Crecen las consultas de contribuyentes para irse de España y pagar menos impuestos
► Los asesores fiscales detectan también un mayor interés por mudarse de región
Cada vez son más los españoles que recurren a los servicios de profesionales de la asesoría fiscal para estudiar la posibilidad de trasladar su residencia a otro país o a otra comunidad autónoma en busca de un entorno impositivo más favorable. Así lo atestigua el último barómetro realizado entre sus asociados por el Registro de Asesores Fiscales. El informe ‘La opinión de los economistas asesores fiscales sobre nuestro sistema tributario’, presentado ayer, revela que dos de cada tres asesores han percibido un aumento de las consultas de sus clientes interesándose por un posible cambio de residencia hacia el extranjero. El porcentaje es aún mayor cuando lo que se pregunta es si han recibido alguna consulta sobre los requisitos legales para mover su residencia hacia otra comunidad autónoma.
Los motivos son diversos pero el que asoma como más habitual es la gran diferencia de cargas fiscales existente entre unos territorios y otros, especialmente dentro de España. El 80% de los asesores fiscales atribuyen a esas diferencias de imposición entre unas autonomías y otras el creciente interés de los contribuyentes por cambiar de residencia. También dejan claro su impresión de que las regiones donde los impuestos son más bajos tienen mayor actividad económica.
Las ganas de cambiar de lugar de residencia no suelen coincidir con el cumplimiento de los requisitos necesarios para hacerlo. Una mayoría de los profesionales consultados por Reaf admite que esos cambios de residencia que se pretenden son ficticios, es decir, no cumplen los requisitos que marca la normativa para cambiar de domicilio fiscal.
Hacienda poco amigable
«En estos casos nos corresponde advertir a nuestros clientes sobre los cambios de residencia ficticios y sobre las consecuencias que pueden tener para ellos», señaló ayer Agustín Fernández, presidente del Registro de Asesores Fiscales. «Hacienda dispone de los instrumentos necesarios para detectar este tipo de desplazamientos ficticios y si los contribuyentes los hacen sin cumplir los requisitos que establece la ley es muy probable que Hacienda lo descubra».
El atractivo de pagar menos impuestos no es el único factor que alimenta el interés de los contribuyentes por cambiar de residencia. La mayoría de los profesionales de la asesoría fiscal coinciden en que el sistema fiscal español ha evolucionado a peor: por la inseguridad jurídica que generan los cambios permanentes en la regulación fiscal, por la deficiente redacción de las normas fiscales y por el criterio que sigue Hacienda a la hora de interpretar las normas fiscales.
También por la actitud de las autoridades fiscales hacia los contribuyentes. Una amplia mayoría de asesores fiscales considera que en los últimos años la Agencia Tributaria ha endurecido su tratamiento tanto desde el área de Gestión, en la comprobación de las declaraciones fiscales, como en la de Inspección, y que su sensibilidad hacia el funcionamiento de las empresas tampoco ha avanzado gran cosa.
Críticas a la política fiscal
Los profesionales también se pronuncian en la encuesta sobre las medidas adoptadas por el Gobierno para amortiguar el impacto de la inflación sobre los ciudadanos. El 73% se pronuncia en desacuerdo o muy en desacuerdo con las rebajas fiscales aprobadas para reducir el recibo de la luz –rebaja del tipo de IVA del 21 al 10%, suspensión del impuesto sobre el valor de la producción de la electricidad y rebaja al mínimo del impuesto especial sobre la electricidad– y el 82% en contra de la bonificación de 20 céntimos sobre el litro de combustible como medida para paliar los efectos negativos de la crisis energética sobre el bolsillo de los españoles.
Por el contrario se muestran abrumadoramente favorables a actualizar los elementos más sensibles de los impuestos con la inflación, en línea con el debate en torno a la deflactación de la tarifa del IRPF que oposición, expertos e instituciones como el Banco de España reclaman para atenuar la pérdida de poder adquisitivo de los contribuyentes con rentas medidas y bajas. El 90% lo consideran como algo positivo para impedir que tenga efectos indeseados sobre la presión fiscal y sobre la progresividad.
La opinión está mucho más repartida cuando se trata de pronunciarse sobre la necesidad de armonizar o no los impuestos de sucesiones y donaciones, si bien una mayoría se inclina por la rebaja de estos impuestos como la opción más eficaz.