El vicepresidente que busca nuevo empleo
La pérdida de toda la representación parlamentaria para Ciudadanos (Cs) dejaba anoche a su principal responsable, Juan Marín, en el disparadero. Él mismo fue el que puso sobre la mesa la posibilidad de dimitir si los resultados eran tan desastrosos como marcaban las encuestas. Finalmente lo fueron, de modo que su presidencia quedaba totalmente en el alero de la misma forma que la propia estructura del partido en la comunidad entra en fase de necesaria renovación; o incluso, como apuntan algunas voces con peso en el staff liberal, de refundación. «A la política hay que venir llorado y asumir los resultados, aunque parezcan injustos», dijo anoche en charlas informales con los periodistas minutos antes de anunciar que este lunes dimite de todos sus cargos y los pone a disposición del partido. Se ha llegado a hablar, con todo, de que Marín pudiera formar parte como elemento independiente del próximo Gobierno andaluz que configure el PP, claro ganador tragándose a su socio. Distintas fuentes han deslizado la posibilidad de que pueda ostentar algún alto cargo en el futuro gabinete de Juanma Moreno, al que le ha unido no sólo el trabajo de estos tres años y medio en coalición sino incluso cierta amistad y aprecio personal. Su experiencia en la gestión pública de los pasados tres años pueden valer al nuevo equipo que se conforme y, además, en cierta medida su incorporación al gabinete autonómico supondría también un premio o agradecimiento a la labor desarrollada en la vicepresidencia y las áreas que ha encabezado, especialmente el turismo. Por ello, no está descartado que el nuevo Gobierno andaluz pueda ser también destino de Marín aunque su partido no haya obtenido representación. Ni él mismo dejó anoche claro cuál será su próximo cometido ni si éste estará lejos de la Junta.
Eso sí, frente a esta posibilidad, él mismo advirtió en alguna ocasión de que no entraría en ningún gobierno si no es como representante de Cs, con lo que para que eso ocurra antes debería abandonar las filas naranjas. De no ser así y mantener su palabra, el futuro inmediato de este sanluqueño que ya roza los sesenta años está fuera de la política andaluza de primer nivel (es diputado regional desde 2015) y se ceñiría de nuevo a su actividad privada, que estuvo vinculada al comercio y la pequeña empresa en su localidad natal. En estos años de primera línea pública no cabe duda de que habrá tenido las oportunidades suficientes de generar muchos y buenos contactos con los que apoyar su regreso a la vida privada y a los negocios, si es que eso sucede. Desde luego, no será ya en Ciudadanos donde Marín siga vinculado a la gestión pública. Queda esperar la configuración del próximo gobierno andaluz.