Los dos senderos de la gloria del 17-J
MONUMENTAL DE FRASCUELO. Viernes, 17 de junio. Menos de media. Toros de Juan Pedro Domecq y Jandilla (4º bis y tris). MORANTE, de purísima y oro. Estocada tendida (oreja). En el cuarto, estocada en el rincón (oreja con petición de otra).
EL FANDI, de azul pavo y oro. Estocada desprendida (palmitas tras leve petición). En el quinto, estocada (dos orejas).
PABLO AGUADO, de verde y oro. Estocada atravesada (oreja). En el sexto, tres pinchazos y estocada defectuosa. Aviso (ovación).
Era 17 de junio. Un día para que la desmemoriada Fiesta recuperara la memoria. El día del brindis por aquellos que, como evocó José León, entregaron sus vidas para salvar las nuestras. Ya no habrá más 17-J para el último torero que vertió el cáliz de la inmortalidad en la arena. Cinco años sin Iván Fandiño, un lustro sin el último rebelde con causa. Quiso el destino que otro 17 del sexto mes alcanzara la gloria Andrés Vázquez, el maestro de las mil batallas. Bajo el militar ‘Toque de oración’, se guardó un minuto de silencio en una plaza con el rostro triste del hormigón. Demasiado cemento se veía en el tendido. Y eso que en el cartel figuraba Morante, el artista en plenitud, y el puesto de Cayetano fue para El Fandi, el profeta de la tierra con el que nadie devolvió su entrada. A hombros se marcharon los dos... Por distintos senderos, con diferente toreo.
Bellísima la faena de Morante al flojo y obediente primero, al que logró sostener con vertical pureza y lentitud hasta pasear un trofeo. Tras la merienda, tuvo que parar un titular de Juan Pedro y dos sobreros de Jandilla. Con el jabonero enseñó su tauromaquia, que marcaba diferencias en esos naturales de pecho ofrecido. ¿Y los parones que aguantó? Hondo su valor, el del auténtico arte. A pies juntos se marcó unos zurdazos de torería para cuadrar a Otus, al que se tiró a matar con ley. Todos sabían que aquella obra cotizaba al alza. Menos el presidente, que la premió rácanamente con una oreja pese a que Granada clamaba por las dos. Sí se las concedió a Fandila, que formó un lío total con lances, pares y pases de todas las marcas al gran quinto. Enloquecida vibraba la Monumental con David y Visionario. Un trofeo se llevó Pablo Aguado del noblote tercero, en el que compuso sin encajarse, y pinchó al sexto tras dejar preciosas perlas a dos manos.