ABC (Andalucía)

LA MONCLOA OCULTÓ AL CONGRESO EL DETERIORO DE LA RELACIÓN CON ARGEL DE FORMA REITERADA

Usó respuestas ‘tipo’ para despachar las preguntas de PP, Vox, Cs, Bildu o Junts

- ANA I. SÁNCHEZ

El Ejecutivo ocultó reiteradam­ente al Congreso el estado real de la relación con Argelia a partir del giro en la posición del Sahara. Los distintos grupos parlamenta­rios preguntaro­n específica­mente al Gobierno, tanto de forma oral como escrita, cómo se encontraba la comunicaci­ón bilateral desde que se conoció la misiva enviada por Pedro Sánchez al Rey de Marruecos, pero Moncloa siempre eludió responder. En las comparecen­cias ante la cámara tanto el jefe el Gobierno, Pedro Sánchez, como el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, evitaban nombrar todo lo posible a Argelia y cuando lo hacían era para desear la mejor relación con este país o citarlo como socio fiable. Para las respuestas escritas, Moncloa elaboró dos fórmulas ‘tipo’ que remitió a los distintos diputados desde marzo. Las dos respuestas ‘tipo’ son simples remisiones a intervenci­ones del Gobierno en las que no se ofrece la informació­n por la que se pregunta.

Simples remisiones

La primera de ellas es una invitación a leer la intervenci­ón realizada por Albares en el hemiciclo el pasado 27 de abril cuando la portavoz del PP de Exteriores, Valentina Martínez Ferro, le preguntó si seguía manteniend­o que la relación diplomátic­a con Argelia era la «normal» entre dos socios estratégic­os y qué iba «a hacer» para mejorarla. El titular de Exteriores no contestó y se centró en reiterar su «voluntad» de «tener la mejor relación» con Argel, en calificarl­e reiteradam­ente como «socio fiable» y en prometer «seguir trabajando para tener las mejores relaciones de vecindad».

La remisión a esa intervenci­ón fue toda la contestaci­ón que recibió la diputada de Junts Pilar Calvo i Gómez el 29 de abril, tras preguntar por escrito por la llamada a consultas del embajador argelino en España.

La secretaria de Estado de Relaciones con las Cortes remitió la misma respuesta el 29 de abril al portavoz adjunto del PP, Pablo Hispán, después de que éste pidiera conocer qué informació­n recibió Argelia sobre el cambio de posición en el Sáhara y las consecuenc­ias diplomátic­as de ello. Y de nuevo el 3 de mayo cuando Martínez Ferro preguntó si Exteriores iba a proponer a EE.UU. que mediara para que las relaciones entre Argelia y España no se debilitara­n. Tres cuestiones que poco tenían que ver una con otra.

Cuestiones muy distintas

La segunda respuesta ‘tipo’ que ha estado usando Moncloa fue la invitación a leer dos comparecen­cias: una de Sánchez (ante el pleno el 30 de marzo) y otra de Albares (en comisión el 23 de marzo). Pero en esas citas ninguno de ellos respondió a cuestiones sobre la situación bilateral. El 30 de marzo, la número dos de los populares, Cuca Gamarra, preguntó a Sánchez si no era un despropósi­to debilitar la relación con Argelia, mientras el presidente de Vox, Santiago Abascal, pidió saber quién iba a resolver la crisis diplomátic­a con ese país, y el portavoz de Cs, Edmundo Bal, reclamó saber por qué se negaba a hablar sobre Argelia. «España está en ello contar con las mejores relaciones, con dos socios estratégic­os, como son Argelia y Marruecos», fue la única alusión del jefe del Gobierno. En el caso de Albares, el 23 de marzo se limitó a alabar a Argelia y a escudarse en que la diplomacia «requiere discreción».

Aún así, la remisión a estas comparecen­cias fue la respuesta que usó Moncloa el 3 de mayo para despachar las preguntas del diputado de Bildu Jon Iñarritu sobre las consecuenc­ias de la crisis, y de nuevo el 5 de mayo para no aclarar ni al diputado naranja Miguel Gutiérrez ni a la parlamenta­ria de Junts Mariola Illamola la suspensión argelina de las repatriaci­ones de inmigrante­s irregulare­s.

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