El PSOE se toma la revancha con una ley de mínimos para acabar con la prostitución
El Congreso da el primer paso para prohibir el proxenetismo en España sin la oposición de PP y Vox Sus socios de gobierno afean la «pataleta» tras la ‘ley del solo sí es sí’ y la redacción improvisada de una propuesta «simplista» de cuatro folios
Un negocio que mueve cinco millones de euros al año, con 45.000 mujeres prostituidas, más del 70% de ellas explotadas sexualmente por cientos de proxenetas (hubo más de 1.600 detenciones entre 2017 y 2020 por este delito, según el Ministerio del Interior), un mundo tan complejo que ha permanecido durante toda la historia de España en una situación de alegalidad absoluta y el PSOE presenta cuatro folios, con la modificación de dos artículos del Código Penal (187 y 187 b), para combatirlo. Aumentar las penas de los proxenetas y multar a los clientes es la propuesta. «El proxenetismo es incompatible con nuestra democracia», resumió ayer la orgullosa portavoz del Grupo, Adriana Lastra.
La vicesecretaria general del PSOE puso voz en la sesión plenaria del Congreso a la proposición de ley por la que se quiere reformar el Código Penal de 1995 y «prohibir el proxenetismo en todas sus formas» porque «no hay ninguna mujer que ejerza libremente la prostitución», aseguró.
De un modo muy curioso, la estrategia socialista para opacar una futura tramitación de la ley de Trata del Ministerio de Igualdad que ya está redactada despertó un juego de alianzas parlamentarias diametralmente opuesto a otras ocasiones. Vox avanzó que no se opondría a la tramitación de la propuesta, tampoco el PP, como había adelantado el día anterior. Las diputadas Cuca Gamarra y Marta González vincularon su voto afirmativo a la «voluntad de avanzar» y de dar «un paso decisivo» en la lucha contra una lacra que dura demasiado tiempo.
También es llamativo que Podemos, que vive en sus filas un fuerte pulso interno por esta cuestión y cuyo partido tiene las competencias que el PSOE trata de atribuirse con esta norma, no se oponga. Llama, en cambio a diseñar un pacto de Estado contra el Proxenetismo, similar al de la Violencia de Género. Pero una prueba de la convulsión que el enfrentamiento entre posiciones regulacionistas y abolicionistas genera dentro de la formación morada es la confluencia catalana En Comú Podem, que ayer tuvo que dar libertad de voto a sus diputados agitados por la divergencia de criterios. Solo Ismael Cortés apoyará la norma. Los seis restantes, no, porque el PSOE «está dando la espalda a muchas mujeres y no afronta el debate con valentía».
Entre las críticas, la de Joseba Andoni Agirretxea (PNV) escoció particularmente a Lastra. Resumió la lucha de PSOE y Podemos por quedarse con la bandera feminista con la duplicidad de leyes contra la trata: «¿Dónde está la norma de Igualdad, guardada en algún cajón de los ministerios socialistas de Justicia e Interior?», afeó el peneuvista.
El resto de socios de gobierno del PSOE cargaron contra los ánimos «revanchistas» de un partido que ya ha gobernado varias veces en España y que no hizo nada por deshacerse de la explotación sexual en las calles y en más de 1.500 lupanares.
El parlamentario del PNV tachó los cuatro folios de propuesta socialista de «pataleta». En el ánimo de todos los portavoces estaba lo sucedido en la última Comisión de Igualdad, cuando el PSOE quiso paralizar la ‘ley del solo sí es sí’ de Podemos con una enmienda para penalizar a los dueños de locales y pisos de prostitución (lo que se llama tercería locativa). El PSOE, conminado por todos sus socios a retirarle sus apoyos si no eliminaba la enmienda, finalmente viró y permitió que la ley del consentimiento saliese adelante.
El partido cuyo líder prometió en el último congreso federal del partido acabar con la prostitución en el país sintetizó ayer su código abolicionista con tres medidas: sancionar a los clientes, penalizar a los prostituidores y proteger a las víctimas. «Nuestra proposición tiene cuerpo de ley, alma de pacto. Es una propuesta de país. Sin prostituidores, no habría trata», afirmó Lastra.
Nada de pornografía
Lastra especificó que, a diferencia de lo que se había filtrado, la propuesta socialista no regulará el acceso a la pornografía para menores ni prohibirá la producción de contenidos de alto voltaje erótico para el cine ni internet. Para el PNV, Grupo Plural, ERC y Bildu, es precisamente eso lo que la convierte en algo muy reducido y simplista, una «revancha» del «feminismo punitivista», reprobó Agirretxea, porque la ley no contiene una cohorte de medidas para la reparación de las víctimas de trata y explotación o de acompañamiento, sino solo castigos.
La parlamentaria de Ciudadanos Sara Giménez fue, sin duda, la que encendió más el debate al criticar la hipocresía de PSOE-UP porque, lanzó: «¿Nos interesa el consentimiento de una mujer pero no vamos a preguntar el consentimiento a una trabajadora sexual?». En un debate que transcurrió bronco, Giménez defendió que, aunque sean los menos, existen los trabajadores sexuales (de ambos sexos) que lo hacen de forma voluntaria y que van a ser criminalizados por esta norma. Para Giménez, el PSOE confunde ‘ad hoc’ dos debates: la lucha contra la trata y el trabajo sexual y lo hace precisamente porque no goza de las competencias de Igualdad. «Su propuesta no es más que un parche legislativo lleno de moralina y paternalismo», dijo la diputada naranja. «Es compatible combatir la trata y respetar el libre ejercicio de una actividad. Para esta ley van a contar con los conservadores, y la izquierda más puritana, pero no con los liberales», anunció.
La división en las filas de Podemos por este tema es tal que En Comú Podem se desmarca y vota en contra de tramitar la ley del PSOE