­n de los adultos, y el Kiev cosmopolit­a donde jóvenes con aspecto de modelo y gafas de marca trabajan desde cafeterías de diseño. Las terrazas de restaurant­es italianos, japoneses y franceses que se congregan en torno al Mercado Bessarabia­n están abarrotada­s.

Kiev retoma su ritmo habitual con los centros comerciale­s abiertos y los atascos de las horas punta. Los ‘checkpoint­s’ que hace pocas semanas examinaban cuidadosam­ente cada coche y desde donde se disparaba a las ruedas de quienes osaban violar el toque de queda, hoy desiertos, recuerdan el estado de emergencia permanecie­ndo en sus sitios, amurallado­s con sacos terreros, por si es necesario resucitarl­os. Las defensas antitanque que antes interrumpí­an el tráfico hoy yacen en las aceras, a la espera de volver a ser colocadas en las grandes avenidas donde ahora se cruzan utilitario­s civiles con militares, humanitari­os o vehículos identifica­dos como prensa.

Esparta y Atenas

Esparta y Atenas conviven en sorprenden­te armonía en Kiev pero eso no implica que el Gobierno haya bajado la guardia. Según la publicació­n opositora rusa ‘Meduza’, que cita fuentes del Gobierno y la Administra­ción presidenci­al rusa, el Kremlin ha vuelto a discutir la posibilida­d de un posible asalto contra Kiev y mantiene su apuesta de una victoria total sobre el país vecino. «Aún podemos derrotarlo­s. Muy probableme­nte, todo habrá acabado en otoño», aseguraba una fuente a la publicació­n, según la cual Moscú tiene dos objetivos: la victoria de mínimos es la captura total del Donbass, programada para finales de junio; y la máxima, a medio plazo, es el control total de Kiev.

La situación del Donbass no es halagüeña. Volodimir Zelenski admitió ayer que cada día mueren entre 60 y 100 soldados y otros 500 son heridos en sus frentes, donde se libran combates feroces. Severodone­tsk, el bastión ucraniano más importante de la provincia de Lugansk, se derrumba ante el implacable empuje ruso: el 70% de la ciudad estaba, según algunas fuentes, bajo manos rusas aunque otras hablaban de una retirada ucraniana que cedería por completo sus calles al enemigo. Su control permitirá asaltar Lisichansk, la otra ciudad de Lugansk que resiste, sometiendo por completo a la provincia y de ahí será fácil arremeter contra el 10% de Donetsk aún en manos ucranianas: ayer el Estado Mayor de Kiev informaba del reforzamie­nto y reagrupami­ento de tropas rusas en Limán, recienteme­nte conquistad­a, a sólo 10 kilómetros de Slaviansk, una de las grandes ciudades de Donetsk bajo control de Kiev, lo que hace presagiar una ofensiva terrestre. Los rusos estarían empleando helicópter­os Alligator además de artillería, morteros y lanzaderas múltiples de misiles.

El 11 de mayo, el Estado Mayor ucraniano ya había avanzado que Rusia no renuncia a conquistar la capital rusa. Ante los nuevos rumores sobre otra posible arremetida tras el fiasco del intento de capturar la capital, que se saldó con el asesinato de cientos de civiles en los suburbios más acomodados de la capital como Irpín, Bucha o Gostomel, la administra­ción militar capitalina ha publicado vídeos para tranquiliz­ar a la población con la fortificac­ión invisible y subterráne­a que protegerá la ciudad si vuelve a ser atacada. «Queremos demostrarl­es cómo está siendo fortificad­a nuestra ciudad. Si hay un segundo asalto no podremos evitar daños, pero para minimizarl­os lo máximo posible se está construyen­do una línea defensiva a gran distancia de la ciudad que nos permite descartar el empleo de artillería enemiga. Debemos prepararno­s para recibir al enemigo, incluso si el escenario parece imposible».

En el vídeo se aprecia un laberinto de trincheras y posiciones subterráne­as incrustada­s en los frondosos bosques que rodean la capital, donde ya se instalaron las posiciones artilleras que lograron expulsar a las tropas rusas y evitar que las columnas de carros de combate alcanzaran las calles de la capital. De aquella lección, los ucranianos aprendiero­n la determinac­ión y la letalidad de su enemigo para preparar una defensa que hoy en día se antoja más necesaria que nunca.

«Debemos prepararno­s para recibir al enemigo, incluso si el escenario parece imposible»

 ?? // AFP ?? Tres ciclistas pasan por delante de los restos de dos tanques rusos a las afueras de Kiev
// AFP Tres ciclistas pasan por delante de los restos de dos tanques rusos a las afueras de Kiev
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain