Colombia vota en una jornada tensa bajo la acusación de fraude entre los candidatos
► Petro y Hernández se juegan la Presidencia en unos comicios que cambiarán el paisaje político del país
«Tenemos una de las democracias más antiguas de este hemisferio, de las más sólidas de este hemisferio, una democracia que es vibrante, que ha mantenido el proceso de transición pacífica, ordenada e institucional, en el mando presidencial. Hoy tenemos que ir todos los colombianos a las urnas, sin miedos, sin intimidaciones, sin prejuicios, sin sesgos, a elegir al próximo presidente de la República. Esta tiene que ser una fiesta de la democracia, con confianza en las instituciones y con plena confianza en el veredicto del pueblo colombiano».
Así lo señaló a las ocho en punto de la mañana de ayer el presidente Iván Duque, tras depositar su voto en la Mesa 1 de la Plaza de Bolívar, en la que tradicionalmente el mandatario de turno, seguido por quien regenta la ciudad de Bogotá, en esta oportunidad Claudia López, abre oficialmente la jornada electoral, la cual se desarrolló hasta las cuatro de la tarde en todo el país. Una jornada en la que casi 39 millones de colombianos estaban habilitados para elegir al nuevo mandatario que llegará a la Casa de Nariño el próximo 7 de agosto.
Casi una hora antes, pero en la popular Iglesia del Divino Niño del 20 de julio, el candidato por la coalición de izquierda, Gustavo Petro, pedía «que las fuerzas más puras y bondadosas de esta patria nos ayuden en las tareas que están por venir», como parada previa antes de ir a su mesa de votación en el colegio Marco Antonio Carreño, ubicado en el sur de la ciudad.
Derrotar el fraude
El candidato del Pacto Histórico, abrigado por el frío de una mañana gris bogotana y tras votar, dijo que su «invitación es indudablemente a salir a votar masivamente. El máximo que se haya podido hacer durante toda esta campaña, ahora se sintetiza en salir a las urnas, a los jóvenes, a las mujeres fundamentalmente las urnas los esperan para cambiar a Colombia. Hoy tenemos que derrotar cualquier intento de fraude con una votación masiva», afirmó Petro.
Ya fuera de las cámaras, en su tribuna de las redes sociales, el hoy senador señaló que «las mediciones nos ponen muy por encima sobre el otro candidato [algunas encuestas apuntaban a un empate técnico], todas serán publicadas. Lo único que nos queda ya por enfrentar es el fraude. Para hacerlo hay que votar, cada jurado o testigo debe tomar fotos del E14 de su mesa y compararlo con el que publica la registraduría».
La posibilidad de que se dé un fraude fue el tema del día de Petro, por el cual su opositor, el ingeniero Rodolfo Hernández, candidato por la Liga Gobernantes Anticorrupción, no ahorró palabras para responderle por el mismo camino virtual: «En la democracia la única medición válida es el escrutinio. No insista en crear un ambiente de fraude basado en chismes. El escrutinio que le favoreció con más de 500.000 votos el 13 de marzo sí fue válido y ahora lo que pretende hacer valer son sus ‘mediciones’. Sea serio», le dijo Hernández, quien madrugó y fue a votar acompañado por su familia. A la salida, prefirió no ofrecer declaraciones, más allá de una invitación a que los ciudadanos acudieran a las urnas.
A las dos de la tarde (nueve de la noche en España) y a pesar de que en varias zonas del país las condiciones climáticas no eran las mejores, lo que obligó a la reubicación de 46 de los 12.263 puestos de votación, la participación de los colombianos, especialmente de los jóvenes, parecía mayor a la de la primera vuelta del pasado 29 de mayo. Por su parte, los ministros de Interior y Defensa informaron de cierta normalidad en el proceso, a excepción de tres hechos de orden público en los departamentos de Caquetá, Cauca –donde fue asesinado un testigo electoral del Pacto Histórico– y otro más en Arauca.
En el exterior, ayer votaron 38.504 colombianos, y en total a lo largo de la semana la cifra estimada era de 200.537 nacionales los que ejercieron su derecho. Al cierre de esta edición no se conocían los resultados previstos para más allá de las cinco de la tarde en Colombia (doce de la noche en España).