Carros para Ucrania
Los combates continúan en Severodonetsk sin que la situación parezca resolverse, ni en un sentido ni en el otro. Las tropas rusas, en el norte del Donbass, siguen sin asentar un cruce franco sobre el río Donetsk, que les permita una progresión decidida hacia el oeste, para progresar hacia la estratégica población de Sloviansk. Están tratando de hacerlo por la zona de Sviatohirsk, población de la que se apoderaron hace dos días. No hay movimientos sustanciales en el resto del teatro de operaciones.
La posibilidad de un acuerdo a tres, entre Ucrania, Rusia y Turquía para desminar los puertos ucranianos y abrirlos al transporte de cereales al resto del mundo no se confirma. Los ministros de Asuntos Exteriores de Rusia (Lavrov) y Turquía (Çavuçoglu), que se reunieron el miércoles en Ankara, no han resuelto el asunto. Lo corrobora que, en lenguaje diplomático, el encuentro haya sido calificado de «fructífero». Ucrania no se fía de que tal desminado no fuera aprovechado por Rusia para asaltar sus puertos en la zona de Odesa. Mientras tanto, Rusia parece estar exportando grano que, en la perspectiva ucraniana, es fruto del robo y el expolio, por lo que, desde Bruselas, se ha hecho un llamamiento a los socios comunitarios y a la comunidad internacional para que «no compren nada que haya sido saqueado por los rusos en la guerra en Ucrania».
Sí parece marchar con fluidez el trasvase de armas pesadas desde los países de la Alianza Atlántica hacia Ucrania. Los MLRS 270 norteamericanos estarían en tránsito, mientras que Noruega ha anunciado su intención de transvasar 22 obuses ATP M109 (155 mm).
En medios e, incluso, instancias oficiales españoles se especula con la entrega a Ucrania de carros de combate Leopard, supuestamente «deshumectados», de los que se transvasaron a España desde Alemania tras la visita del canciller Helmut Kohl a La Moncloa en el año 1992. Pero tales carros, ya antes del año 2014, se depositaron en la AALOG 41 y, posteriormente, «dieron con sus huesos» en la base de Casetas (Zaragoza). Y, además, no están preservados. En su estado actual son, prácticamente, chatarra. Ponerlos en servicio, con todo a favor, costaría alrededor de 1.500 millones de euros y menos de 6 meses. Así que, menos lobos.