Hostelería y transporte buscan trabajadores entre los refugiados venidos de Ucrania
La Fundación CEOE abre en Málaga un centro para facilitar su inserción laboral
La Costa del Sol es, junto a Madrid y Barcelona, uno de los territorios donde más desplazados de Ucrania han llegado
Cuando estalló la guerra en su país, no solo dejaron atrás a la familia y a sus hogares. También su forma de ganarse la vida. La invasión rusa ha abierto un abismo en las perspectivas de futuro de cientos de ucranianos que se han visto obligados huir a los países que les han abierto las puertas. Más de 130.000 han llegado a España, donde la Fundación CEOE ha puesto en marcha un programa para contribuir a su inserción laboral.
Ayer se inauguró en Málaga un nuevo centro para asesorar a todos los desplazados que buscan su independencia económica. Está ubicado en el Centro de Recepción, Atención y Derivación abierto por el Ministerio de Inclusión en la capital y se une a los que la Fundación ya tiene activos en Madrid y en Barcelona. Hasta la Costa del Sol han llegado en torno a 7.000 refugiados, atraídos en parte por la comunidad de compatriotas asentados en la provincia.
En la plataforma Empresas por Ucrania colaboran hasta 800 pymes y grandes compañías españolas, que están ofertando hasta 2.900 puestos de trabajo para los ucranianos por todo el territorio nacional. «Son ofertas para que tengan una integración real, independencia y estabilidad», explicó la presidenta de la Fundación CEOE, Fátima Báñez, durante su visita a las instalaciones. Los puestos que se ofrecen «abarcan todos los sectores económicos», aunque el turismo, la hostelería, el transporte y la distribución lideran las vacantes en Andalucía.
La «dignidad» de un empleo
«Si algo necesitan estas personas para reiniciar su vida es la dignidad de un empleo», destacó el presidente los empresarios malagueños y andaluces, Javier González de Lara. «Cada vez son más las empresas que desde Andalucía se están sumando a esta iniciativa» —apuntó el líder de la patronal— «es una implicación real, que pasa de las palabras a los hechos».
Desde que se pusiera en marcha la plataforma ya son unos 700 los ucranianos inscritos y la mayoría son mujeres de en torno a 30 años que además tienen niños o personas mayores a su cargo. Destacan, además, por un alto nivel de formación, lo que permite equilibrar el hándicap del idioma.