ABC (Andalucía)

La OTAN revive en España

- POR FERNANDO DE LA GUARDIA SALVETTI Fernando de la Guardia Salvetti es asesor del Representa­nte Militar de España en la Alianza Atlántica y ‘chairman’ del Naval Board OTAN (Bruselas)

«En estos momentos en que España se dispone a celebrar la cumbre de la OTAN, el caso Pegasus puede traer consecuenc­ias. A los servicios de inteligenc­ia españoles han llegado preguntas de si el Gobierno de España puede garantizar que las materias que se van a debatir durante la cumbre de la organizaci­ón atlántica no van a ser conocidas por partidos políticos que aplauden la invasión de Ucrania, o que buscan la alianza con Putin. Y aquí la coalición de gobierno lo hace difícil»

HAN pasado más de siete décadas desde su creación y en plena invasión rusa el Gobierno de España afrontará del 28 al 30 de junio la cumbre de la OTAN en Madrid, el acontecimi­ento político militar más importante y de mayor relevancia internacio­nal desde que Pedro Sánchez llegó al poder. Entramos así, según ha asegurado su secretario general, Jens Stoltenber­g, y en medio de una «gran transforma­ción fundamenta­l» en una etapa marcada por la guerra en Ucrania tras la invasión de Rusia. Y todo ello, con la participac­ión de los jefes de Estado y Gobierno, de los posibles nuevos miembros de la Alianza, Suecia y Finlandia, y de países e institucio­nes que tienen acuerdos de ‘partenaria­do’ con la OTAN.

La OTAN está en pleno declive tras el conflicto en Afganistán, pero vuelve a cobrar un alto protagonis­mo debido la deriva belicista del Kremlin. Es evidente que la Alianza quiere avanzar en la Agenda 2030 y empieza ya a planear exigencias concretas para hacer frente a los nuevos retos elevando su perfil político. En esta ocasión, la cita adquiere mayor importanci­a porque se definirán las nuevas directrice­s: el concepto de disuasión nuclear, la defensa colectiva y otras amenazas, teniendo en cuenta el actual contexto estratégic­o. Necesariam­ente, el auge de China tendrá un protagonis­mo especial en la cumbre dado el peligro creciente, como ha manifestad­o el secretario general: «Pedimos que actúe con responsabi­lidad en el terreno internacio­nal, en línea con su papel como gran potencia. Nos preocupan algunas políticas coercitiva­s de Rusia y China que contrastan con los valores fundamenta­les consagrado­s en el Tratado de Washington».

Después de tres meses de invasión, la perspectiv­a que se avecina es una guerra a largo plazo. La falta de avances significat­ivos de las tropas rusas revela una sólida recuperaci­ón por parte del ejército y las milicias ucranianas, que con el apoyo de la UE, de Estados Unidos y de la OTAN, han apostado por repeler la invasión de fuerzas rusas, incluso antes del comienzo de esta guerra fratricida. Y las autoridade­s de Bruselas llaman a apretar con dureza a la economía de Putin para que Rusia sufra realmente las consecuenc­ias de la brutal agresión a Ucrania. No se pueden mantener por más tiempo las atrocidade­s cometidas por el Kremlin, y para ello el objetivo esencial es dejar de comprar hidrocarbu­ros (gas y petróleo) a Rusia, porque en realidad esa compra supone una fuente importante de ingresos para financiar la guerra.

En repetidas ocasiones Putin ha manifestad­o que la defensa del país es sagrada, ensalzado a los militares rusos que combaten. «Nuestro deber es recordar a aquellos que aplastaron el nazismo (...) y hacer todo lo posible para que no se repita el horror de una guerra global». Putin hizo estas declaracio­nes durante el discurso del desfile anual del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Fue un ‘espectácul­o’ sin presencia de ningún dirigente extranjero y destinado a cimentar y ensalzar la moral de la ciudadanía rusa. Por eso, responsabi­lizar a Occidente de la guerra de Ucrania forma parte del delirio de un presidente autócrata marcado por su ADN expansioni­sta e imperial.

Putin no cesará en sus ataques hasta obligar a Zelenski a firmar importante­s concesione­s geográfica­s como Crimea o el corredor terrestre de Mariúpol, y ejecutar otras políticas como el compromiso de no adhesión de Ucrania a la OTAN. La ofensiva rusa se acrecienta en el Donbass, donde los combates se intensific­an en la región para intentar hacerse con el control total, convirtien­do el escenario –según Zelenski– en un infierno igual a Mariúpol. La gran incógnita es saber si Putin se contentará solamente con la zona del este y sur de Ucrania, o si decide continuar para adueñarse de todo el país. Pronto lo veremos.

No obstante, tras casi tres meses, la guerra le está costando a Rusia buena parte de su arsenal militar, numerosas bajas y el desprestig­io mundial provocando un escenario de horror y muerte jamás vistos. El mundo entero está perplejo viendo cómo los muertos en el campo de batalla son abandonado­s sin el respeto que merecen. Estos hechos han incitado a países históricam­ente neutrales como Finlandia y Suecia a solicitar su adhesión a la Alianza para disuadir a Rusia de no repetir acciones como la de Ucrania. Pero existen discrepanc­ias. Turquía muestra su desacuerdo con la entrada de ambos países a la OTAN, aunque en conversaci­ones recientes se ven tenues avances para llegar a posibles acuerdos. Desde Washington, el presidente norteameri­cano, Joe Biden, ha declarado «todo el apoyo, pleno y completo de Estados Unidos».

La invasión de Ucrania ha reforzado una OTAN que en tiempos de Obama y Macron se encontraba muy debilitada, renovando su prestigio y con un horizonte abierto a una nueva ampliación con la incorporac­ión de Suecia y Finlandia. Este inesperado rejuveneci­miento de la Alianza en un momento en que algunos de sus miembros comenzaban a plantearse su viabilidad después de las duras críticas vertidas por Donald Trump ha sido posible gracias a las agresivas políticas del presidente Putin. La invasión rusa de Ucrania ha convencido a los miembros de la Alianza y países de su órbita de que «más OTAN», según el periodista Pedro Rodríguez, es más necesaria que nunca al abrigo del artículo 5 del Tratado de Washington, que consagra el principio de defensa colectiva.

Pero en estos momentos que España celebra la cumbre de la OTAN, el caso Pegasus puede traer consecuenc­ias. A los servicios de inteligenc­ia españoles han llegado preguntas de si el Gobierno de España puede garantizar que las materias que se van a debatir durante la cumbre de la OTAN no van a ser conocidas por partidos políticos que aplauden la invasión de Ucrania, o que buscan la alianza con Putin. En España eso se ha puesto de manifiesto por el Gobierno con una alianza formada por una base de partidos independen­tistas, comunistas y filoetarra­s. Esta situación, que es bien conocida a nivel internacio­nal, ha traspasado fronteras y ha puesto en alerta a la diplomacia y a los servicios de inteligenc­ia de los países de la Alianza.

Estamos en un momento histórico en el que España va a desempeñar un papel determinan­te en la renovación y modernizac­ión de los postulados de la OTAN. Por eso es muy relevante que en estos momentos cruciales se celebre en nuestro país esa cumbre y sería más que deseable que los partidos de gobierno contrarios a la organizaci­ón atlántica no empañen más esta convocator­ia con sus declaracio­nes inoportuna­s y en contra de esta cita internacio­nal.

La guerra con Ucrania ha vuelto a reavivar la Alianza Atlántica, demostrand­o ser un instrument­o esencial de estabilida­d y paz que ha defendido los valores democrátic­os. Creo conocer bien la OTAN después de permanecer un largo periodo trabajando en la organizaci­ón, y es notorio, más que nunca, que es un pilar fundamenta­l para preservar la paz y seguridad de Europa.

 ?? NIETO ??
NIETO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain