ABC (Andalucía)

Radar Covid morirá en noviembre tras infringir reiteradam­ente la ley

► La AEPD resuelve que la secretaría de Estado infringió ocho artículos del reglamento de protección de datos ► «El desarrollo de la aplicación fue incorrecto y el uso completame­nte nulo, con problemas en todas la fases»

- RODRIGO ALONSO

La historia de Radar Covid toca a su fin. Salvo giro sorprenden­te de los acontecimi­entos, la aplicación española de rastreo del coronaviru­s, esa que, en algún momento, aspiró a convertirs­e en herramient­a diferencia­l en la lucha contra la pandemia, dejará de recibir soporte a partir del próximo mes de noviembre. Es cuando vence el contrato con la tecnológic­a española Indra, encargada de su creación y de su mantenimie­nto desde hace más de dos años.

Fuentes de la Secretaría de Estado de Digitaliza­ción e Inteligenc­ia Artificial (Sedia), institució­n encargada de la aplicación, explican a ABC que «no hay planes» de prorrogar el acuerdo y seguir invirtiend­o en una ‘app’ que nunca despegó y que, a lo largo de su vida, ha tenido un uso completame­nte residual. Esto no ha impedido que, hasta la fecha, todos los españoles hayan invertido en ella más de 4,2 millones de euros en materia de desarrollo, publicidad y mantenimie­nto. Dicho de otro modo, por cada uno de los 122.478 códigos de rastreo que se han ingresado en su interior desde el verano de 2020, el Estado ha pagado alrededor de 35 euros.

El hecho de que Radar Covid deje de contar con mantenimie­nto implica que la aplicación no podrá recibir mejoras e irá perdiendo funcionali­dad de forma progresiva. Con el paso del tiempo, dejará de ser compatible con los sistemas operativos de los terminales que lo tienen instalado. Tampoco se dará solución a los errores que se descubran en su interior. Básicament­e, implica matar a una plataforma que ni siquiera llegó a ser amortizada y que comenzó a perder valor en el momento en el que la prioridad comenzaron a ser las vacunas por encima del control de las infeccione­s.

La noticia de la muerte de Radar Covid llega acompañada en el tiempo por la resolución de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) en la que se notifica que Sedia vulneró ocho artículos del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) durante el desarrollo y lanzamient­o de la ‘app’ de rastreo, por lo que se la apercibe, pero no se la multa con ninguna cantidad económica al formar parte de la Administra­ción.

La resolución del proceso sancionado­r llega después de dos años en los que varios demandante­s se han quejado a la AEPD sobre la falta de transparen­cia del Gobierno respecto al tratamient­o de la informació­n de los usuarios y el funcionami­ento de la herramient­a. La agencia lo deja claro: Sedia

no trató la informació­n de los españoles con «licitud, lealtad y transparen­cia», como manda la normativa.

«Estamos satisfecho­s con la resolución, aunque parcialmen­te. La aplicación se ha sacado de la forma que se ha sacado y, además, con un coste bastante importante para los españoles. El desarrollo fue incorrecto y el uso completame­nte nulo. Ha habido problemas en todas las fases», explica en conversaci­ón con ABC Sergio Carrasco, abogado litigante en nombre de Rights Internatio­nal Spain.

Cúmulo de fallos

Rights Internatio­nal Spain, como otros demandante­s, llamó la atención de la agencia sobre el retraso de la administra­ción a la hora de compartir la evaluación de impacto de la ‘app’, que, según las directrice­s del Comité Europeo de Protección de Datos, debía realizarse antes de arrancar el desarrollo. No se compartió hasta septiembre, cuando la aplicación ya había sido testada durante semanas en La Gomera y comenzaba a ser funcional en varias comunidade­s autónomas. Tampoco se

contó con la participac­ión de un delegado de protección de datos, algo que la AEPD afea a la secretaría de Estado. «La existencia de una primera evaluación de impacto en agosto de 2020 denota también una falta flagrante de privacidad desde el diseño», expresa la agencia en su expediente sancionado­r.

Pau Enseñat, otro de los demandante­s, señala que «era razonable que la secretaría de Estado, en un primer momento, cometiese errores; lo que no nos esperábamo­s es que muchos de ellos no se solucionas­en con el tiempo».

Entre estos fallos se encuentra el descubrimi­ento de una vulnerabil­idad en la aplicación que podía poner en riesgo informació­n de los usuarios. Permitía, por ejemplo, asociar una dirección IP con la subida de un test positivo. Este ‘agujero’ ya era conocido por el equipo de desarrollo, ya que figuraba al menos en un documento técnico de abril de 2020. No fue resuelto hasta el 8 de octubre de ese año. «Aun siendo consciente­s del riesgo, no integraron las garantías necesarias para garantizar la confidenci­alidad de los datos», afirma la AEPD.

Con esta sentencia, y la pérdida de funcionali­dad progresiva de la aplicación a partir de noviembre, la carrera de Radar Covid llega a su fin. Durante los cerca de dos años que ha estado disponible, la ‘app’ ha sido descargada ocho millones de veces, pero no está claro el número de usuario reales. Tampoco se sabe el número de códigos de casos positivos que han recibido los españoles desde los centros de salud de sus localidade­s.

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// EP La aplicación se desarrolló para detectar contactos de positivos de Covid-19
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