ABC (Andalucía)

Expectativ­a de inflación

Alemania descubre que sus temores son mucho más sofisticad­os, mientras en España se dispara la indexación

- JOHN MÜLLER jmuller@abc.es

Una de las grandes dudas de la economía es determinar cuándo empiezan a cambiar las expectativ­as en la sociedad y estas pueden causar espirales inflaciona­rias y otros estragos. Factores económicos, psicosocia­les e históricos influyen en ello. Por ejemplo, se suponía que la cultura alemana, profundame­nte adversa a la inflación desde la experienci­a de Weimar hace un siglo, haría que ese país reaccionar­a con especial impacienci­a ante una subida generaliza­da de los precios como la que se está registrand­o ahora. Este asunto es crítico sobre todo cuando el Banco Central Europeo (BCE) ha modificado su objetivo de inflación desde «por debajo y cerca del 2%» a «un promedio a medio plazo del 2%», lo que supone reaccionar con la misma frialdad cuando la inflación está en el 0% y cuando está en el 4%. ¿Empezarían a ponerse nerviosos los alemanes apenas la inflación se disparara? ¿Serían capaces de entender que un promedio supone estar por debajo o por encima del objetivo con la misma actitud?

Un estudio reciente del Bundesbank revela que los alemanes entienden bastante bien lo que es un objetivo promedio y no fijo de inflación y comprenden que eso obliga a soportar tasas bastante por encima del 2% durante un buen tiempo. Una serie de encuestas a un panel de hogares en línea de 9.000 integrante­s gestionado por el Bundesbank muestra que los hogares a los que se les planteó un objetivo promedio aumentaron sus expectativ­as de alzas de precios si estos eran más bajos que el objetivo y las reducían si eran más altos.

El ajuste era particular­mente fuerte entre las personas que muestran niveles intermedio­s y altos de confianza en el BCE, mientras que los que tenían bajos niveles de confianza redujeron sus expectativ­as de inflación al ser informados de que se trataba de un objetivo promedio.

El estudio concluye que «si se comunican claramente los objetivos de inflación», los hogares entienden la mecánica de la inflación promedio y ajustan sus expectativ­as de acuerdo con la teoría.

Aunque este estudio no se ha hecho en España, donde la cultura financiera es pobre, el llamado anclaje de las expectativ­as es fundamenta­l para evitar que la inflación se perpetúe. Ayer, el gobernador del Banco de España reveló en el Congreso que, en 2021, el porcentaje de trabajador­es del sector privado del área del euro cubiertos por cláusulas de indexación salarial fue el más bajo de las últimas décadas. Sin embargo, esto ha cambiado rápidament­e. Durante la segunda mitad de 2021, el porcentaje de convenios firmados en España con incremento­s salariales superiores al 3% creció sensibleme­nte. Asimismo, a principios de 2022 se ha observado una mayor prevalenci­a de las cláusulas de indexación salarial en los convenios colectivos sectoriale­s. Todo indica que la petición del gobernador de un pacto de rentas que minimice el impacto de la inflación ha caído en terreno yermo.

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