Marín dimite tras la debacle electoral y quedarse ‘a cero’
∑«Los andaluces han decidido y lo asumimos, no hemos sabido vender nuestro trabajo tan bien como el PP»
Juan Marín fue coherente con todo lo anunciado en la campaña y deja todos sus cargos tras la debacle de Ciudadanos en el Parlamento de Andalucía, del que desaparece perdiendo a todos y cada uno de sus 21 diputados. Los naranjas llegaban a las elecciones del 19-J como partido de gobierno y tres años y medio después se quedan sin representación. La realidad se impuso de manera implacable y las tendencias que mostraban todos los sondeos han aplastado las ilusiones de Cs en Andalucía en la noche electoral del 19 de junio, que quedará señalada ya en la breve pero intensa historia de la formación liberal como la que supuso quedarse sin representación en la Cámara regional después de una legislatura en la que han formado parte del Gobierno junto al PP.
De 21 diputados y un 18% de los sufragios en aquel 2018 han pasado a la nada a causa de ese exiguo 3% cosechado en las urnas. De casi 660.000 votos a poco más de 100.000. El canto del cisne naranja impide repetir un nuevo gabinete de coalición al frente de la comunidad y abre una brecha de profundas consecuencias para la organización. De momento, el presidente regional del partido y aún vicepresidente de la Junta, Juan Marín, ya anunció anoche que dimite de sus cargos al frente del partido en Andalucía «dejando todas las responsabilidades». «Yo soy el máximo responsable del resultado electoral que hemos tenido», recalcó cuando ni siquiera había concluido el escrutinio oficial.
Malos presagios
A pesar de los mensajes oficiales, lo cierto es que el último tramo de la tarde ya hacía presagiar en la sede central de Cs, en un hotel sevillano, que el desenlace de la campaña iba a resultar dramático. Especialmente una vez se cerraron los colegios electorales y comenzaron a recibir los primeros datos de sus propios analistas. Pronto, de hecho, se dieron cita en el cuartel de operaciones tanto el líder de la formación en Andalucía como varios líderes nacionales del partido, como Edmundo Val, que ha arropado en todo momento al candidato en un momento tan delicado para una estructura que va perdiendo paulatinamente presencia en la gestión pública de una manera tan rápida como la fue obteniendo. Se quedó en Madrid la presidenta, Inés Arrimadas, un gesto que ya se interpretó durante la tarde como síntoma evidente del descalabro. No fueron pocos los que aludieron con bastante malestar a esta ausencia de la máxima responsable en una comunidad en la que mantenían su mayor cuota de gobierno.
Por los pasillos de la sede una constante ida y venida de los principales cargos del mismo con gesto tenso e inequívocamente preocupado hacía prever ya antes de la oficialidad que la debacle se había producido y que ahora toca replantear la coyuntura de arriba abajo. E incluso elegir entre liquidación o refundación, un asunto que ya está sobre la mesa. «Ha sido imposible, era muy difícil con todo en contra...», se lamentaba una de las caras más conocidas de Cs en la región una de las veces que salía del despacho de los principales jefes. «Para que el PP tuviera una mayoría amplia, necesariamente tenía que darnos un gran bocado y lamentablemente así ha sido», apostillaba. Era la nota característica de la tarde y la noche hasta que el líder regional compareció ante los informadores pasadas las diez y media.
Con rostro descompuesto, resignado y hasta emocionado, el mensaje de Marín ante los medios ha sido, en este sentido, bastante sincero y crudo. No cabían demasiados giros ni eufemismos para calificar el resultado de este domingo y, sin acompañantes junto al atril, solo, felicitó al PP «por su clara victoria» y su alegría «por el hecho de que Vox se haya quedado fuera del Gobierno de Andalucía». «Es lo que más me divierte de los resultados», subrayó con mucha sorna y franqueza para, sin rodeos, anunciar que dimitía. «Este lunes por la mañana presentaré mi dimisión a la dirección nacional del partido —señaló— y dejo todos mis cargos a disposición del partido porque seguro que habrá gente en el partido que podrá hacerlo mejor que yo».
«El PP ha sabido vender mejor su
gestión —añadió— y los andaluces han tomado su decisión, que hay que aceptar como es. Estamos muy orgullosos de lo que hemos hecho porque Andalucía es hoy muy distinta a la que era cuando entramos a gobernar. El trabajo ha sido muy bueno y hemos hecho
En el seno del partido liberal se quejaban del voto útil que ha beneficiado al PP y no de «no haber sabido vender la gestión»
lo que dijimos que íbamos a hacer cuando llegamos. Por eso estamos orgullosos de que los andaluces ahora vuelvan a confiar en su clase política y no haya corruptos gracias a la contribución de Cs, pero los andaluces nunca se equivocan y sabrán por qué prescinden de Ciudadanos en el Gobierno. Creo que a los andaluces les va a ir peor sin Ciudadanos, pero espero y deseo que Andalucía siga creciendo y sea el orgullo de toda España».
Marín fue elegante y desvinculó por completo los malos resultados de la situación de la marca a nivel nacional, indicando que el batacazo «se produce en el marco de una comunidad autónoma y no se va a culpar a nadie que no sea de Ciudadanos en Andalucía».
Con absoluta naturalidad, Marín recalcó que en la política «hay que entrar con dignidad y salir también con dignidad», insistiendo en que desde ahora será «un militante más de base del partido para que otras personas lleguen y lo hagan mejor de lo que yo lo he podido hacer». Eso sí, insistió el todavía líder autonómico de los liberales en «el orgullo de haber hecho un trabajo muy bueno en la Junta, devolviendo a la gente la ilusión y permitiendo el cambio tan fuerte que se ha producido en los últimos años en tantos niveles, desde la corrupción, que ha desaparecido de la vida pública, hasta la economía, al haber podido convertir Andalucía en motor económico de España en estos tres años». Desde hoy mismo, Ciudadanos tiene por delante la reorganización completa del partido en la región.
«En la política hay que entrar con dignidad y salir también con dignidad. Yo soy el máximo responsable de estos resultados»