Luis, como Pedro
PERDONE que abuse de su confianza y le proponga un titular que, en realidad, solo pretende captar su atención. Si está leyendo el comentario, lo he conseguido. Por Luis me refiero –de manera un tanto abusiva–, a Luis de Guindos, el vicepresidente del BCE, y por Pedro, al inmerecido presidente que nos (des)gobierna. Con la analogía pretendo describir una manera de gobernar que practica nuestro presidente con inagotable fruición y que el BCE empieza a considerar. Es esa manía de atacar los efectos de los problemas, en lugar de concentrarse en arreglar sus causas. Enseguida se lo cuento. Sabe usted bien que la política monetaria elegida para luchar contra los efectos de las crisis encadenadas que hemos padecido, pandemia e invasión, ha consistido en mantener los tipos de interés en niveles ridículos, aprovechando la ausencia casi total de inflación, y en proporcionar océanos de liquidez al sistema para que los Estados pudiesen emitir deuda sin medida y acometer todo el gasto social que los ciudadanos reclamaban. Una práctica de duración e intensidad excesiva y que ha terminado por alimentar una inflación descontrolada que se inició con la energía y la mala adecuación entre una oferta insuficiente y distorsionada y una demanda creciente, pero poco ordenada.
La presión de los precios y el ejemplo de la Fed han obligado al BCE a anunciar subidas de los tipos y retiradas del programa de compras. Lo primero encarecerá la financiación y lo segundo provocará distorsiones, ya que los Estados se quedan sin su principal comprador. Lo cual les obligará a salir a los mercados en busca de alternativas. Unas alternativas que no serán tan compresivas. De ahí que se empiece a hablar de establecer alguna forma de ayudas en forma de compra, para aquellos países que no encuentren compradores, salvo que ofrezcan precios inasumibles. Repasen la prima de riesgo.
Ahora le justifico el título. Si los países se han endeudado en exceso y han gastado mucho más de lo que han ingresado, quizás fuese sensato abandonar dicha práctica y adelantar el plan de consolidación fiscal de sus cuentas públicas. ¿Por qué? Porque esa es la causa. Insistir en los efectos y darles nuevas facilidades para endeudarse provocará… nuevos endeudamientos. Los políticos resisten muy mal la presión del gasto y no se atreven a incrementar el ingreso por el peligro de que los impuestos fastidien el crecimiento. Por eso se lanzan al endeudamiento. ¿Lo permitirá el BCE? Apostaría a que sí. Al final, muchos de ellos son políticos, aunque lo nieguen. Repasen los currículum…