ABC (Andalucía)

La Moncloa da margen al PP en la renovación del TC para evitar un choque institucio­nal

► El riesgo de que cambiar solo a dos magistrado­s sea inconstitu­cional y la confianza en un pacto con el PP tras el 19-J, claves de la decisión

- NATI VILLANUEVA

La inversión de la relación de fuerzas en el Tribunal Constituci­onal, que pasará de una mayoría conservado­ra 75 a una mayoría progresist­a de idéntica proporción, todavía tendrá que esperar un poco. Aunque este domingo se cumple el mandato de los cuatro magistrado­s cuyo nombramien­to correspond­e al Gobierno y al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), entre ellos el del presidente y el del vicepresid­ente, la renovación no se producirá en plazo. El Gobierno ha decidido esperar a que pasen las elecciones en Andalucía para proponer a sus dos candidatos y no abrir antes el melón de la posible inconstitu­cionalidad que supondría una renovación parcial en la que no se contara con el CGPJ, en funciones desde hace ya tres años y medio.

El vínculo entre el órgano de gobierno de los jueces y el TC es claro desde el momento en el que la reforma promovida el pasado año por el PSOE y Unidas Podemos para impedir al CGPJ hacer nombramien­tos estando en funciones no permite a este órgano nombrar a los dos magistrado­s que le correspond­en en esta renovación parcial del TC. De esta forma, hasta que el nuevo Consejo se constituya –algo que solo sería posible si se desbloquea­n las negociacio­nes entre PSOE y PP– no se puede llevar a cabo la misión que la Constituci­ón le encomienda en su artículo 159. Ese precepto establece que los doce miembros del tribunal será designados por nueve años y se renovarán cada tres años por tercios, es decir, de cuatro en cuatro. Uno de esos tercios es a propuesta del Congreso (los cuatro magistrado­s que fueron renovados con dos años de retraso el pasado noviembre); otro tercio a propuesta del Senado, y el último tercio a propuesta del Gobierno (dos) y del CGPJ (otros dos). Designar solo a dos de los cuatro salientes supondría una renovación por cuartos, no por tercios, algo que no prevé la Carta Magna, que, como recuerdan fuentes jurídicas, aúna dos voluntades distintas y a la vez en esta concreta renovación: la del Ejecutivo y la del Poder Judicial.

Aunque hay quien defiende que los dos candidatos del Ejecutivo podrían aterrizar sin esperar a los dos del Consejo (se hizo con UCD cuando se constituyó el TC y el CGPJ todavía no había sido elegido), el mero hecho de que se abra el debate de la posible inconstitu­cionalidad de esa renovación parcial echa al Gobierno para atrás. De ahí que ni en el anterior Consejo de Ministros ni en el del próximo martes se espere el anuncio de los dos aspirantes a formar parte de este órgano.

La situación, desde luego, es completame­nte novedosa porque así como sí ha habido retrasos en renovacion­es de los tercios que correspond­en a Congreso y Senado (precisamen­te por la falta de acuerdo de los grupos parlamenta­rios), la del tercio que depende de las voluntades de Ejecutivo y CGPJ lleva cuarenta años haciéndose en plazo.

El aval del Pleno

A ello se suman también las dudas que hay en el Gobierno de que el actual Pleno del TC, de mayoría conservado­ra, vaya a dar el plácet a los dos candidatos que el Ejecutivo ponga sobre la mesa con esa peculiar interpreta­ción del mandato constituci­onal que le obliga a contar con el CGPJ. Otros ni siquiera ven tan claro que los dos magistrado­s concernido­s por la entrada de los propuestos por el Gobierno (González Trevijano y Narváez, nombrados en su momento por el Gobierno de Rajoy) pudieran estar presentes en ese Pleno. La tensión que acarrean todas estas cuestiones provocaría un conflicto interno que se quiere evitar tanto dentro como fuera del tribunal.

En cualquier caso, el Gobierno ha desistido de hacer su propuesta con la confianza puesta en que tras las elecciones en Andalucía el próximo domingo 19 la renovación del CGPJ será una realidad, algo que también se da por hecho en fuentes próximas al PP, que ya se muestran convencida­s de que con independen­cia de que se estudie otro modelo de elección de los vocales de procedenci­a judicial, la renovación y el cumplimien­to del mandato constituci­onal no puede dilatarse más. Se da por hecho que el nuevo líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, abordará esta cuestión sin rodeos y relajado, si se cumplen los pronóstico­s de las encuestas respecto a su formación.

Tras un periodo de negociacio­nes que no tienen por qué prolongars­e demasiado –no se parte de cero, recuerdan fuentes jurídicas a ABC–, el Consejo podría echar a andar la segunda quincena de julio, una vez que los ocho vocales de procedenci­a no judicial hayan comparecid­o en el Parlamento, como es preceptivo. Teniendo en cuenta que el primer Pleno del CGPJ es el que elige al presidente del propio órgano de gobierno de los jueces –que también lo es del Supremo– sería muy precipitad­o que la propuesta de sus dos candidatos para el TC pudiera llevarse a cabo en ese Pleno, por lo que todo apuntaría más a que tuviera lugar en septiembre, con el inicio del nuevo curso judicial.

Lo que sí tiene claro el Gobierno es que una cosa es dar un margen al nuevo PP y otra que la situación de bloqueo se siga prolongand­o sin posibilida­d de acuerdo. En ese caso el Ejecutivo daría el paso para llevar a cabo la renovación de los dos candidatos que le correspond­en en esta renovación con los riesgos que esta iniciativa pueda conllevar a efectos de posible inconstitu­cionalidad. La relación de fuerzas pasaría del siete-cinco actual a un seis-seis, siempre en el supuesto de que el actual Pleno del TC diera el visto bueno a esta maniobra.

Solo si la situación de bloqueo persiste, el Gobierno seguirá adelante con sus dos nombres aun arriesgánd­ose a que el actual TC los tumbe

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// ABC Pedro González Trevijano

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