Neojuancarlismo
Ahora, el «te voy a poner un piso» es tentativa de delito
SI a los de la izquierda-izquierda (de Pablo a Yolanda) les gusta un papa, no te fíes de ellos. Ni del papa. Algo estará haciendo mal. Otra cosa es la infabilidad. Ya sabemos lo de Concepción Arenal de «odia al delito y compadece al delincuente». Con Don Juan Carlos no tenemos ni que llegar a ese extremo. ¿Que no me pueden invitar a una cacería? ¿Que puede ser una retribución en especie obligada a tributar a Hacienda? ¿Pero esto qué es? Es que me acuerdo de Marujita Díaz en un juicio cuando le preguntaron por unas joyas. «Me las ha regalado un moro». Ahora, el «te voy a poner un piso» es una tentativa de delito. No te vengas arriba, ponme un café. Y que no sea kopi luwak, ese que se saca de la caca de civetas que antes han ingerido los granos de café, no vaya a venir Hacienda.
Hasta las más altas instancias e instituciones quieren gustar a todos, ser aceptadas. Y, demonios, claro que deseo que a Don Felipe le vaya bien, que le vaya bien a la Monarquía española, que la Princesa de Asturias sea reina un día, pero esos a los que les gusta el Papa Francisco nunca van a estar de parte de la monarquía, hagas lo que hagas. Recuerden esa maravilla que escribió Ruiz Quintano de Iglesias, que sería, Robespierre y Errejón, que sería Saint-Just, «yendo por los pueblos con la guillotina en la Kangoo, como van los afiladores gallegos con la piedra de afilar».
Pero a veces, algunas veces, el cantor tiene razón, que cantaría María Ostiz. En un Ángelus de noviembre de 2019, Francisco recordó que «Dios condena al pecado, pero trata de salvar al pecador, va a buscarlo para llevarlo de vuelta al camino correcto». Reflexionó sobre la misericordia como vía de cambio radical. El desprecio al pecador no hace más que aislarlo y endurecerlo en el mal que hace contra sí mismo y contra los demás». Habló de la voluntad de Dios de salir al encuentro de sus hijos. Podemos aplicarlo a salir al encuentro de los padres. Me da la impresión de que más gente de lo que parece está viendo a Don Juan Carlos como víctima y con todo lo que pasa está surgiendo un neojuancarlismo.