Para Teresa Rodríguez, el batacazo son los otros

▶ La política trata de desvincularse de la caída de la izquierda con un triunfo pírrico

«Nosotros somos un partido joven que no tiene ni un año. Tener grupo parlamentario propio ya sería un triunfo. Cualquier resultado sería un triunfo». Ese era el mensaje, tipo manta, que se respiraba en la sede de Adelante Andalucía (curiosamente ubicada en el casco antiguo de Cádiz) muchos minutos antes de que Teresa Rodríguez saliera a realizar la valoración. Con José María González, Kichi, el alcalde de Cádiz, y Demetrio Quirós entre los expectantes asistentes, el resultado fue, bien pronto, una victoria pírrica, un triunfo moral inservible a efectos ejecutivos, de diputados, prácticos.

Teresa Rodríguez llegaba nada más cerrar los colegios pero el ambiente nunca fue festivo. En realidad, Adelante Andalucía estaba condenada de antemano. Tras su violenta ruptura con Izquierda Unida-Podemos, que se ha presentado bajo la marca Por Andalucía y ha conseguido grupo parlamentario, la máxima aspiración era «la representación», en el mejor de los casos el grupo propio (cinco diputados).

Aún no se había puesto el sol del 19 de junio y ya estaba asumido que dos, tres diputados servían de bien poco a una hipotética alianza de izquierdas. Con el PSOE estancado y Por Andalucía en proceso de derrumbe, esa victoria electoral tan local o provincial de Adelante puede tener algo de estética y ninguna utilidad. «El objetivo de desalojar a las derechas no lo hemos conseguido», admitía José Ignacio García en una precoz intervención.

El futuro de Teresa Rodríguez, que de forma llamativa anunciaba en plena jornada electoral que no repetirá por cuarta vez como candidata a la Presidencia, pierde sentido. A niveles autonómicos, está amortizada. Su enfrentamiento con Por Andalucía y, en cualquier caso, la impotencia de la suma de ambas formaciones con el PSOE no aporta muchas más salidas. Aunque, era el consuelo en la sede de Adelante, peor lo tienen Inma Nieto el resto de grupos de izquierdas. «Esos sí que se han dado un batacazo». Ya lo dijo Sartre, el batacazo siempre son los otros. El conflicto está en establecer si, como en el montañismo, los escaladores estaban atados unos a otros y cuando cae uno arrastra a los demás.

Los militantes de Adelante, en la puerta de la sede, rodeando a Kichi, celebran ser «la segunda fuerza más votada en Cádiz» capital pero lamentan que los diputados obtenidos «vayan a servir de poco».

Una interventora de Adelante Andalucía resumió ayer el resultado de la izquierda «una compañera de Por Andalucía me ha pedido disculpas por cómo se han portado». Los partidos más allá del PSOE, finalmente, tienen la sensación de haberse pegado un tiro en el pie con sus divisiones en en estas elecciones.

Cánticos y vítores en la puerta de la sede de Sagasta con Benjumeda. Cantan el himno de Andalucía. Llega Lola Cazalilla de su mesa electoral. Los tres posibles candidatos a la Alcaldía de Cádiz, ella, David de la Cruz y Kichi ya están juntos a la espera de la salida de Teresa Rodríguez.

Satisfacción y humildad

Con «dos palabras» quiso resumir Teresa Rodríguez su intervención nada más salir al atril: «Satisfacción y humildad». Parece que predominará la segunda. Afirma que «Andalucía estrena una nueva forma de hacer política y recibe en el Parlamento al andalucismo del siglo XXI», en referencia a los dos escaños obtenidos por su formación, Adelante Andalucía.

Inmediatamente, pasa al ataque a la extrema derecha, base de su campaña electoral del primer al último día: «Andalucía ha mostrado dignidad para no tragarse los argumentarios que le pasaban a Macarena Olona por las mañanas. Por primera vez, Vox ha obtenido peores resultados de los que le daban las encuestas. Hemos pinchado el globo de la ultraderecha y se ha producido un ‘macarenazo’ en Andalucía». La roteña calificó a esa opción política de «monstruos que hemos disipado al encender la luz».

De vuelta al futuro de su formación, aseguró que los dos diputados permiten crear «un nuevo espacio andalucista»» que comparó con los que tienen «Cataluña, Euskadi y Galicia, otros pueblos del estado. Vamos a permitir que germine la semilla».