‘The Boys’, a la tercera no va la vencida, ni se dan por vencidos
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La segunda temporada de ‘The Boys’ terminó en Prime Video hace 20 meses al son de ‘God Only Knows’ (’Solo Dios sabe’), de los Beach Boys, y en la tercera, cuyos tres primeros episodios estrenó ayer la plataforma, suena ‘Uptown Girl’, de Billy Joel, que canta estar enamorado de una chica de la parte alta de la ciudad. Él está en la otra punta. La canción suena mientras uno de los chicos barriobajeros del título, Hughie (Jack Quaid), escondido tras un contenedor en un callejón de Nueva York, presencia cómo su nueva jefa, una congresista demócrata en contra de los superhéroes, le vuela la cabeza a un viejo amigo. Literalmente. Porque ella también tiene superpoderes y trabaja en realidad para el conglomerado que los creó; una identidad secreta que el público descubrió al final de la anterior tanda. Así, esta adaptación del cómic homónimo continúa, pero no desarrolla, una cantinela que lleva entonando desde el principio: el Sistema está amañado. El Sistema es el enemigo. Hay que desenmascararlos.
Porque ‘The Boys’, promocionada como sátira del género de superhéroes, aspira a hablar del presente, de la realidad, principalmente la de una América corporativa y capitalista de blancos y negros. También del pasado, con referencia inclusive a qué grupos financiaba el Gobierno estadounidense durante la Guerra Fría. Lo hace a través de una historia de grises, aunque la fotografía sea azul, sobre unos bandidos amparados por la CIA que, siempre por motivos personales y hasta sentimentales, se la tienen jurada a otra cuadrilla, Los Siete, esta de ‘supermanes’ y ‘wonderwomans’ que campan a sus anchas. Puede que sean la Liga de la Justicia o los Vengadores, pero no les tumba ni la Ley.
La tercera temporada, cuya emisión es semanal (cada viernes un nuevo episodio hasta el el 8 de julio), no se olvida del plan maestro del villano, o sea, de Vought International, también en el negociado armamentístico y farmacéutico: llenar el ejército de superhéroes. Todos los personajes en ‘The Boys’ tienen
una agenda política; otro cantar es cuándo los guionistas se la desvelan a los espectadores. El año anterior, el as bajo la manga fue una sensual superheroína, abanderada de la libertad de expresión, que acaba descubriéndose como nazi. Este año, de la congresista (Claudia Doumit) no se sabe todavía sí vuela sola.
Críticas a ambos lados
El público sí sabe de qué bando está el personaje de Luz Estelar (Erin Moriarty), prima lejana de Superman, probablemente el personaje de mejor conducta: cambiar ‘el sistema’ desde dentro. Ella, ex niña Disney, se niega a enseñar más de lo apropiado y, como primera capitana de Los Siete, quiere que la diversidad y la meritocracia de las que presume su empresa sean reales. Así que en un programa de televisión cuyo premio es acceder a la banda, elige como nueva compañera a la que más vidas ha salvado, o sea, a una superheroína musulmana. Nanay. El papel está reservado para dos hombres.
Quien sí está dispuesto a saltarse el guion es Patriota (Antony Starr), el superhéroe probeta y sin padres, que tiene aprendida la lección tras haberse destapado que su novia es una nazi centenaria: él, como todo terrícola, era un hombre enamorado.
El único taquillazo de Amazon vuelve igual de bruto. No se corta en la violencia (la sangre salpica la pantalla) ni en el uso de palabrotas. Tampoco en mostrar el sexo. Los superhéroes también se pegan sus fiestas. Sin embargo, los guionistas no terminan de pulir el arte del episodio. Les queda grande la hora de duración y no todas las tramas tienen la misma velocidad, ni el mismo gancho.