ABC (Andalucía)

«Sin garganta no se puede cantar, pero lo más importante es la cabeza»

Ganador del Internatio­nal Opera Award a mejor cantante joven, el intérprete donostiarr­a ofrece mañana un recital en el Teatro de la Zarzuela

- JULIO BRAVO

❝ Facilidad «Intento siempre salir a escena sin ningún problema para que no suframos ni yo ni el público»

Hace poco más de un año, Xabier Anduaga (San Sebastián, 1995) lograba el Internatio­nal Opera World (algo así como los Oscar de la lírica) al mejor cantante joven. No era el primero. En 2019, y con tan solo 24 años, se alzaba con el primer premio en el concurso Operalia, que organiza Plácido Domingo. La carrera de este tenor forjado, musicalmen­te, en esa magnífica fragua que es el Orfeón Donostiarr­a, no ha hecho más que despegar, pero lleva ya velocidad de crucero; tanto, que hace unos meses pisó el escenario del Covent Garden londinense por primera vez y en abril de 2023 tiene previsto debutar en el Metropolit­an Opera House de Nueva York con uno de los títulos capitales del repertorio: ‘L’elisir d’amore’. A Xabier Anduaga se le abre la sonrisa cuando menciona al italiano; lo hace en una sala de ensayo del Teatro de la Zarzuela, donde junto a su mujer y profesora, la soprano Elena Barbé, ha repasado el programa del recital que mañana ofrecerá en el coliseo de la calle Jovellanos. «Será el primero en Madrid, y también el primero de zarzuela que cantaré en mi vida».

—¿Cantar zarzuela es una obligación para un cantante español?

—Una gozosa obligación y una decisión también. Uno canta al final lo mejor o lo más apropiado para su voz. Y yo creo que en la zarzuela todos tenemos nuestro hueco y nuestro sitio para poder escoger. Es un repertorio amplio, casi como la ópera. Para un tenor yo creo que es un género espectacul­ar.

—Entró en el Orfeón Donostiarr­a con siete años. ¿La vocación por la música entonces la adquirió allí?

—Tengo familiares músicos y la música siempre ha estado en casa. Me gustado cantar y en el Orfeón supe lo que era hacerlo con más gente y divertirme cantando; al fin y al cabo es por lo que me gusta tanto.

—A lo mejor suena muy peliculero, pero ¿le ha cambiado la vida el Internatio­nal Opera Award?

—No sé si el premio me ha cambiado a nivel artístico, pero sí que me ha dado una cierta responsabi­lidad y una pequeña mochila con la obligación de seguir estudiando, formándome y yendo siempre adelante. Si te paras, te quedas atrás. El premio me ha cambiado porque me ha dado mucha ilusión para seguir adelante. Soy de los que piensan que los premios ayudan, por lo menos a nivel mental.

—¿Hay mucha presión por parte de los teatros hacia los cantantes jóvenes? ¿Ha sentido que se le apremiaba para abordar un repertorio o para cantar determinad­as óperas?

—Es verdad, y a mí me ha pasado, que hay teatros que te ofrecen papeles que no estás preparado para cantar; ahí ya cada uno tiene que ser fuerte mentalment­e, o tener al lado a quien te asesore bien para tomar una buena decisión. Pero sí, hay quien te aprieta para que hagas cosas diciéndote que lo vas a hacer muy bien, que todo está perfecto, pero has de tener a quien te diga que si vas por ese camino, probableme­nte no sepas dónde estarás dentro de cinco años.

—¿Los pies en el suelo y la cabeza fría son más importante­s que la garganta?

—Sin garganta no podemos cantar, pero sí, lo más importante es la cabeza y tener los pies en la tierra. Nosotros tenemos que estudiar día a día; si no lo hacemos no podemos salir al escenario a dar el cien por cien de lo que tenemos. Por mucho que te digan lo bueno que eres o los premios que tengas, al final es el estudio el que te hace mantener el nivel en el que tú quieres estar y el que esperan de ti.

—Hay que saber escuchar a la propia voz.

—Hay que dejar a la voz elegir y, si tienes la oportunida­d, hacer lo que la voz necesita. Hace cuatro o cinco años necesitaba hacer ‘El barbero de Sevilla’, ‘La cenerentol­a’, ‘L’ italiana in Algeri’... Ahora me pide cantar ‘I puritani’, ‘Lucia di Lammermoor’...

—Pero este mundo pide planificar la vida a tres o cuatro años vista...

—Es algo muy complicado. Cuando te hablan de hacer un papel dentro de cuatro años, tu representa­nte o tu profesora te pueden decir que creen que estarás preparado, pero nunca sabemos si va a ser real. Es difícil, sí.

—¿Y no da vértigo programars­e la vida con tanto tiempo?

—Un poco, pero no intento pensar demasiado en ello. Sinceramen­te, prefiero vivir el día a día, y más después de la pandemia que hemos vivido; hay que vivir la vida, ir día a día y disfrutar.

—¿Cuándo se enamoró de la ópera?

—Yo he escuchado ópera, tenía en casa discos de los tres tenores, de otros, pero tampoco era algo que me apasionara. Estaba más metido en el mundo coral. Cuando empecé a estudiar en el Conservato­rio es cuando empecé a entender qué era un aria, un dueto... a entenderlo todo y a enamorarme. Pero no hace tanto tiempo de eso.

—¿Le divierte la parte actoral, el hecho de interpreta­r personajes?

—Me divierte un montón. De hecho lo que más me gusta de la ópera es interpreta­r. Cantar los papeles está muy bien, pero interpreta­r es la parte más divertida: ser un personaje y meterte en un mundo paralelo al tuyo.

—Después de este recital, ¿qué tiene previsto?

—Esta temporada voy a cantar bastante en España, También tengo mi debut en el Metropolit­an, en abril de 2023, con ‘L’elisir d’amore’. Es muy importante en mi carrera, está claro, pero no me parece menos importante que volver al Real, a Bilbao o que debutar en Barcelona. Este año canto también en la Quincena Musical de San Sebastián. Cantar en España me gusta, no le voy a mentir.

—¿Hay algún cantante que sea una referencia, un faro para usted?

—Me he fijado en muchos cantantes, sobre todo cuando no cantaba; ahora intento fijarme menos, porque al final acabas haciendo lo que hacen ellos o copiándole­s cosas... Siempre he escuchado a los tenores españoles: Aragall, Domingo, Kraus, Carreras... A los actuales: Flórez, Jonas Kaufmann,... Y he escuchado muchísimo a Pavarotti. Escucharle antes de salir al escenario me relaja hasta la garganta.

—Ya que habla de Pavarotti... Parecía que no le costaba cantar. Cuando se le ve a usted parece que tampoco le cuesta...

—Hombre, sí que me cuesta cantar. Pero hago todo lo posible antes para que luego, en el escenario, no se note que me cueste cantar. La preparació­n es muy grande. Tengo mi ritual, siempre hago lo mismo antes de cantar e intento parecer en el escenario, que estoy descansado y no me cuesta lo que estoy haciendo, pero la procesión va por dentro. A nivel técnico intento siempre salir a escena sin ningún problema para que no suframos ni yo ni el público; hacer sufrir al público es lo peor.

 ?? GUILLERMO NAVARRO ??
GUILLERMO NAVARRO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain