Un gran martes
Tezanos confiesa su admiración por la lucha epopéyica de quien luego se convertiría en Pedro I, ‘el Mentiroso’
MAÑANA, martes, y, sobre todo el miércoles, casi nadie hablará ya de las elecciones andaluzas, porque va a tener lugar el acontecimiento del año: la presentación del libro que Tezanos ha escrito sobre Pedro Sánchez. Los padrinos del acto son, también, relevantes: Adriana Lastra, esa fina intelectual del PSOE, y el ministro de la Presidencia y Teléfonos Espiados, Félix Bolaños.
En estas páginas de ABC, gracias a Mariano Alonso, ya conocemos algunas características del libro, la primera de las cuales es que en la portada aparece una gran fotografía del presidente del Gobierno con una camisa y, en letras mayúsculas, PEDRO SÁNCHEZ, es decir, que el autor y el editor parece que han querido asegurarse de que nadie pudiera llamarse a engaño sobre el contenido.
El presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas, José Félix Tezanos, confiesa su admiración por la lucha epopéyica de quien luego se convertiría en Pedro I, ‘el Mentiroso’, y los obstáculos que tuvo desde el principio, incluso para afiliarse al PSOE. A pesar de que el padre del presidente ocupaba cargos en el Partido Socialista, encontró grandes dificultades para obtener el carnet. Mientras cualquiera que conozcamos obtuvo el carnet socialista casi con la misma facilidad con la que se puede obtener el carnet de un club de fútbol, Pedro Sánchez tuvo que luchar lo indecible, y la epopeya la cuenta José Féliz Tezanos con emoción. Pero donde se nota el impacto de este hombre irrepetible –irrepetible, sí– es cuando lo va a visitar a su casa y el autor destaca que le abre la puerta el propio Pedro. Admirable. Había sido secretario general del PSOE, y sus propios compañeros le habían echado; se refugia en su casa –como hacemos todos cuando nos despachan de alguna empresa– y, en lugar de contratar a un par de doncellas nuevas para que atiendan a las visitas, resulta que él mismo abría la puerta. Tezanos sufre tal impresión ante esa humildad que pienso que allí comenzó la determinación de escribir el libro sobre este hombre irrepetible.
Me quité de leer hagiografías a los 14 años, y me pasé a Raymond Chandler, pero ésta promete tanto que puede que la lea. Pasado el gran martes, claro, por guardar respeto al acontecimiento.