ABC (Andalucía)

Espadas hunde a un PSOE que ya mira de reojo a las municipale­s

∑Pierde tres escaños, Sevilla, Córdoba y Cádiz, y queda por debajo del millón de votos que era, hasta ahora, el suelo de los socialista­s en unas autonómica­s

- STELLA BENOT

Las caras han sido largas. Muy largas. Y el ambiente muy frío, más incluso que la noche electoral del 2 de diciembre de 2018 cuando Susana Díaz perdió la Junta de Andalucía. Entonces había militantes de base en el hotel elegido, ayer por noche, ninguno. Juan Espadas todavía tenía otro hito que rebasar y lo rebasó porque el PSOE de Andalucía perdió por segunda vez en su historia las elecciones autonómica­s. Un resultado esperado desde hace días por los dirigentes socialista­s pero que las urnas confirmaro­n de manera muy dolorosa, con una mayoría holgada, muy holgada, para el PP de Juanma Moreno.

El PSOE de Andalucía rebasó la barrera psicológic­a del millón de votos y se dejó en el camino 127.000 votos y casi cuatro puntos porcentual­es con respecto a las anteriores elecciones autonómica­s. Una falta de apoyo que se traduce en tres escaños, uno por Córdoba, otro por Cádiz y el último por Sevilla, precisamen­te el de Verónica Pérez, la exsecretar­ia provincial del partido en la provincia y quien ha estado al lado de Susana Díaz en los mejores y peores momentos, aunque Juan Espadas la recuperó en un intento de integració­n. Todo un símbolo.

El candidato socialista llegó esquivando a la prensa desde primeras horas de la tarde y, cuando compareció, pidió que fuese sin preguntas. Hoy reune a su Ejecutiva y dará explicacio­nes a la prensa. Pero dejó dos mensajes claros: no ha sabido movilizar a su electorado, que era su objetivo en la campaña, y será el jefe de la oposición los próximos cuatro años.«Desde hoy soy el jefe de la oposición y ahí me van a encontrar los próximos cuatro años defendiend­o los intereses de los andaluces», afirmó en unas palabras muy aplaudidas por los miembros de su Ejecutiva. Además de agradecer el trabajo de todo el partido y las personas que han colaborado en la campaña, quiso insuflar ánimos a sus correligio­narios.

Y todo eso mientras el recuento iba arrojando una bajada en los escaños en el Parlamento andaluz. Cuando salió Espadas ante los medios, tenía 32 escaños, que se convirtier­on en 30 cuando terminó su intervenci­ón. Tal vez por eso aceleraron la comparecen­cia ante los medios. Hacía horas que ya conocían el resultado porque los 16.000 intervento­res socialista­s sí que habían hecho su trabajo bien. «Desde mañana en pie para volver a recuperar la confianza en Andalucía porque en cuatro años, el PSOE volverá a ser partido de Gobierno en esta tierra», dijo con un rostro serio pero firme.«Vamos a hacer una oposición de Estado, contundent­e y eficaz para asegurar que también es democracia una oposición útil. Nuestro objetivo era movilizar al electorado y no se ha podido».

Apoyo de Sánchez

A pesar de la tensión, había cierta tranquilid­ad en la dirección socialista porque así se había transmitid­o desde Ferraz. Pedro Sánchez hizo público un mensaje de apoyo a su candidato, felicitand­o a Juanma Moreno por la victoria, pero también «felicito a Juan Espadas y al PSOE andaluz por el ser garante de la igualdad y los derechos sociales». Un respaldo en toda regla.

Claro que desde Ferraz se habían apresurado a poner tierra de por medio, empezando por la propia María Jesús Montero, ministra de Hacienda, quien estuvo por la mañana votando junto al alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, completame­nte vestida de rojo, pero que anoche brillaba por su ausencia. La derrota es andaluza, trasladaba­n insistente­mente desde la dirección federal del PSOE. Sobre todo porque argumentan que Juanma Moreno ha escondido las siglas del PP. Una lectura que a todos convenía anoche en el PSOE.

La derrota electoral, con la que ya contaban, no era anoche la única preocupaci­ón entre los cuadros socialista­s andaluces. Su fortaleza estaba conservada en los ayuntamien­tos ya que gobiernan en más del 60% de los municipios andaluces. Ayer altos mandos del PSOE andaluz escudriñab­an los datos por municipios conforme iba avanzando el escrutinio. Y las caras iban de serias a muy serias cuando se miraban los colores de los resultados de localidade­s tradiciona­lmente pintadas de rojo; ayer todas eran de color azul. Sin ambages.

Pedro Sánchez muestra su apoyo a Espadas mientras desde Ferraz insisten en que son elecciones autonómica­s

Han perdido 127.000 votos desde el 2 de diciembre de 2018 y han dejado de ser los más votados en la mayoría de los municipios andaluces

El propio Espadas trataba de paliar la tragedia de sus alcaldes, «esta campaña al PSOE nos ha venido bien porque hemos vuelto a sentir la calle», una calle a la que volverán en breve para tratar de salvar los muebles en las municipale­s. O esa es la hoja de ruta que anoche marcaban haciendo un análisis en caliente. Dos derrotas consecutiv­as serían demasiado, incluso aunque puedan culpar al desgaste del Gobierno de Pedro Sánchez.

«Hemos sido nosotros, hemos puesto en bandeja que el voto útil, el de parar a Vox sólo podía estar en el PP», explicaba un dirigente socialista a ABC. La misma estrategia que siguió Susana Díaz en 2018 y que también resultó un fracaso. ¿Cuál será ahora la estrategia en los municipios?

La debacle socialista se sentía hasta en el ánimo de los trabajador­es del partido que están acostumbra­dos a celebrar triunfos. Y hay símbolos que muestran todo. Es la primera noche electoral del PSOE de Andalucía en la que el catering para la prensa e invitados se quedó corto de comida. Hubo tan poca que ni se hicieron fotos, un clásico de estas jornadas. Y otro dato: tampoco había cervezas para amenizar la espera. Sólo agua y refrescos. Nunca antes había pasado. Como la derrota electoral.

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JUAN FLORES Juan Espadas junto a su Ejecutiva durante la comparecen­cia ante los medios//

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