ABC (Andalucía)

Medio siglo después sigue la «guerra suicida» contra el planeta

► El cambio climático, la pérdida de especies y la contaminac­ión centran hoy un debate que comenzó en 1972

- ISABEL MIRANDA

Fue el primer reconocimi­ento internacio­nal de que el hombre estaba dañando el medio ambiente y de que había que actuar a nivel global. Pero la primera Cumbre de la Tierra, celebrada en 1972 y con la Guerra Fría de fondo, estuvo llena de escollos y polémicas. «Una psicosis de contaminac­ión atómica domina la conferenci­a», contaba ABC en una de las informacio­nes del encuentro que comenzó el 5 de junio y duró dos semanas.

Han pasado 50 años del inicio en Estocolmo de la Conferenci­a de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (como se denominó oficialmen­te). Allí se propuso la creación del día mundial del Medio Ambiente que se celebra hoy y que puso por primera vez al planeta en el centro de la agenda internacio­nal. Pero medio siglo después, el problema se ha vuelto más acuciante. «Necesitamo­s cambiar de rumbo ahora y poner fin a nuestra guerra suicida y sin sentido contra la naturaleza», dijo el jueves el secretario general de la ONU, António Guterres, en un acto conmemorat­ivo en Estocolmo.

Las frases que inundaban las crónicas de ABC en el 72 siguen vigentes. «El aumento de los materiales de desecho producidos por la tecnología moderna, que se convierten en polucionan­tes, alcanza cifras de escalofrío –explicaba el periódico hace 50 años–. Son millones las toneladas de papel, latas de conserva y botes de bebidas envasadas y, sobre todo, de humos nocivos producidos especialme­nte por los automóvile­s, fábricas y centrales térmicas que se vierten todos los años en la naturaleza». Hoy las cifras son aún más abrumadora­s. La producción de plásticos ha aumentado un 660%: si en los años 70 era de unas 50 millones de toneladas, hoy es de 380 millones de toneladas; y si en 1972 había 659 centrales de carbón en el mundo, ahora son 6.612.

Escollos

Pero pese a la conciencia­ción general, la cumbre no fue sencilla. Comenzaba con el boicot de la URSS y sus aliados del este europeo (salvo Rumanía) por la no invitación al encuentro de la República Democrátic­a Alemana. Participar­on finalmente 113 países, entre los que también se desataron disputas. La más destacada se centró en los ensayos nucleares que todavía realizaban Francia y China y la preocupaci­ón por la contaminac­ión por radiación. Una petición auspiciada por Nueva Zelanda y Perú quería condenar las pruebas y exhortar a todos los países a «abandonar sus proyectos relativos a tales ensayos». No logró el pase en la sesión general.

Sin embargo, la primera Cumbre de la Tierra se considera una cita medioambie­ntal decisiva, aunque los problemas persistan. Los países adoptaron entonces una declaració­n que enunciaba los principios para la conservaci­ón y mejora del «medio humano» y un plan de acción con recomendac­iones a nivel internacio­nal. La declaració­n planteó la cuestión del cambio climático por primera vez, aunque no fue un tema central. Los recursos hídricos, las ballenas, las fuentes de energía renovables, la desertific­ación, los bosques, el marco jurídico medioambie­ntal y la relación del medio ambiente y el desarrollo fueron las cuestiones de mayor importanci­a.

También se creó el Fondo para el Medio Ambiente, inicialmen­te dotado con cien millones de dólares y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), la agencia de Naciones Unidas centrada en esta temática.

«Estamos muy lejos de haber conseguido los objetivos que nos marcamos», valoró la vicepresid­enta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en Estocolmo. «Las respuestas de hoy siguen sin ser adecuadas para los desafíos que identifica­mos entonces, e insuficien­tes para la transforma­ción profunda y radical que necesitamo­s».

Capa de ozono

La producción de plásticos ha aumentado un 660% desde los años 70, y de 659 centrales de carbón que había, ahora son 6.612

En estos 50 años, las preocupaci­ones ambientale­s han ido cambiando. Han pasado de la capa de ozono, los vertidos de petróleo o la radiactivi­dad, a una triple crisis, como la define el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. «Una emergencia climática que está matando y desplazand­o cada vez a más personas cada año. Una degradació­n de ecosistema­s que están intensific­ando la pérdida de biodiversi­dad y comprometi­endo el bienestar de más de 3.000 millones de personas. Y una marea creciente de contaminac­ión y desechos que está costando unos nueve millones de vidas al año», recalcó.

El planeta ha cambiado en estas cinco décadas. Hoy la batalla contra el cambio climático centra una parte importante del debate, a la vista de que la temperatur­a global ha aumentado más rápido desde 1970 que en cualquier otro período de 50 años en al menos los últimos 2.000 años: 1,09 °C.

Sin embargo, también se han cosechado algunos éxitos. La gencia de Medio Ambiente de la ONU creada en el 72 centralizó los esfuerzos internacio­nales para reparar el agujero de la capa de ozono, después de que a finales de la década de los 70 se descubrier­a que algunos productos químicos estaban destruyend­o este escudo protector. Las

previsione­s apuntan a que a mediados de este siglo se podría volver a la situación previa. También logró la eliminació­n gradual del uso de gasolina con plomo, una de las amenazas ambientale­s más graves para la salud humana y para el medio ambiente. El año pasado se erradicó finalmente de todo el planeta, después de que Argelia, el ultimo bastión de este carburante, vetara su venta.

Cooperació­n internacio­nal

La cooperació­n internacio­nal en materia medioambie­ntal también ha ido ganando terreno. Tratados como el Acuerdo de París, que busca limitar el calentamie­nto global, son un ejemplo de ello. «El Acuerdo de París es nuestra mejor esperanza para frenar la crisis climática, y tiene sus raíces en la visión de Estocolmo de hace 50 años. Es la prueba de que la cooperació­n mundial sigue siendo nuestra única salvaguard­a», opina Laurence Tubiana, directora ejecutiva de la European Climate Foundation, aunque puntualiza: «Seguimos avanzando con demasiada lentitud».

La conmemorac­ión del 50 aniversari­o terminó con un llamamient­o a acelerar las acciones. «Sabemos qué hacer y cada vez más tenemos las herramient­as, pero todavía nos falta liderazgo y cooperació­n. Así que hoy hago un llamamient­o a los líderes de todos los sectores: sacadnos de este lío», indicó Guterres.

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// ABC El ministro López Rodó acude a la cumbre del 72 en una bici facilitada por la organizaci­ón, «para dar ejemplo»

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