Caravana inédita hacia EE.UU.: «No somos criminales, somos trabajadores»
La marcha, que ha reunido a 15.000 emigrantes, se ha hecho coincidir con la celebración de la Cumbre de las Américas
Una inédita caravana, integrada por 15.000 emigrantes, partió este lunes desde Tapachula, considerada la ratonera del sur de México, ciudad fronteriza con Guatemala. Formada por 5.000 familias, incluyendo cerca de 93 mujeres embarazadas y 3.000 niños, ayer retomó su camino a las cuatro de la mañana. El grupo se dirige raudo hacia Ciudad de México, aunque su intención es alcanzar Tamaulipas, el estado mexicano situado al noroeste del país por donde pretenden ingresar a Estados Unidos, entre las ciudades fronterizas de Reynosa y Heroica Matamoros. Todo el mismo día en que 23 jefes de Estado americanos se reúnen en la Cumbre de las Américas.
Por ahora su intención es llegar a la parada más cercana en Tuxtla Gutiérrez, a unos 371 kilómetros de Tapachula, también en Chiapas.
La considerada como octava caravana de este 2022 ha conseguido reunir a venezolanos, cubanos, haitianos y colombianos. A estos se suman los habituales centroamericanos que avanzaron el lunes en medio de una fuerte lluvia protegidos por cartones, bolsas e impermeables a una media de entre ocho y once kilómetros hartos de la espera en Tapachula, que se suele demorar meses e incluso años, lo que lleva a retrasar su ansiada marcha hasta Estados Unidos. Una dilación y extenuante expectativa en la búsqueda de papeles que les permitan regularizar su compleja situación en su huida de la pobreza y la violencia por todo México. Durante la marcha, los emigrantes entonaron consignas y portaron carteles en los que se podía leer: «No somos criminales, somo trabajadores», acompañados de gritos que pedían «¡libertad, libertad!»...
Hasta el primer puesto de control, que salvaron con éxito, fueron acompañados por Luis García Villagrán, que dio el pistoletazo de salida a esta caravana. Este activista pertenece al Centro de Dignificación Humana y es quien lidera la marcha que promete poner el foco a los mandatarios americanos para que atiendan sus súplicas: «Las mujeres y los niños emigrantes, las familias emigrantes, no somos moneda de cambio de intereses ideológicos y políticos ya que la frontera sur no es patio trasero de nadie», declaró García Villagrán. Este integrante de la ONG ya aseguró hace un mes que el movimiento de emigrantes desde el sur del país podría aumentar por la crisis económica pospandemia y tras el anuncio de Estados Unidos de eliminar en mayo el Título 42, una medida de expulsiones expeditas que puso en marcha Trump, en teoría, para evitar la propagación del Covid-19.
Escoltados
Este grupo conforma la mayor cantidad de personas emigrantes registrada este año. Y es que la comitiva comenzó su andadura en Honduras, pero muchos fueron interceptados en Guatemala por cuerpos de seguridad del Estado. De hecho, ya en suelo mexicano, fueron escoltados por hasta cien miembros de la Guardia Nacional y doce agentes del Instituto Nacional de Migración que, por ahora, sólo observaron como comenzó la reivindicativa caminata.
Pretenden preservar los derechos de los emigrantes y los desaparecidos por los numerosos peligros a los que se enfrentan. El pasado abril, las autoridades desactivaron un grupo de 800 emigrantes, en su mayoría cubanos y venezolanos, que se introdujeron en autobuses a 40 kilómetros de Tapachula y a los que según el representante del Instituto Nacional de Migración (INM) se les tramitaron sus permisos migratorios para regularizarlos. Muchos se sienten presos ante la lentitud en la resolución de sus casos y la falta de trabajo en Chiapas para mantener a sus familias. «Lo que queremos es seguir caminando, seguir avanzando. Lo que pedimos es que Migración nos apoye, que no nos retenga tanto tiempo», declaraba la venezolana Desire Báez en un viaje con sus hijos, padres, hermanos y sobrinos.
El líder de la manifestación, Luis García Villagrán, aseguró hace dos meses que los movimientos desde el sur podrían incrementarse por la crisis económica tras la pandemia y por el anuncio de Estados Unidos de eliminar el 23 de mayo el Título 42, una medida amparada en la propagación del Covid-19 que autorizaba a la expulsión inmediata de los extranjeros que llegaran a la frontera y que sigue vigente por decreto del juez de Luisiana Robert Summerhays. Una ley que promulgó Trump y que ya ha retenido a dos millones de personas desde 2020 para evitar su entrada en los Estados Unidos.
Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, reconocido por EE.UU., no ha sido invitado a la cumbre