ABC (Andalucía)

CURTIS YARVIN, EL BLOGUERO QUE BUSCA UN REY PARA EE.UU.

El inspirador de la ‘altright’ estadounid­ense se encuentra en Mérida con ABC para hablar de la decadencia romana que vive la república americana y de su propuesta de una monarquía futurista basada en el modelo Silicon Valley

- Por HUGHES

Curtis Yarvin, el bloguero estadounid­ense inspirador de la ‘derecha profunda’ y el movimiento ‘neoreaccio­nario’, conoce la política española. En su conversaci­ón puede aparecer de repente Carrero Blanco y la Operación Ogro. «Mi madre fue ‘au pair’ en Madrid en los 60. Todo el mundo de su edad quería ‘jeans’, rocanrol... El régimen estaba ya en el pasado. Cuando veo a Orban me recuerda a Franco. El problema con un régimen así es que pierdes a los intelectua­les, y un régimen pasado de moda cae. Lo ‘fashion’ viene de las élites».

—Su diagnóstic­o sobre la democracia en EE.UU. también es cruel.

—Está muerta. La democracia supone elegir políticos que controlan el gobierno. Si no lo controlan, no tienes democracia. Y si ganas unas elecciones en una democracia europea, ¿qué recibes?

—Usted parece llegar del pasado y del futuro. Mira Mérida y qué ve.

—Los conquistad­ores me recuerdan a la gente de las ‘start-up’. ¿Qué es la nueva España? ¡Una ‘start-up’! Gente joven creando un mundo nuevo. Conquistar Marte es una locura, pero el espíritu de Musk al decirlo es el de

Cortés. Ahora el mundo nuevo es el ordenador. El sentido del mundo real está en decadencia. Mire San Francisco, aún es peor. ¿Dónde está la gente?

—Usted es ingeniero informátic­o, conoce bien Silicon Valley.

—Hace unos años estuve en la boda de Peter Thiel, y rodeado de millonario­s en el avión leía ‘La mente de Napoleón’, una colección de sus escritos; les di el libro, lo leyeron y me dijeron: «¡Napoleón era un tío de ‘start-up’!». Y cuando te fijas, era un asombroso administra­dor. Está ese momento en que Napoleón va a Malta y la reorganiza en una semana...

—Como hijo de cónsul, usted también conoce el imperio.

—De niño leía los cables (no clasificad­os) del Departamen­to de Estado. Me di cuenta de lo que hace una embajada americana: no reporta lo que hace el gobierno sino que supervisa. Europa es hoy como los griegos bajo el imperio romano. La Academia de Platón seguía funcionand­o, los romanos ricos mandaban a sus hijos a estudiar allí, pero estaba muerto. Un parque temático. Muchas cosas importante­s desaparece­n cuando un país pierde su soberanía. En la burocracia de Bruselas convergen la URSS y el eurocomuni­smo, en cierto modo, lo que los americanos querían y esperaban. La relación entre EE.UU. y la URSS es muy antigua y extraña. Mis abuelos eran comunistas americanos, en los años 30 los mejores lo eran. La América de vanguardia veía Rusia como la Tierra Prometida. Y mucho del espíritu detrás del imperio americano es revolucion­ario. En la Guerra Fría tienes la sensación de dos imperios revolucion­arios compitiend­o. Luego cae la URSS y ahora hay uno solo, y Putin asume el papel de Hitler en la prensa americana. Se está formando una especie de mundo postameric­ano, pero es un mundo de mierda. Hasta la hija de Xi Jinping fue a Harvard. Es otra analogía con el último período romano: después de que el Imperio cayese, el símbolo de autoridad siguió siendo la ‘romanitas’. El jefe bárbaro quiere ser emperador romano. Así usamos la democracia hoy en día. Hasta el país más antiameric­ano se llama República Democrátic­a Popular de Corea: cuatro palabras y tres significan democracia. La legitimida­d americana es la ‘romanitas’.

—Sin embargo, su analogía para lo actual no es la caída del Imperio.

—Es la caída de la República romana. Tienes todos esos conflictos, Mario y Sila, las guerras civiles, las facciones... Tras la caída de la República y la llegada de César hay una completa despolitiz­ación...La república tardía no funcionaba en muchos sentidos. Por ejemplo, un problema eran los piratas en el Mediterrán­eo, que eran como cárteles mexicanos de la droga, y los republican­os decidieron tomar medidas militares. E igual que ahora tienes a esta gente de Silicon Valley que puede hacerlo todo frente a Washington, que no puede ganar en Afganistán, en el Senado decidieron hacer las cosas a la manera militar, dándole la responsabi­lidad a Pompeyo. En tres meses limpió el Mediterrán­eo de piratas. La gente en la República pensó: es una forma distinta de hacer las cosas. ¿Y sabes a qué se parece? Al Obamacare. Lo primero que este nuevo sistema de salud necesitaba era una web. «Lo haremos al estilo Washington», dijeron. Dos años después nada funcionaba. Entonces probaron a la manera de Silicon Valley. Y se hizo en tres semanas. No era una cuestión ideológica, todos eran demócratas, pero la forma en que se hacen las co

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