CC.OO. y UGT hablan de «conflicto político» en Correos y piden que intervenga Sánchez
► La empresa señala el escaso seguimiento de la huelga y defiende su plan de diversificación
CC.OO. y UGT pusieron fin ayer viernes a la huelga de tres días convocada contra lo que consideran como una operación de desmantelamiento del servicio postal público por parte del equipo directivo de Correos bajo la dirección de Juan Manuel Serrano, el que fuera jefe de gabinete de Pedro Sánchez en los tiempos en que peleaba por la Secretaría General del PSOE.
La huelga acaba, pero la intención de los sindicatos convocantes es mantener el pulso a la empresa. «El conflicto en Correos no es solo laboral. Es político y social. El Gobierno no puede seguir avalando con su silencio este desastre. Esperamos que el presidente Pedro Sánchez haya tomado nota», señaló ayer a modo de balance de las tres jornadas de huelga el portavoz de UGT, José Manuel Sayagués.
CC.OO. y UGT, los únicos sindicatos convocantes de los once con representación en la empresa pública, si bien su representatividad ronda el 70%, pretenden dar carrete a la protesta y llevarla a la arena política. «El respaldo de los representantes de la ciudadanía en el Congreso lanza un claro mensaje al Gobierno: no puede desentenderse del servicio postal público, ni avalar con su silencio el desmantelamiento de Correos», remachaban en un comunicado emitido ayer.
La empresa contesta al relato sindical con cifras. Frente al seguimiento del 80% del que hablan los sindicatos, Correos subrayó ayer el escaso seguimiento de una huelga, que según sus datos han respaldado el 18% de los trabajadores el primer día, el 11%, el segundo; y el 13% en la jornada final del viernes. «La actividad se ha estado desarrollando con total normalidad y la atención al usuario no se ha visto afectada en ningún momento», aseguraron desde la empresa a ABC.
Correos desmiente asimismo algunos de los mensajes de los huelguistas. «Correos es y seguirá siendo pública», subrayan, y la »transformación del modelo de negocio en ningún caso supondrá un debilitamiento del servicio, ni cierre de oficinas, ni ningún proceso de despidos».
La situación en Correos está enquistada desde hace meses y UGT y CC.OO. están convencidos de que la solución ya no puede salir de una distensión interna (se han desentendido de los posibles espacios de negociación con la empresa) sino de una intervención directa del Gobierno, que hasta ahora ha optado por no implicarse.