Medio siglo después sigue la «guerra suicida» contra el planeta
► El cambio climático, la pérdida de especies y la contaminación centran hoy un debate que comenzó en 1972
Fue el primer reconocimiento internacional de que el hombre estaba dañando el medio ambiente y de que había que actuar a nivel global. Pero la primera Cumbre de la Tierra, celebrada en 1972 y con la Guerra Fría de fondo, estuvo llena de escollos y polémicas. «Una psicosis de contaminación atómica domina la conferencia», contaba ABC en una de las informaciones del encuentro que comenzó el 5 de junio y duró dos semanas.
Han pasado 50 años del inicio en Estocolmo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (como se denominó oficialmente). Allí se propuso la creación del día mundial del Medio Ambiente que se celebra hoy y que puso por primera vez al planeta en el centro de la agenda internacional. Pero medio siglo después, el problema se ha vuelto más acuciante. «Necesitamos cambiar de rumbo ahora y poner fin a nuestra guerra suicida y sin sentido contra la naturaleza», dijo el jueves el secretario general de la ONU, António Guterres, en un acto conmemorativo en Estocolmo.
Las frases que inundaban las crónicas de ABC en el 72 siguen vigentes. «El aumento de los materiales de desecho producidos por la tecnología moderna, que se convierten en polucionantes, alcanza cifras de escalofrío –explicaba el periódico hace 50 años–. Son millones las toneladas de papel, latas de conserva y botes de bebidas envasadas y, sobre todo, de humos nocivos producidos especialmente por los automóviles, fábricas y centrales térmicas que se vierten todos los años en la naturaleza». Hoy las cifras son aún más abrumadoras. La producción de plásticos ha aumentado un 660%: si en los años 70 era de unas 50 millones de toneladas, hoy es de 380 millones de toneladas; y si en 1972 había 659 centrales de carbón en el mundo, ahora son 6.612.
Escollos
Pero pese a la concienciación general, la cumbre no fue sencilla. Comenzaba con el boicot de la URSS y sus aliados del este europeo (salvo Rumanía) por la no invitación al encuentro de la República Democrática Alemana. Participaron finalmente 113 países, entre los que también se desataron disputas. La más destacada se centró en los ensayos nucleares que todavía realizaban Francia y China y la preocupación por la contaminación por radiación. Una petición auspiciada por Nueva Zelanda y Perú quería condenar las pruebas y exhortar a todos los países a «abandonar sus proyectos relativos a tales ensayos». No logró el pase en la sesión general.
Sin embargo, la primera Cumbre de la Tierra se considera una cita medioambiental decisiva, aunque los problemas persistan. Los países adoptaron entonces una declaración que enunciaba los principios para la conservación y mejora del «medio humano» y un plan de acción con recomendaciones a nivel internacional. La declaración planteó la cuestión del cambio climático por primera vez, aunque no fue un tema central. Los recursos hídricos, las ballenas, las fuentes de energía renovables, la desertificación, los bosques, el marco jurídico medioambiental y la relación del medio ambiente y el desarrollo fueron las cuestiones de mayor importancia.
También se creó el Fondo para el Medio Ambiente, inicialmente dotado con cien millones de dólares y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), la agencia de Naciones Unidas centrada en esta temática.
«Estamos muy lejos de haber conseguido los objetivos que nos marcamos», valoró la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en Estocolmo. «Las respuestas de hoy siguen sin ser adecuadas para los desafíos que identificamos entonces, e insuficientes para la transformación profunda y radical que necesitamos».
Capa de ozono
La producción de plásticos ha aumentado un 660% desde los años 70, y de 659 centrales de carbón que había, ahora son 6.612
En estos 50 años, las preocupaciones ambientales han ido cambiando. Han pasado de la capa de ozono, los vertidos de petróleo o la radiactividad, a una triple crisis, como la define el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. «Una emergencia climática que está matando y desplazando cada vez a más personas cada año. Una degradación de ecosistemas que están intensificando la pérdida de biodiversidad y comprometiendo el bienestar de más de 3.000 millones de personas. Y una marea creciente de contaminación y desechos que está costando unos nueve millones de vidas al año», recalcó.
El planeta ha cambiado en estas cinco décadas. Hoy la batalla contra el cambio climático centra una parte importante del debate, a la vista de que la temperatura global ha aumentado más rápido desde 1970 que en cualquier otro período de 50 años en al menos los últimos 2.000 años: 1,09 °C.
Sin embargo, también se han cosechado algunos éxitos. La gencia de Medio Ambiente de la ONU creada en el 72 centralizó los esfuerzos internacionales para reparar el agujero de la capa de ozono, después de que a finales de la década de los 70 se descubriera que algunos productos químicos estaban destruyendo este escudo protector. Las
previsiones apuntan a que a mediados de este siglo se podría volver a la situación previa. También logró la eliminación gradual del uso de gasolina con plomo, una de las amenazas ambientales más graves para la salud humana y para el medio ambiente. El año pasado se erradicó finalmente de todo el planeta, después de que Argelia, el ultimo bastión de este carburante, vetara su venta.
Cooperación internacional
La cooperación internacional en materia medioambiental también ha ido ganando terreno. Tratados como el Acuerdo de París, que busca limitar el calentamiento global, son un ejemplo de ello. «El Acuerdo de París es nuestra mejor esperanza para frenar la crisis climática, y tiene sus raíces en la visión de Estocolmo de hace 50 años. Es la prueba de que la cooperación mundial sigue siendo nuestra única salvaguarda», opina Laurence Tubiana, directora ejecutiva de la European Climate Foundation, aunque puntualiza: «Seguimos avanzando con demasiada lentitud».
La conmemoración del 50 aniversario terminó con un llamamiento a acelerar las acciones. «Sabemos qué hacer y cada vez más tenemos las herramientas, pero todavía nos falta liderazgo y cooperación. Así que hoy hago un llamamiento a los líderes de todos los sectores: sacadnos de este lío», indicó Guterres.