EL VÍA CRUCIS DE VILLAR MIR EN ARGELIA
El grupo familiar abrió un arbitraje contra Argel y denunció la amenaza de expropiación de una de sus empresas
Las cuestionables prácticas llevadas a cabo por el Estado argelino en los últimos años han convertido al país árabe en un callejón sin salida para el Grupo Villar Mir. El grupo familiar tiene abrió un arbitraje en la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (CCI) contra la empresa pública Sonatrach por la negativa de esta última a cumplir un acuerdo empresarial fechado en 2019. En virtud de este pacto, la filial de Sonatrach, Asmidal, compraría a Villar Mir el 49% que todavía no controla de la compañía de fertilizantes Fertial.
Villar Mir entró en Argelia en 2005, cuando adquirió el 66% de la Société des Fertilisants d’Algérie (Fertial), que llegó a ser una firma líder en la fabricación de fertilizantes y amoniaco para uso agrícola e industrial. Su inversión fue entonces de 160 millones de dólares, quedando el 34% restante en manos de Asmidal. Pero las cosas no salieron como esperaban.
En 2016, el Grupo Villar Mir vendió por 45 millones de euros el 17% de las acciones a un grupo privado argelino denominado Entreprise des travaux routiers, hydrauliques et bâtiments (ETRHB Haddad).
Una participación que quedó después en manos de un administrador por la detención del dueño de ETRHB.
Villar Mir intentó desprenderse del resto de la participación en 2019 al llegar a un acuerdo con la pública Asmidal. Pero el pacto nunca se cumplió. Y comenzó un auténtico vía crucis para el grupo de infraestructuras en el país africano.
Villar Mir denuncia que el Estado argelino ha torpedeado la actividad de la compañía con distintas prácticas para, «en último término, disminuir el valor y apropiarse de la inversión al menor coste posible». Un catálogo de acciones entre las que se encuentran, por ejemplo, bloquear las cuentas de Fertial sin razón durante varios ejercicios, impidiendo así prácticas como el pago a sus trabajadores. O impedir al grupo transferir, y por tanto cobrar, dividendos por valor de 14,8 millones de euros. O denegar de forma «injustificada» todas las licencias de exportación de la empresa. O prohibir sin motivo aparente las ventas al principal cliente de la compañía, una empresa química noruega, causándole de esta forma pérdidas superiores a los 100 millones de dólares.
Ante esta situación, el grupo familiar invitó «a la República Argelina a iniciar negociaciones para alcanzar un acuerdo amistoso que ponga fin a este enfrentamiento de manera pronta y satisfactoria para ambas partes». Por el momento no se ha producido ese acuerdo, pero fuentes del grupo aseguran que todavía se mantienen «conversaciones amistosas». De forma paralela, hay ya abierto un arbitraje internacional. La intención es salir del accionariado de la empresa con el menor impacto posible. En los últimos años, el grupo Villar Mir se ha ido desprendiendo de sus participaciones más significativas, como el 16% de OHL o Fertiberia. Pero Fertial todavía supone un caso abierto para la firma.